Owner was totally out of order complaining to me that we hadn't ordered enough trying to embarrass me in front of other Spanish speaking customers! Well he picked on the wrong man. That's no way to treat someone that has brought a family of Americans to his business!!
As for the rest the ham croquettes were fine as was the rioja wine. All the deserts were fine too. The waiter Antonio was ok a bit overworked. The place seemed pretty busy with happy customers well it's after all right in the heart of the main pitch of bars (Franco & Raíña) in the Old Town.
Overall impression is this type of aggressive owner is only interested in his profits and treating customers unequally & unfairly on the premise we can take it or lump it! There are far better places to eat in the vicinity where they treat each client fairly and equally where there's service with a smile & they do not act like the moaning mini that runs this place !! Maria Castaña would be horrified...
Read moreReservamos el sábado pasado para ir a cenar este lunes día 17 de abril. Éramos un grupo de 8 pax , para empezar nuestra sorpresa fue que el comedor que nos habían preparado estaba al fondo del local , con apenas ventilación. Solo tenía dos pequeños ventanales en la parte alta que dan a la Rúa do Villar. Con lo que la sensación de encierro era bastante importante y más en este pequeño comedor en el que había otra mesa ya ocupada por otro grupo de pax. Se hacía bastante agobiante, nada agradable. En cuanto nos sentamos el propietario ( entendemos que era él por la manera que se dirigió a nosotros y porque cuando llegamos estaba hablando con los comensales de la otra mesa) nos dijo que no hablásemos alto porque provocaba reverberación, algo realmente desagradable pero cuando vas en grupo y al lado tienes otra mesa con otro grupo es complicado hablar bajo y escuchar y que te escuchen. El dueño nos entregó las cartas para que fuésemos eligiendo lo que queríamos pedir y nos hizo unas recomendaciones. Esto es siempre de agradecer por lo menos en mi caso pero eso sí acierta con las mismas. En este caso nos recomendó una empanada de bonito hecha por él que nos dio a entender estaba muy rica y desde luego nuestra opinión la de toda la mesa, dista mucho de lo que el nos dijo. Para empezar la masa era muy gruesa, con lo cual resultaba una empanada muy masota y encima con la parte de abajo prácticamente cruda igual que el relleno la cebolla casi cruda y sin sabor. Muy sosa Después pedimos unas croquetas, diría pasables sin más con un sabor a queso demasiado marcado y que yo sepa eran de queso y algo más . Otro de los platos que compartimos fueron unos chicharrones con queso gallego este fue de los mejores platos y para finalizar trozos de carne de ternera con patatas fritas. A este plato le faltaba sal estaba soso y para mí entender la carne estaba un poco pasada de más y se hacía seca. Los postres tampoco nos llamaron la atención, casero tenían poca cosa. En resumen un sitio de lo más normalito , nada que destacase por su calidad . Con la oferta tan amplia y buena que tenemos en lo que a gastronomía se refiere en nuestra ciudad Santiago de Compostela,dudo que vuelva a repetir en este local y si repito me asegurare que no me sienten en ese comedor tan oscuro, triste y que...
Read moreLamento profundamente tener que retirar las cinco estrellas después de siete años acudiendo cada año, pero la experiencia del pasado viernes (24 de octubre 2025) fue tan decepcionante que difícilmente volveremos. Desde nuestra llegada ya nos sorprendió la falta de ambiente habitual; parecía otro lugar. No sé si ha habido un cambio de dueños o si simplemente han decidido que, de cara al turista, todo vale, pero tanto el servicio como la cocina dejaron mucho que desear. Para empezar pedimos un vino turbio, el camarero preguntó si era blanco o tinto (¡¿?!) Pedimos unos entrantes y un arroz. Apenas había pasado un minuto cuando el camarero, con evidente desgana, se equivocó de mesa y, tras advertírselo esa mesa dijo en voz alta: “pues para esta”, dejando la cazuela de arroz para dos personas cuando el pedido era para cinco en nuestra mesa sin haber servido antes los entrantes. Le comentamos que era imposible que fuera nuestro pedido y que la cantidad no era suficiente para todos, respondió que “es lo que le han dicho en cocina”. Le recordamos que primero iban los entrantes, pero hizo como si no oyera. Poco después apareció con un plato que tampoco era nuestro, lo dejó en la mesa y, al decírselo, lo retiró con la misma desgana. Los entrantes llegaron finalmente media hora después de haber servido el arroz. Intentamos hablar con una camarera para aclarar la situación, pero su respuesta fue que “esa mesa la lleva su compañero”, desentendiéndose del problema. Ya casi terminando, el camarero volvió con una segunda cazuela, visiblemente improvisada: el arroz estaba insípido, poco hecho, lleno de agua hirviendo y con moluscos, añadidos a toda prisa para simular una ración completa. A esas alturas ya no pedimos ni postre; solo queríamos marcharnos. En un primer momento pensamos que el camarero podía ser nuevo, pero su actitud nos dejó claro que lo que realmente le faltaban eran ganas de trabajar. No hubo amabilidad, atención ni profesionalidad en ningún momento. Una verdadera lástima, porque durante años fue uno de nuestros lugares favoritos. Esta vez, sin embargo, la experiencia fue tan mala que no volveremos. Y, al final, los que pierden son ellos: clientes fieles que ya...
Read more