Restaurante Lobo Blanco — Restaurant in Seville

Sitio increíble para ir con familiares o amigos. La comida y la atención es fabulosa, nos dejamos aconsejar y pudimos probar las croquetas (muy recomendables), la parrillada de verduras ecológicas, la ventresca, el Tartar de atún (increíble el sabor) y el solomillo. Todo estaba genial tanto de sabor como de presentación, se notan las brasas y el cariño y la atención que le ponen a cada plato en la cocina. De postre pedimos la tarta de queso casera, riquísima como el resto y, además, se nota que es casera 100%, yo no tomo nada de dulces así que la note demasiado dulce, pero la menciono porque mis acompañantes dijeron que estaba muy muy buena. La decoración es diferente y repleta de detalles, me encantó, sobre todo el cuadro del lobo que hay junto a la cocina que, por cierto, está a la vista de los clientes, se nota todo el trabajo que hay tras la decoración. Sinceramente, quedamos impresionados y yo concretamente ya reservé para volver a probar la carne y el pescado a la brasa, que no paraban de salir y tenían una pinta brutal, pero es que no éramos capaces de comer más. Mi más sincera enhorabuena a todo el equipo del grupo lobo blanco, sois geniales !! Posdata: Preguntamos el por qué del nombre (Lobo Blanco) y el significado...

Recientemente tuve la oportunidad de comer en el restaurante El Lobo Blanco y la experiencia, en general, fue muy positiva. El ambiente del lugar es acogedor, con una decoración moderna y un toque íntimo que lo hace perfecto tanto para una comida en pareja como en grupo. El servicio fue excelente, en particular, una camarera portuguesa muy atenta que hizo que nos sintiéramos como en casa. En cuanto a la comida, comenzamos con un aguacate asado, seguido de un plato de fritura marina y un solomillo. Todos los platos estaban muy bien presentados y tenían un sabor exquisito. Sin embargo, lo mejor de la comida fue el postre: una combinación espectacular de texturas con cacao y un sorbete de limón que fue el broche de oro perfecto para la velada. Si bien la experiencia fue muy buena, notamos que solo había dos camareros atendiendo todas las mesas, lo que provocaba que, en ciertos momentos, se notara un poco de agobio en el servicio. Creo que sería beneficioso para el restaurante contar con más personal para que la atención fluya de forma más relajada. En resumen, El Lobo Blanco es un lugar que sin duda recomendaría, con comida deliciosa y un ambiente muy agradable. Solo mejoraría la cantidad de personal para hacer la experiencia aún...

La primera decepción con la carta de vinos. Hasta el cuarto intento no dimos con una botella que tuvieran ese día en el restaurante. Que falte un vino de la carta puede pasar perfectamente, pero tres?

El servicio deja mucho que desear para el precio que se paga. Trato amable y correcto, pero nunca te llegas a sentir atendido y bien recibido. El día que fuimos habría a lo sumo tres mesas con comensales en el interior y nos tocaba aún así estar buscando a los camareros cada vez que necesitábamos algo.

La gota que colmó el vaso fue el plato principal: pedimos un tomahawk. Llegó con mucho retraso y mal cocinado. La espera después de los entrantes hasta que llegó carne fue eterna. Más de 30 minutos. La carne no nos la mostraron antes de trincharla. Estaba tan mal cocinada, que las vetas de grasa estaban tan frías como una manteca recién sacada de la nevera. Muy desagradable.

Soy consciente de que el tomahawk es un corte en el que no es fácil conseguir el punto de la carne debido al hueso lateral. Pero si la tienes en carta y la vendes a 90€/kg, debes saber trabajar el producto.

Como puntos positivos del restaurante, las entradas que pedimos estaban muy buenas y el restaurante está decorado con...