Restaurant Castell Vell — Restaurant in Tossa de Mar

Can’t speak for the food, but service was not good. Confusing communication from who i assume is the owner. The gate was open for customers to wander onto the patio and sit, and we ordered drinks and an appetizer, but the owner progressively moved us to inferior tables without tablecloths or place settings away from the view based on what we were going to order/ how much our bill would be. It’s understandable for certain tables to be reserved for reservations or for pre fixe menu to be required, but we watched this embarrassing experience happen to multiple parties around us. we ended up leaving before our food came. overall felt confused and unwelcome. if you have a reservation to eat pre fixe menu it might be nice, but if you are looking to get a drink and bite with a nice view i would suggest going elsewhere. Overall owner made us feel as if we had trespassed onto her private terrace. Looking at the comments, others have had a...

They denied entry to a mother and her 4 year son, who was willing to pay whatever was necessary, because the boy needed to use the toilet. When they refused, the boy wet himself, and the mother still had to clean him up. If this seems unbelievable to you, I assure you it's true because I am the father.

Not only did they deny something basic and essential, but they also denied the purchase!

They might excuse themselves with the right of admission, etc., etc., but all those are cheap excuses to cover up their lack of humanity and empathy.

I don't know if life will repay them for what they did, but I...

Castell Vell, Tossa de Mar — o cómo no dejarte mojar hasta los huesos antes de ofrecerte una silla. Aquella noche, cuando el cielo decidió descargar su furia sobre Tossa y nosotros estampados contra el agua, entramos dispuestos “solo a tomar algo”. Pero, oh sorpresa, allí no se bebe nada sin cena. ¡Porque no se puede estar demasiado a gusto empapado en un restaurante de “alta” cortesía! Cuando explicamos que queríamos una bebida y nada más, nos miraron como si hubiéramos intentado colar una jirafa en el baño: “solo cenas, pardiez”. Un consejo insólito en plena tormenta: ¿qué tal si compramos mudas y también traemos el cuchillo y tenedor? Al final, tras nuestra perseverancia, nos abrieron la puerta. Eso sí: con la cortesía de quien te deja dormir en el sofá… ¡ah, pero sin cama! Malos modos y caras largas completaron el panorama. Ironías aparte, me quedo con la actitud más propia de un portero de discoteca (aunque sin la música ni la diversión): “o cenas, o puerta”. En una tormenta, uno espera un poco de empatía, no un protocolo leído del manual “Cómo espantar clientes 101”. Ya lo avisó otro comensal: “Was told we order ‘more food’ or leave” m.yelp.comwanderlog.com+1wanderlog.com+1 Y lo sorprendente es que no hablaban de huracanes, solo de palitos de pan. Así que mi veredicto: un lugar que prefiere ver caer la lluvia antes que escuchar “Solo un vino, por favor”. Un brindis (pero sin copa) por el servicio con cara de lunes perpetuo. En resumen: • Ambiente: tormentoso, literal y figurado. • Atención al cliente: inexistente si no metes tenedor. • Empatía en condiciones extremas: cero. • Ironía final: si te encuentras en una tormenta, mejor haces un picnic bajo el Claro de Luna que cenar aquí… al menos la luna no te...