Restaurante Valencia Àtic - Palau Alameda — Restaurant in Valencia

Ayer, mis amigos y yo decidimos celebrar en este afamado lugar un cumpleaños. Debido a la popularidad que ha cogido y a los requisitos y protocolos de entrada que el local se esfuerza en recordar cuando haces la reserva he de decir que sinceramente esperaba mucho más de lo que me encontré. Voy a comenzar rompiendo una lanza a vuestro favor defendiendo que todos podemos tener un mal día, pero eso tampoco es justificable... Por donde empezar... los protocolos de etiqueta, esos que ahora se han puesto de moda para poder hacer un cribado clasista y social, exigiendo al público que quiera acceder un código de vestimenta que después una vez estas dentro te das cuenta de que no cumple nadie. En un principio no puedes acceder con camiseta de manga corta, zapatillas, camiseta de tirantes y me voy a quedar solo en estos porque son los que protocolos que más vi,que se estaban saltando (no me malinterpreten para mí me es indiferente como vista la gente y todo el mundo debería poder acceder al local independientemente de su vestimenta, pero si me pones unas normas para entrar porque quieren mantener un cierto caché o estatus social al menos que sea real y por supuesto que el servicio despues sea acorde a lo que me exigen a mi para poder entrar). Esto me lleva al segundo punto, desde que llegamos hubo algún tipo de problema en relación a nuestra mesa, no se porque razón pero tardaron en servir las bebidas, la comida, la tarta, los cafés... Entiendo que igual cada camarero tiene sus mesas asignadas pero cuando las cosas no llegan y recurrimos a cualquier persona del servicio, que menos que se nos preste atención. Nuestra camarera tomó la comanda de las bebidas, las cuales llegaron por turnos y teniendo que reclamar algunas de ellas porque no llegaban. Cuando tomo nota de la comida se dejo media mesa sin tomar nota, ¿por qué? Pues no se, pero tuvimos que llamarla para terminar de pedir la comida en la otra mitad de la mesa. A todo esto recalco que éramos 12 personas y esta impresión nos la llevamos todos. La reserva era a las 14.15 y tras servir los entrantes a las 15 nos dejaron esperando cerca de 1h más para servir la comida. Llegó la fideua y 10 minutos más tarde el resto de principales de las personas que no querían fideua. Y todo esto después de haberles dicho varias veces que estaban tardando mucho en servir la comida y reclamar el resto de platos. Si al menos todo esto hubiera llegado con algún tipo de disculpa o comprendió por parte del servicio se habría incluso entendido pero en su lugar cada vez que reclamabamos algo nos llevabamos una mala cara, un mal gesto o incluso la mirada de me estáis incordiando. Yo he sido camarera y siento mucho decir que el servicio lo es todo y no es cuestión de que el cliente lleve la razón, pero todos merecemos un buen tarto teniendo en cuenta que las exigencias del local a mi entender son lo suficientemente claras para que no se desmadre el local (con esto me refiero a todo lo que no puedes hacer si vas a celebrar algo alli), si yo puedo cumplir con eso, que menos que el trato y el servicio por parte de los camareros sea recíproco, cuesta muy poco ser amable y siento decir que siendo camarero, forma parte del contrato laboral. Pero esto no ha terminado, cuando nos sacan la tarta la dejan a un lado y tuvimos que ser nosotros quienes nos la tuvimos que servir, lo cual sucedió también con la fideua, mientras en otras mesas el trato estaba siendo completamente diferente. Al solicitar los cafés paso exactamente lo mismo, y esto ya me estoy remontando a las 17h de la tarde cuando la mayoría de mesas ya estaban de pie disfrutando del famoso "tardeo" que ofrece el atic alameda. He ido a muchos restaurantes con el mismo o mejor caché que este y al menos el servicio ha sido acorde a lo que exigen sus protocolos y por supuesto al precio que te claban por ellos, como para encima salir insatisfecha. A vuestro favor, la comida estaba buenísima, la carne espectacular, los entrantes deliciosos y la fideua en su punto idóneo, pero lamento decir que el servicio ha dejado...

Comenzamos la comida con La Ensaladilla de Gamba. Una ensaladilla visualmente muy bien presentada, la cual como punto diferencial contaba con cuatro gambas en la parte superior de la misma. Personalmente fue una ensaladilla que en líneas generales me pareció decente, pero que tampoco me cautivó en exceso. No es una mala ensaladilla, pero no es fascinante y probablemente al rato de comerla te habrás olvidado de la misma. El factor de las gambas le aporta bastante menos de lo esperado, ya que la gamba en sí tampoco cuenta con una potencia de sabor increíble. Un plato refrescante, al que no le puedo dar una puntuación superior de...

Proseguimos con el que fue el mejor plato de la comida, Las Croquetas Artesanas de Jamón. Unas croquetas que participaron en el concurso a la mejor croqueta de jamón en el “Madrid Fusión 2020” y que se sitúan entre unas de mis favoritas de Valencia. Un rebozado quizá excesivamente aceitoso, pero que me gustó y que mantenía a la perfección el relleno de la croqueta en el interior. Asimismo, el relleno contaba con una textura espectacular, muy muy cremosa y que fue lo mejor de la croqueta. No obstante, también hay que destacar la potencia del jamón del mencionado relleno, la cual está equilibrada a la perfección con el resto de componentes. De manera que en conjunto le tengo que otorgar una puntuación de...

Y finalizamos la ronda de entrantes antes del arroz con los Chopitos Fritos con Alioli y Limón. Unos chopitos que contaban con un rebozado nada aceitoso y bastante crujiente, que fue muy de mi agrado. De la misma forma, el alioli casaba a la perfección, puesto que era bastante suave y no eclipsaba el propio sabor de los chopitos. Y por último hay que destacar también que los chopitos en sí estaban limpios y sin contar con un sabor increíble, estaban buenos. Por lo que si a todo esto le sumamos que la cantidad del plato era más que decente considero que la puntuación debe ser un...

Y pasamos al gran plato de la comida y el gran aliciente para que acudiéramos al restaurante, el Arroz de Marisco Pelado. Un arroz que, al igual que otros platos, era estéticamente precioso y que contaba con dos gambas y un trozo de rape por persona. Nada más llegó a la mesa pude observar que la cantidad de arroz era la ideal, puesto que tenía un grosor finísimo, como debe ser en un buen arroz. De la misma manera, tras la primera cucharada ya pude apreciar que, pese a que el sabor a marisco estaba presente y se impregnaba en el arroz, lo cierto es que lo hacía en menor medida que en otros arroces de marisco que he degustado (por ejemplo el de La Marítima de Veles e Vents). Asimismo, no logré encontrar grandes zonas con “socarrat“, pero es innegable que estaba muy bien cocinado (aunque tanto el pescado, como las gambas me parecieron que estaban excesivamente secas). En definitiva, considero que es un buen arroz, pero que está lejos de otros de la ciudad y de ahí que la puntuación sea un...

Terminamos la comida con la Tarta Dulcey. Una tarta que según me comentaron era de chocolate blanco y que ha decir verdad no me convenció en exceso. De hecho, desde mi punto de vista, fue el peor plato de la comida. Y lo fue porque la galleta estaba excesivamente dura (se hacía verdaderamente difícil partirla) y después en líneas generales la tarta en sí me dejó un tanto indiferente y por momentos me pareció insípida. Sin embargo sí que es verdad que el helado de frutos rojos que acompañaba a la tarta estaba muy bueno y de ahí que la puntuación global sea de...

Por último, si queréis saber la puntuación de cada plato y una valoración final con su respectiva puntuación, os animo a que os paséis por mi blog de...

Very impressive lunch at Àtic. Top notch service, very welcoming and with that touch of sophistication that you expect from High quality restaurants. The space is beautiful with white & blue porcelain decoration contaminating the whole restaurant, which matches the light of Valencia perfectly and goes fantastic with the breathtaking Alameda Panoramic views. Very fresh and original gastronomic approach, with open kitchen and right used of the Josper oven, without overdoing the smokiness. Josper Eggplant was nicely presented, with the final cooking on the table, very textural and exotic. The calçots were marvellous, very hedonistic and with a original and tasty reinterpretation of the romesco sauce, then we enjoyed the Mexican croquetas, again playing with very exotic infused flavours, textures. We end up with a Corbina ceviche that was as well finnihed in front of us, which was insultingly fresh and the perfect main for a sunny and hot autumn day in Valencia. Everything paired with a glyceric but crispy Macabeo blend from Chozas Carrascal, that was phenomenal for the price, a sort of Valencian...