LA CASA DE CAMPO DE MADRID © Miguel A. Maroto 2018
Soy vecino de este maravilloso paraje de Madrid desde hace... muchos años ahora que lo pienso. He visto crecer a algunos de mis hijos cerca de mi y he tenido la satisfacción de disfrutar de su compañía en este entorno verde y salubre de nuestra ciudad de Madrid. Tengo que decirlo, soy un empedernido enamorado de la Casa de Campo, todo en ella es un poema o una historia de amor que se va fraguando como una trenza de agua en el discurrir de los riachuelos que la recorren. Su frondosidad estimula mi espíritu soñador para imaginar bosques mediterráneos que escuchan el mar, aunque yo solo escuche la risa de un riachuelo donde encuentran cobijo aves y peces y algún
Es cierto que ha habido momentos tristes cuando hemos visto partir a algún vecino querido del barrio pero siempre hemos recordado a sus hijos para calmar y mitigar el dolor de la perdida que el sino de la vida nos impone, renovando la especie con jóvenes alegres y montaraces que inquietos, no dejan de crecer y dar alegría a sus mayores.
Pero hoy tengo mis brazos caídos, mis ojos tristes y mis pies se aferran al suelo porque me embarga una tristeza infinita que presagia una desgracia inexorable. Si, presiento la larga sombra del destino tras mi espalda. Ya tengo la marca que me hizo conocer mi destino, ya tengo el estigma que me agrupa en el ala de los condenados, ya soy reo de un juicio inexistente que me ha condenado irremisiblemente en el triste día que vendrán por mi. En vano revoco las tenues razones que esgrimen para condenarme, falaces palabras técnicas que usan como excusa para eliminarme. Me pregunto si en algún momento han pensado en alguna otra alternativa antes de decidir mi eliminación radical, ¿no había otra solución. Si, cualquier ser vivo merece un respeto y una oportunidad. Pero yo no la tendré porque la indiferencia, la desidia y las coartadas seudocientíficas nos condenan sin remedio y sin cargos de conciencia, a la inexorable desaparición en las entrañas de la tierra y del tiempo hasta ser devorados por el olvido. Ya oigo el estruendo de la fúnebre y mortal comitiva, ya se preparan para exterminarme, ya preparan mi destino. Hoy me toca a mi, como vi suceder a otros de mis vecinos, hoy interpretaran la macabra farsa de la conservación de la Casa de campo para eliminar a uno mas de nosotros. Hoy vienen por mi con sus sierras y hachas, con sus camiones y sus uniformes que en otro tiempo vestían a nuestros amigos cuidadores y también salvadores. Hoy, operarios contratados por misérrimos sueldos cortaran mi tronco y arrancaran mis raíces tras casi 100 años de vivir y crecer en las dehesas de la casa de campo. Cada vez somos mas los que caemos sin motivo aparente ni justificado, cada vez somos exterminados con mas impunidad ante el silencio de los ciudadanos que, asombrados pasaran ante el fúnebre espectáculo de la muerte de un árbol sano, si amigos, soy un árbol, un árbol sano o por lo menos tan sano como cualquier ser humano de una cierta edad. ¿no me pueden curar las heridas, no pueden darme una oportunidad, solo se puede aplicar la solución del hacha y la sierra? Si, soy un árbol de la Casa de Campo, no soy un ser humano pero soy un ser vivo y siento, siento el dolor y la alegría, la vida y la muerte, ¿que pensabas que no podía?. ¿Qué derechos me faltan para poder revindicar mi derecho a seguir vivo?
Solo te pido una cosa, No calles, alza tu voz y pide explicaciones de porque te están quitando lo tuyo, si yo soy tuyo y de todos, no tienen derecho a quitarnos la vida así, sin mas, ni a ti ni a mi porque ambos somos… si, seres vivos y tenemos derecho a existir.
El día que faltemos, también faltareis vosotros y todos derramaremos lagrimas amargas por la inimaginable estupidez que significa sacrificar un árbol, los árboles, los bosques, la naturaleza.
¡Grita ahora!, ¡no mas talas indiscriminadas de árboles! Ni en la Casa de Campo ni en ningún sitio!
Primicia para GoogleMaps - ©Miguel A. Maroto Perez 25-10-2018 Buscar en TripAdvisor la reseña completa bajo...
Read moreEl lago de la Casa de Campo es artificial y tiene sus orígenes en el siglo XVI, dentro del proyecto paisajístico encomendado por el rey Felipe II al arquitecto Juan Bautista de Toledo, para el acondicionamiento del Real Sitio de la Casa de Campo. En 2018 se hizo una gran restauración y ahora es un lugar perfecto para disfrutar de la naturaleza mientras se toma algo en los bares y restaurantes situados a su alrededor, así como para practicar deportes náuticos o alquilar una de sus barcas.
Tiene una superficie de 80 150 metros cuadrados, con un volumen de 158 637,41 metros cúbicos de agua y una profundidad que varía desde los 4,50 metros de máxima hasta 1,20 metros de mínima. Su perímetro tiene una longitud de 1370 metros.
Si paseas por su entorno, catalogado como Bien de Interés Cultural en la categoría de Sitio Histórico, se pueden encontrar diversos árboles y arbustos, como madroños, tarays, arces, serbales, plátanos y olmos. En la zona de restaurantes se sitúa un mirador desde el que poder observar el lago, el parque y unas preciosas vistas de Madrid.
Cuenta además con un embarcadero, con más de 250 metros cuadrados divididos en cuatro pantanales, cuenta actualmente con unas 50 barcas de remo de uso recreativo y la posibilidad de navegar en piragua y canoa. Se puede reservar el alquiler de barcas a través de la aplicación "Madrid Móvil" o de deportes/web. Una vez dentro de ella, hay que acceder al apartado ‘Clases abiertas’, donde se podrá elegir la instalación y reservar con anticipación el uso...
Read moreOne of my very favourite places in Madrid, recently reopened after a long restoration, and OMG did they do a great job. Many great Restaurants, pricier than usual, but the views and area make it all worth while. You can do almost everything here, boating, lake walks, forrest hiking, river walks. Or simply take in the stunning Madrid views with a vino and tapa. Sunset is especially...
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