This quirky statue depicts a smiling devil taking a selfie with the aqueduct in the background. It refers to the popular Segovian legend that the aqueduct was built by the devil himself after making a wager for the soul of a young water carrier.
As a work of art, it’s more playful than monumental—it won’t justify a trip on its own. However, the location makes it worthwhile: from this spot you get some of the best views of the aqueduct. And honestly, it’s fun to stop for a moment, take a lighthearted photo, and enjoy the humor behind it.
If you’re already exploring the old town, it’s definitely worth a quick detour. It adds a touch of whimsy to the historical weight of...
Read moreUna escultura de un diablo que, con aspecto irónico y burlón, se está haciendo un selfie con el Acueducto a su espalda, una obra que él mismo, junto a un buen número de pequeños demonios, ha construido en una sola noche. Sostiene en la otra mano las antiguas pinzas que utilizaban los romanos para levantar los grandes bloques de piedra que conforman el Acueducto. La estatua hace referencia a una antigua leyenda que cuenta como una aguadora, cansada de transportar cántaros con agua constantemente, exclamó que daría cualquier cosa por no tener que volver a recoger el agua cada día. En ese instante, se le apareció el diablo que le ofreció construir un acueducto en una sola noche a cambio de su alma. La muchacha aceptó el trato y el diablo trabajó a lo largo de toda la noche ayudado por una legión de diablillos. Sin embargo, esa misma noche y viendo que el diablo iba a cumplir con su promesa la muchacha se arrepintió de su mala decisión pasando la noche rezando para que un milagro la salvara, hasta que, finalmente, fue escuchada. Casi amaneciendo, en el momento en que al diablo le quedaba tan sólo una piedra por colocar para terminar el acueducto cantó el gallo y salió el sol, lo que hizo que el demonio fracasara y no pudiera llevarse el alma de la muchacha. Algunos dicen que esa piedra que falta por colocar es el hueco en el que se encuentra la imagen de la Virgen. El recuerdo de una leyenda que permite hacerse una foto con este simpático y burlón diablillo con el...
Read moreCuenta la leyenda segoviana que una muchacha se hartó de subir todas las mañanas a por agua a la montaña y vendió su alma al Diablo a cambio de que trajera el agua a la ciudad antes del amanecer.
Rápidamente el Diablo y sus esbirros comenzaron a traer piedras desde la montaña, construyendo sin pausa el acueducto, y la chica rezó a la Virgen toda la noche para que no lo consiguiera, quién se apiadó de ella y adelantó el alba una hora para ayudar a la joven.
Justo cuando sólo quedaba una sola piedra, mientras sus ayudantes celebraban la victoria, el gallo cantó haciendo que el Diablo fracasase y huyera rabioso agujereando con sus pezuñas las piedras del acueducto a su paso.
En el hueco donde iba esa última piedra es donde, a día de hoy, se encuentra la estatuilla de la Virgen que ayudó a la muchacha.
Se dice que en toda España solo hay una estatua dedicada al diablo (la del Parque del Retiro), y no solo es falso si no que esta de aquí se encuentra a unas decenas de metros de un lugar donde...
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