En una pequeña calle, no muy lejos del museo de Escultura y la iglesia de san Pablo, pasa casi desapercibida una casa en la que nació y vivió el poeta y dramaturgo José Zorrilla a comienzos del siglo XIX. La visita a la casa museo se hace por varias estancias, dormitorios, salones, estudios, todas con un mobiliario de época romántica, algunos del propio Zorrilla como la mesa de trabajo en donde estuvo escribiendo hasta el día de su muerte. Hay, también, elementos decorativos como pinturas historicistas o instrumentos musicales del siglo XIX, y algunas curiosidades, como premios literarios o la máscara mortuoria del poeta. Solo se visita la planta superior, en donde los señores hacían la vida diaria. En la planta baja estaban la cocina, almacenes de víveres y las estancias destinadas al servicio. Toda la casa está bien ambientada con una atmósfera que evoca el aspecto de las casas señoriales del siglo XIX. En su parte trasera hay un jardín, siguiendo el canon de los jardines románticos. Existe una leyenda sobre una aparición espectral en esta casa. Según narra el propio Zorrilla en su obra "Recuerdos viejos", había en la casa un dormitorio que siempre estaba cerrado. Un día que estaba solo, jugando cerca de esta estancia, vio como la puerta se encontraba abierta y sentada sobre un sillón estaba una mujer de blancos cabellos que no había visto nunca, y que le hacía señas para que se acercara. El niño se acercó a la anciana y ésta le dijo que ella era su abuela Nicolasa y que le quería mucho, al tiempo que le pasaba la mano por la cabeza acariciándole el pelo. Cuando el niño fue a decírselo a su madre, se encontraron con que la mujer ya no estaba. Años después, según cuenta el propio José Zorrilla, descubrió un retrato en un desván con la imagen de aquella mujer, su abuela Nicolasa, que había fallecido años antes de que él naciera. La guía nos contó, también, que tras la reforma de la casa había sucedido algún suceso extraño y que algunas personas decían sentir una presencia. Actualmente, el dormitorio que había pertenecido a esta mujer es una más de las estancias que se visitan. José Zorrilla nació en esta casa en 1817 en donde vivió unos pocos años antes de que la familia se trasladara a Burgos, cuando éste contaba con tan solo 6 años de edad. El padre era magistrado, por lo que obligó a su hijo a estudiar derecho en Toledo, tratando de apartarlo de la literatura. Sin embargo, Zorrilla acabó suspendiendo el curso, y decidió marchar, primero a Valladolid y después a Madrid, con el fin de abrirse camino en el mundo de las letras. Su gran oportunidad le vino tras la muerte del escritor y periodista Mariano José de Larra. A Zorrilla le pidieron que escribiera unos versos en memoria de Larra, que leyó en el propio funeral. Estos versos gustaron tanto que, desde entonces, trabajó para algunos periódicos de la época escribiendo artículos. A partir de ese momento, y con tan solo 20 años, comenzó a escribir libros de poesía. A lo largo de la siguiente década escribió varios libros de poesía y obras de teatro, entre las que se cuenta su obra más conocida, Don Juan Tenorio. Vivió durante varios años en México y en Francia, en donde trabó amistad con escritores tan conocidos como Víctor Hugo o Alejandro Dumas. Murió el poeta en 1893 en Madrid tras una larga enfermedad, tras ser operado de un tumor cerebral, y fue enterrado con gran pompa en Madrid, aunque tres años después sus restos fueron trasladados al panteón de Personas Ilustres de Valladolid en el cementerio de El Carmen, donde reposan en la actualidad. Tuvimos la suerte de que la visita guiada fuera con Clara, un encanto de persona que nos dio amplias explicaciones sobre la vida de Zorrilla, con ciertas curiosidades acerca de su familia y la casa. La entrada es gratuita. Es una visita guiada que dura unos 30 minutos, y es preciso concertar con antelación una cita, ya que es con un cupo limitado. Abre de martes a sábado 10:00-14:00 h y 17:00-20:00 h, domingos solo mañanas. Una visita muy interesante que merece la pena hacer y que...
Read moreEngañadas y ninguneadas.
Sin duda una de las visitas guiadas más decepcionantes que hemos realizado en mucho tiempo. Esperábamos una visita llena de historia y datos curiosos o relevantes de la vida y obra de uno de los dramaturgos más importantes del siglo XIX como es Don José Zorilla, pero en cambio lo que nos encontramos es un guía llamado Javier, que mostró desinterés en su trabajo y que no aportó ni calidad ni cantidad en la información que nos “transmitió”.
Desde un primer momento nos trató como a 2 jóvenes incultas que van a pasar el rato y empleó un exceso de confianza y de lenguaje coloquial a la vez que básico, sin olvidar el uso de improperios, por lo que en vez de ser una visita interesante y amena de la vida del literato, se dedicó a llevarnos a las habitaciones y comentarnos de que época eran los muebles, con frases de escuela primaria, tales como: “ esto es una cama del siglo XIX”, “en esta otra dormía con su mujer”, “esta era la sala del té y aquí se sentaba gente”, además de otro tipo de comentarios fuera de lugar y condescendientes hacia aspectos que no tenían ni conexión ni relevancia con la Casa-Museo, por lo que no explicó ni la vida ni las obras y/o inspiraciones del autor y por tanto fue una visita pobre, carente de interés y en la que sales con una sensación de no haber aprendido nada en la misma.
Debido a ese mal sabor de boca que nos llevamos, decidimos investigar en internet por nuestra cuenta y nuestra sorpresa fue mayor cuando nos encontramos con este mismo guía en un vídeo de YouTube (Noticias Castilla y León) en el que expone y desarrolla la misma visita de manera profesional y sin excederse en confianzas, por lo que este agravante nos hizo sentirnos aún más engañadas.
En otras circunstancias aún habiéndonos llevado una mala impresión, repetiríamos la visita porque todos podemos tener un día malo, pero dada la situación no podemos recomendar esta visita.
Esperamos que este comentario le sirva para reflexionar y no prejuzgar por una primera impresión.
Atentamente una guía turística y una...
Read moreJosé Zorrilla nació el 21 de febrero de 1817 en la única casa que había por entonces en la calle Fray Luis de Granada (antes llamada calle de la Ceniza). Desde su nacimiento sus padres quisieron que se dedicara a las leyes y trataron de apartarle del arte de los versos. En ella vivió Zorrilla durante los siete primeros años de su vida y, brevemente, a su vuelta a Valladolid en 1866 tras su regreso de México. Tras su muerte, el Ayuntamiento de Valladolid decidió adquirir el inmueble para honrar la memoria del poeta, convirtiéndola en casa museo. La planta baja fue habilitada como biblioteca gracias a la labor de Narciso Alonso Cortés, importante estudioso de la obra de José Zorrilla. En 1895 se colocó en su fachada una lápida conmemorativa con un busto del poeta, obra del escultor Pastor Valsero con la inscripción:Aquí nació el eminente poeta D. José Zorrilla Año de 1817 La casa es de aspecto y estructura sencilla, consta de dos plantas, sótano y jardín. En ella se conservan algunos muebles originales del poeta, como su escritorio, que fueron donados por su viuda. El amueblamiento de la casa pretende recoger el ambiente de la época en la que desarrolló su vida el poeta.Entre las pinturas que decoran las paredes del piso principal figuran un gran cuadro titulado La llegada al campamento obra del granadino Ruiz de Valdivia, que representa una escena de guerra carlista; una Vista de Sevilla, atribuida al pintor Rafael Romero Barros; Don Quijote enfermo del vallisoletano Miguel Jadraque, realizado en 1905; un retrato del poeta pintado por Ángel Díaz Sánchez y otro lienzo en el que se muestra el aspecto exterior de la iglesia de La Antigua antes de restauración, pintado en 1876 por Santos Tordesillas.Entre los recuerdos personales de Zorrilla destaca la mascarilla funeraria que obtuvo de su rostro el escultor Aurelio Rodríguez-Vicente Carretero y que fue utilizada para la realización del monumento al poeta que se encuentra en la Plaza de Zorrilla...
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