Mi experiencia fue DECEPCIONANTE desde el principio. Al llegar para almorzar, el maître me preguntó si quería “bar o restaurante”, algo extraño teniendo en cuenta que había pedido una mesa para comer.
Me sentaron en una mesa individual y, una vez allí, pedí una copa de vino y un agua. Cuando pregunté si tenían carta para ver las opciones por copa, me dijeron que no, y el maître solo me mencionó dos vinos: El Enemigo y Bressia Syrah. Me dijo que costaban 6,90 € cada uno, pero al pedir El Enemigo me aclaró que ese en realidad costaba 8,90 €. Terminé pidiendo el Bressia.
Poco después, ya con mi copa de vino y el agua en la mesa, el maître volvió y me pidió que me levantara para juntar mi mesa con otra y así poder sentar a un grupo de seis personas. Me ubicaron en un rincón junto al baño, a pesar de que el restaurante estaba bastante vacío y había varias mesas de seis libres al igual que una individual en una mejor ubicación.
Pedí una milanesa de cerdo trufada con huevo y papas fritas. Al cortar la milanesa, me di cuenta de que en las partes más gruesas la carne estaba cruda, prácticamente al rojo vivo. Informé lo que pasaba y descartaron esa porción, pero no pude sacar foto porque la retiraron de inmediato. Me ofrecieron recalentarla en microondas, pero cuando me la trajeron de nuevo, las papas estaban frías, la trufa había desaparecido y el huevo, que originalmente era cocido a baja temperatura, tenía una textura muy distinta. El plato ya no era el mismo.
En resumen, la atención fue desorganizada, me cambiaron de mesa sin razón, la cocina falló gravemente y el servicio no fue claro con los vinos. Una pena, porque el concepto del lugar promete mucho más de lo que realmente ofrecen.
Como solución descontaron el plato de la cuenta pero lo poco que comí me generó indigestión además de pasar por un mal momento.
Por último pero no menos importante el pan es viejo, se nota por la gomosidad y textura de la corteza, lo guardan en la heladera (llegó frío y húmedo por la condensación).
—————— Edito mi comentario para responder a sus intentos de tergiversación:
Quisiera aclarar que mi experiencia no fue como ustedes la describen, y me parece importante hacerlo para quienes lean esta conversación.
El cambio de mesa fue injustificado. Inicialmente me ubicaron en una buena mesa, y luego me pidieron que me levantara para cederla a un grupo. Me reubicaron junto al baño, a pesar de que había varias mesas vacías —incluyendo individuales en mejores ubicaciones— que no se ocuparon mientras estuve allí. No me ofrecieron una carta de vinos por copa, y no me mencionaron que existía. Solo me dijeron verbalmente dos opciones. Tampoco me invitaron la copa, la pagué al final. Decir lo contrario no es cierto. La milanesa estaba efectivamente cruda en algunas partes. Mostré esto al personal y retiraron esa porción rápidamente, desechándola junto con las cáscaras de huevo. No me ofrecieron hacer otra milanesa. Solo me ofrecieron recalentarla —nunca me advirtieron que eso alteraría la textura ni ofrecieron una solución real—. El plato volvió con menos calidad, sin trufa y con las papas frías. El pan estaba frío y gomoso, tal como suele ocurrir cuando se guarda en heladera. La calidad no coincidía con lo que mencionan del obrador artesanal. Finalmente, sí expresé mi disconformidad durante la comida. Mencioné todo lo que me resultó desconcertante y decepcionante, a pesar de que se limitaron a justificarse. Fui educado al despedirme porque así soy, pero eso no significa que haya tenido una buena experiencia.
Mi reseña no fue exagerada, fue honesta. Y me apena que en lugar de reconocer con humildad las fallas —que las hubo—, elijan relativizar mi experiencia...
Read morePrimero los puntos buenos: el local está decorado con mucho gusto, con iluminación tenue y pequeños focos que dan luz al plato; si te gusta este tipo de ambiente resulta muy acogedor. Los camareros son muy atentos sin llegar a ser pesados. En la carta hay por lo menos cuatro platos en los que las verduras son las protagonistas (y algún acompañamiento más) lo cual es poco común en Galicia y se agradece. Lo que se podría mejorar: el precio es bastante elevado, te puedes ir fácilmente a 80€ para dos personas o pasar de 100€ si pides una botella de vino y postres. Cuando voy a locales de esta franja de precio suele ser por uno o varios de los siguientes motivos: la elaboración de los platos es muy compleja, el tamaño de las raciones mayor o la calidad de la materia prima excepcionalmente buena. En Nómäde las raciones son bastante pequeñas, la calidad de los ingredientes es aceptable pero muchos no son demasiado caros y la elaboración está al nivel de otros restaurantes más económicos. Por poner un ejemplo, la hamburguesa, que ni siquiera es de ganado mayor, con patatas que hay que pedir a parte sale por 21,80€ y deja bastante sitio para un entrante y/o postre. La decoración aunque muy agradable mejoraría con algún elemento más auténtico, algo vintage o algún cuadro o escultura únicos, porque da impresión de que podría ser una franquicia replicable en cualquier ciudad. La selección de vinos por copa es escueta y muy mediocre y la persona que nos atendió carecía de formación básica en sumillería. Todo lo que tomamos estaba correcto pero no volvería a no ser que alguien me invite....
Read moreEl viernes pasado acudimos mi novia y yo a este restaurante, teníamos ganas de probarlo. Nos atendieron amablemente, pedimos ostras a la brasa (que de brasa no tenían nada, porque venían en crudo y con una salsa ponzu por encima), de segundo una picaña a la brasa. Después de cenar nos fuimos para casa, más o menos a las 2 horas de haber cenado y sin haber tomado nada más depués de la cena, me empecé a encontrar mal, como el estómago hinchado y muy cansado. Al rato empecé a vomitar y diarrea, así estuve toda la noche. Mi novia tuvo la mala suerte de no vomitar tan pronto (vomitó muy poco, pero tuvo mucha diarrea en medio de la noche) y todavía estuvo al día siguiente con mucha diarrea. Yo al día siguiente y después de haber expulsado toda la cena, estaba bastante bien ya, con lo que no pudo ser otra cosa que la cena (las ostras). Al día siguiente llamamos al restaurante y hablamos con la encargada para contarle lo sucedido y que tuviesen cuidado de servir las ostras, muy amablemente nos pidió disculpas y que lo sentía mucho. Nos pidió el número de teléfono y nos dijo varias veces que hablaría con el dueño y el jefe de cocina y nos volverían a llamar (lo repitió varias veces). He comido muchas ostras en mi vida y nunca me han hecho daño, pero a lo mejor nos tocó a nosotros ese día. Lo que me parece alucinante es que tengas unos clientes con ese problema y el dueño no tenga ni el detalle, ni la decencia de llamar o de preocuparse por nuestra salud. A día de hoy, y pasados 5 días, nadie se ha puesto en contacto con nosotros, de ahí esta reseña, porque tiempo, han...
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