I was really disappointed with my visit to Anormal. The midday menu (€16) is poorly explained—you have to ask for it, and even then, it lacks details. For example, I chose tacos, only to find out chicken was the only option, which wasn’t mentioned anywhere. The dessert wasn’t a choice either, just Nutella tequeños.
The portions are small, the flavors are average, and the prices are way too high for what you get. Tacos al pastor from the regular menu were €12, which is absurd for such small servings. Overall, it’s “anormal” to charge so much for such a limited, unclear offering.
Update: Hello,
Thank you for your response, but I must address several inaccuracies and clarify my experience.
First, the menu does not clearly detail the options. It simply lists items like “enchilada, nachos, quesadilla, tacos, postre,” without specifying details like the type of tacos available. We only learned that the tacos were chicken when we attempted to order. If the options change weekly, this should be reflected in a properly updated menu or explained by staff upfront, neither of which happened.
Regarding the dessert, the menu didn’t even specify that it was included, but we assumed it was, as that’s standard for a midday menu. However, no options were provided, and we weren’t informed what the dessert would be. We were simply served Nutella tequeños as a surprise, with no prior choice or explanation. While they were fine, it’s disappointing not to have a choice in the matter or to know what the dessert is beforehand.
Additionally, the midday menu wasn’t provided by default—we were initially given the normal menu and had to specifically ask for it. The waiter even claimed it wasn’t available because it was Saturday, though it was actually Friday. This confusion only added to the poor experience.
Lastly, while you mention that prices reflect quality and care, that doesn’t justify the small portions, vague descriptions, and lack of communication. If you value customer satisfaction, consider creating clear, detailed menus (including weekly updates for rotating items) and ensuring that staff communicate all options transparently.
Unfortunately, my experience didn’t meet expectations, and I stand by my original...
Read moreUna joya latinoamericana en el corazón de Sant Gervasi: Restaurante Anormal Ayer descubrimos, casi por azar, un rincón que merece ser celebrado: el restaurante Anormal, ubicado en la calle Balmes 440, en Barcelona. Lo visitamos por primera vez con mi esposa, sin grandes expectativas, y salimos gratamente sorprendidos. Lo que allí se ofrece no es solo comida, sino una experiencia entrañable y sabrosa que merece ser compartida.Comimos en una agradable terraza que se encuentra en la plaza Narcisa Freixas, Una joya latinoamericana en el corazón de Sant Gervasi: Restaurante Anormal Ayer por la noche descubrimos, casi por azar, un rincón que merece ser celebrado: el restaurante Anormal, ubicado en la calle Balmes 440, en Barcelona. Lo visitamos por primera vez con mi esposa, sin grandes expectativas, y salimos gratamente sorprendidos. Lo que allí se ofrece no es solo comida, sino una experiencia entrañable y sabrosa que merece ser compartida. Desde el primer momento nos recibió Mateo, el camarero, con una calidez y una amabilidad difíciles de encontrar hoy en día. Su trato cercano y atento marcó el tono de toda la velada: uno se siente en casa, pero en una casa donde la cocina está en manos maestras. Pedimos platos típicos latinoamericanos, y cada bocado nos llevó de viaje: sabores auténticos, bien equilibrados, sin concesiones ni artificios. Aquí se cocina con alma. Por ello, es justo felicitar y agradecer sinceramente a Carlos, el cocinero, y a Jefferson, su ayudante, por el oficio y la pasión que ponen en cada plato. La calidad de los ingredientes, la ejecución precisa y el respeto por la tradición hacen de esta cocina algo digno de celebración. Los postres, además, nos devolvieron a la tierra natal. Como colombiano, me emocionó reencontrarme con dulces que evocan infancia, familia y raíces. Esos pequeños detalles —la textura, el aroma, el punto exacto de azúcar— hablan de un conocimiento profundo del paladar latinoamericano. El precio, por otra parte, es sorprendentemente razonable para la calidad ofrecida. En tiempos donde lo mediocre a menudo se disfraza de gourmet, lugares como Anormal nos recuerdan que lo excelente también puede ser accesible. En resumen, Anormal no es un restaurante más: es una pequeña joya del barrio, discreta pero luminosa, donde se celebra lo mejor de nuestra cocina latinoamericana con dignidad, autenticidad y cariño. Vaya desde aquí mi agradecimiento y felicitación a todo el equipo. Volveremos. Sin duda. al lado del Club de tenis Barcino. Desde el primer momento nos recibió Mateo, el camarero, con una calidez y una amabilidad difíciles de encontrar hoy en día. Su trato cercano y atento marcó el tono de toda la velada: uno se siente en casa, pero en una casa donde la cocina está en manos maestras. Pedimos platos típicos latinoamericanos, y cada bocado nos llevó de viaje: sabores auténticos, bien equilibrados, sin concesiones ni artificios. Aquí se cocina con alma. Por ello, es justo felicitar y agradecer sinceramente a Carlos, el cocinero, y a Jefferson, su ayudante, por el oficio y la pasión que ponen en cada plato. La calidad de los ingredientes, la ejecución precisa y el respeto por la tradición hacen de esta cocina algo digno de celebración. Los postres, además, nos devolvieron a la tierra natal. Como colombiano, me emocionó reencontrarme con dulces que evocan infancia, familia y raíces. Esos pequeños detalles —la textura, el aroma, el punto exacto de azúcar— hablan de un conocimiento profundo del paladar latinoamericano. El precio, por otra parte, es sorprendentemente razonable para la calidad ofrecida. En tiempos donde lo mediocre a menudo se disfraza de gourmet, lugares como Anormal nos recuerdan que lo excelente también puede ser accesible. En resumen, Anormal no es un restaurante más: es una pequeña joya del barrio, discreta pero luminosa, donde se celebra lo mejor de nuestra cocina latinoamericana con dignidad, autenticidad y cariño. Vaya desde aquí mi agradecimiento y felicitación a todo el...
Read morePrimer comentario:
Pedimos un domicilio que en el papel se vende como comida colombiana pero que la verdad no tiene nada que ver. Como si esto fuera poco los precios y tamaños son ridículos. Una sopa de 12 euros con el tamaño de un tarro de salsa (y a la mitad). Los complementos (arroz y aguacate) más pequeños que una copa de chupito. Una empanada mini por el precio de una tapa en un restaurante normal... y para más colmo, la empanada del sabor que no pedimos. En fin, un desastre.
Segundo comentario: basado en la respuesta del chef Jon Giraldo
Me parece genial que sigas la tradición hostelera colombiana de tu familia. No obstante, esto ni mejora ni empeora el servicio recibido mediante el domicilio del día de ayer.
Gracias por aclarar las medidas. Desafortunadamente a los clientes nos ocultan este tipo de detalles en el momento de hacer la compra que es cuando realmente deberíamos saber porciones y cantidades.
Igualmente, 350 ml (el tamaño de una coca-cola en lata) desde mi punto de vista no es la medida esperada para un plato de ajiaco, además el precio (25€ x 2 platos, 13,55€ x 1 plato!) está bastante fuera de los límites. La competencia en Barcelona, por no ir más lejos, cobra la mitad por la misma cantidad (medio plato lo llaman). Esto hablando solo de la sopa.
En cuanto a los acompañamientos 6 mini cubos de aguacate y 40 g como mucho de arroz (200 ml según las medidas que nos proporcionan) tampoco es lo que se suele dar (insisto, en competencia acá en Barcelona, ya ni mencionar en Colombia). Y sin hablar del pollo mechado que no es pollo mechado son restos de pollo mechado que ni se sienten en la sopa.
En cuanto al sabor, sin comentarios, no es ajiaco desde mi punto de vista. Como recomendación, al igual que lo hacen con la Bandeja paisa deberían poner en la descripción nuestra versión, con eso ya nos enteramos que es una interpretación propia del restaurante del ajiaco y ahí el cliente tendría la información bastante clara.
En cuanto a las empanadas, el precio en el domicilio son 2,90€ y pedimos unas de pollo y llegaron unas de setas. Si nos vamos a otros sitios el precio es menor pero lo molesto no es tanto el precio es su tamaño. Y los tequeños la misma historia.
Finalmente, en cuanto a tener una segunda experiencia creo que los platos se ven mucho mejor en su versión no domicilio. Razón por la cual decidimos ir a ciegas pidiendo un domicilio. Las fotos y reviews se veían bastante bien en la mayoría de platos. Y con seguridad muchas personas que han ido se han sentido bastante satisfechas. Este review nace de mi experiencia y de lo que sentí en el momento del pedido. No sé si volveré pero sin duda nunca recomendaré pedir domicilios.
También debo decir que sobra el comentario de compatriota, no quiero ni pensar el por qué lo sabes. Este review va por 3 compatriotas y un extranjero amante de la comida colombiana. Por ser de mi país no implica que no tenga derecho a expresar mi opinión respecto a un servicio recibido. Sin duda, a partir de este comentario seguirán mejorando y espero que en un futuro un domicilio del mismo tipo no reciba este tipo de críticas.
Mucho amor y...
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