-¿Para cuántos? -preguntó la camarera con esa voz fina y acentuada en un precioso toque italiano. -Yo solo -intenté sonreír, tímido, algo cortado. -Pues dame unos minutitos y tengo mesa para ti -el encanto fue tal que no supe hacer otra cosa que esperar, intentando concentrarme en mis asuntos en mi móvil.-La del fondo -dijo. Y hacia allí que fui. - El menú está al final de la carta -explicó con su singular encanto, casi un guiño. No pude expresar más que un escueto "Gracias", y hacia la mesa me dirigí, quité la chaqueta y senté. Mientras leía la carta, toda una preciosa y solícita coreografía en sincronización, iban y venían atendiendo mesas. Parecía que en el local vivía una armonía en la que todo se realizaba de manera tácita, una sensación de experiencia y saber hacer, que tranquilizaba y hacia sentir como en casa, cómodo. -¿Algo para beber? -volvió a sonar la preciosa y animada voz. -Tan sólo agua. -dije, sin pretensión de parecer sano, era lo que me apetecía. -¿Fría o del tiempo? -ese acento iba calando, qué belleza de voz. -Del tiempo, gracias. -dije. Al volver con la botellita de agua y el vaso yo ya había decidido lo que quería. -Una cuatro estaciones, por favor. -Muy bien. -y marchó enseguida a ordenarla a cocina. No tardó mucho en volver con la pizza. Sorprendido, no comencé enseguida a comer. La comida ardiendo no deja saborearse, así que para que se enfriara un poco empecé a cortarla en trozos siguiendo el patrón octogonal. Un ratito de reposo y comencé a comer. El primer bocado me sorprendió, mi mente se calló... para dejar que las papilas gustativas disfrutaran del sabor, masticar se convirtió en un acto de placer, los ingredientes se volvieron actores principales, la masa era el papel donde se escribía el poema, el tomate se comportó como la tinta con la que se escribe, jugoso y un pelín ácido. Un trozo tras otro fue haciendo que el clímax continuara, las alcachofas dejaron paso a los champiñones, y ellos a su vez al jamón dulce, y por último al salami. Por fin una pizza en la que los ingredientes brillaban por sí mismos. La rueda del sabor siguió dejando mi mente en un estado ligero, mi estómago lleno me agradeció haberlo llevado allí. Terminé, todavía un poco ensimismado por la experiencia. La camarera, como un hada, me retiró el plato terminado, y como en un baile, entró en acto la compañera para ofrecerme el postre. -¿Es muy grande el tiramisú? -yo estaba lleno y satisfecho, no pensaba en llenar más el estómago, pero entre la lista apareció "tiramisú", no me pude negar Con una sonrisa fue a por él y con una sonrisa volvió con él. El cuenco en el que lo sirvió no dejaba ver la proporción real del tamaño, pero se apreció considerable. El engaño fue bastante agradable, dudé si lo terminaría, pero la emoción que provocaba cada cuchara no me dejó dejar rastro de él. Cremoso, denso, sabroso, justamente seco y con el dulzor exacto que te deja apreciar el conjunto del poste, cada cucharada intensa recordaba a esa comida que sabes que no es sólo alimento. Terminarlo me produjo pena. -¿Todo bien? -preguntó la camarera con fino acento. -Exquisito -me salió con asombro y hasta vergüenza. - La cuenta, por favor. Pagué sorprendido de que una experiencia como ésta me resultara tan bien de precio. Recogí mis cosas, fui al baño antes de salir. Y al salir por la puerta me quedé un instante sólo, quieto tras la puerta a mis espaldas. Aquí no sólo hay Cuore,...
Read moreUnfortunately our visit was not very pleasant, but I have to say it’s simply because of the food as the waitresses were nice. The salad had little to no goat cheese & salmon on it (even though on other review photos it was packed) but that was still the best of the 3 courses. The pizzas were super wet, and the dough was clearly raw on the sides - and the kind waitress tried to convice me it’s just the Napoletana style….:) And then to top it off, the ricotta was clearly over it’s best before date, and the tiramisu was still frozen, with a little garlic taste to it - clearly was in the fridge for multiple days… Unfortunately, we...
Read moreWent here on a whim - my husband and I were more than impressed. Ironically enough, we were just in Naples less than a week ago. This place lives up to the hype, it was like we were having pizza in Naples again. So delicious, generous portion sizes. Definitely dine in. Staff is friendly, the interior of the restaurant is very beautiful. 10/10 will come back when we return to Barcelona.
Editing to add: we got the Margherita and the marinara pizzas. Everything was very fresh and you can tell they put a lot of love...
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