Estábamos disfrutando de un día estupendo en la playa de Poniente y decidimos acercarnos al bar El Bahía, en primera línea, atraídos por su buena pinta. Preguntamos al camarero si los mojitos que servían eran buenos, simplemente porque el día anterior habíamos tenido una mala experiencia en otro local cercano donde nos sirvieron mojitos con sirope artificial.
El camarero nos respondió con bastante seguridad, casi ofendido por la pregunta, asegurando que en El Bahía los mojitos se hacían como Dios manda: con lima, menta fresca, y que incluso uno de sus compañeros era cubano. Nos dejamos llevar por esa seguridad y pedimos cuatro mojitos para llevar a la playa.
A primera vista, tenían buena pinta. Pero al probarlos, los cuatro coincidimos: los mojitos no sabían absolutamente a nada. Ni rastro del ron, la lima apenas se notaba y la menta estaba echada sin machacar, lo que impide que libere su sabor. Literalmente, era como beber agua con hielo, unas hojas verdes y unos gajos de limón enteros.
Volvimos al bar para comentarlo de forma educada, pidiendo al menos un chorrito más de ron para darles algo de gracia. La respuesta fue tajante: “Los mojitos son así, si no os gusta es vuestro problema.” En lugar de intentar entendernos o buscar una solución, el camarero se puso a la defensiva, justificando su receta y cuestionando nuestros gustos.
Viajo por el mundo entero y en prácticamente cada sitio donde voy, pruebo los mojitos. Sé reconocer cuándo están bien hechos y cuándo no. Por eso me parece una pena —y, sinceramente, una vergüenza— que ni siquiera se escuche una crítica constructiva con el fin de mejorar. Escuchar al cliente no significa ceder en todo, sino tener la humildad de valorar el feedback cuando se da con respeto.
Nos marchamos con la sensación de haber pagado por un producto que no cumple lo que promete, y con una atención al cliente muy mejorable. Lamentablemente, no volveremos a pedir un mojito en El Bahía. Una decepción en toda regla para un sitio con tanto potencial en una ubicación privilegiada. Ps: ni siquiera saque una foto ya que...
Read moreCATASTROPHIQUE ! Étant française j’y suis allée pour manger avec des copines. Lorsque nous sommes arrivées sur place j’ai demandé à un serveur de nous prendre en charge (car on avait patienté 5 minutes sans que personne ne vienne nous voir, alors qu’ils nous voyaient). Il m’a fait un signe de la main du style « attend » (pas du tout professionnel). Nous avons dû marcher jusqu’à un autre serveur qui a pu nous installer. Une fois installées, une serveuse très active (étrangement) nous a pris notre commande. Elle n’écoutait pas tout ce que l’on lui disait… Mon amie lui a posé une question sur la commande, elle a fait appel à son collègue qui lui a dit clairement qu’on dérangeait et qu’elle n’avait pas à nous expliquer la carte car c’est écrit dessus. On a attendu 40 minutes pour que les plats arrivent. Au niveau du goût c’était plutôt bon mais pas ouf non plus. Lorsque le serveur est venu débarrasser notre table, il a fait tomber un couvert sale sur mon amie sans s’excuser ou lui donner quelque chose pour qu’elle s’essuie (toujours pas professionnel). Nous avons dû aller aux toilettes pour nettoyer sa robe. Une fois passées à la caisse (on a encore attendu pour payer alors que le caissier était en face de nous, il faisait mine de ne pas nous avoir vues). Je demande à ce qu’on lui fasse un petit geste commercial pour la tache de mon amie, en vain. Il prend ça à la rigolade en me disant que le serveur qui a taché ma copine ne travaillait pas ici. J’ai jamais vu un service aussi éclaté. Je déconseille...
Read moreFuimos a cenar 5 personas y aunque la comida nos gustó el servicio fue nefasto. Pedimos de entrante ensaladilla y 5 unidades de alitas barbacoa, después de esperar un buen rato nos sirven los entrantes junto con la cena pero para nuestra sorpresa vemos que nos traen 5 platos de alitas en vez de 5 unidades como indica en la carta. Le decimos al camarero que se han equivocado y se va. Cuando vuelve viene de muy malas formas, sin dejar hablar al cliente sobre lo sucedido, además hace un comentario muy feo hacia el compañero que nos había tomado nota 'es que es cubano y no entera mucho'. Pedimos agua y al traernos los vasos el camarero ve que no hay hueco en la mesa le pedimos que retire el plato de la ensaladilla y nos dice 'este momento no puedo cogerlo, NO VES COMO VOY'. Al pedir la cuenta revisamos el ticket y vemos que nos cobran los 5 platos de alitas...no se preocupan ni en revisarlo antes de entregarlo al cliente. Una pena que el servicio arruine un local recién reformado con buena localización y ambiente para comer y...
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