Durante mi visita a Burgos, decidí probar el Café Bar La Bóveda para desayunar, ya que me lo habían recomendado por su estética cuidada y su carta moderna. Y la verdad es que el lugar, a primera vista, es precioso. Tiene una decoración muy bien pensada, con toques modernos y rústicos, luz natural y un ambiente que invita a quedarse. Sin embargo, hay un detalle que empañó bastante la experiencia: el ruido.
No sé si fue un día puntual o si es algo habitual, pero el nivel de ruido dentro del local era realmente molesto. No ayudaba que la música estuviera alta, lo que inevitablemente llevaba a que los clientes subieran el tono de voz para poder hablar, creando un efecto bola de nieve que convertía el lugar en una especie de pequeño caos acústico. Y es una pena, porque el espacio se presta a desayunar con calma o incluso a quedarse leyendo un rato. Pero con ese volumen, era prácticamente imposible relajarse.
En cuanto a la comida, he de decir que el desayuno fue excelente. Pedimos unos huevos benedictinos con salmón que estaban en su punto: la yema cremosa, la salsa holandesa bien equilibrada y el pan que hacía de base crujiente y sabroso. También probamos un pincho de tortilla que llevaba cebolla caramelizada, un toque que nos sorprendió muy positivamente y elevaba el sabor clásico de la tortilla a otro nivel. Pero lo mejor, sin duda, fueron las tortitas de pistacho: esponjosas, dulces sin empalagar, con un sabor intenso pero delicado. Una auténtica delicia que recomendaría a cualquiera que pase por allí.
El café, por su parte, era correcto. Estaba bueno, pero no memorable. Para un sitio que cuida tanto los detalles estéticos y tiene una carta tan atractiva, creo que hay margen de mejora en la calidad del café. No me pareció mal, pero tampoco dejó huella.
Otro punto que me gustaría señalar es el trato del personal. No fue abiertamente malo, pero sí noté una actitud bastante fría por parte de las camareras. Falta de amabilidad, pocas sonrisas, respuestas secas… una sensación de que estaban haciendo su trabajo sin demasiado entusiasmo. Y lo curioso es que esta no fue una experiencia aislada: durante los días que pasamos en Burgos, notamos lo mismo en muchos otros locales. No sé si es una cuestión cultural o casualidad, pero la calidez en el trato al cliente no parece ser una prioridad en esta ciudad, al menos desde mi experiencia.
En resumen, Café Bar La Bóveda tiene una propuesta gastronómica muy buena y un local precioso, ideal para un desayuno diferente y bien elaborado. Pero si mejoraran el aislamiento acústico, bajaran un poco la música y formaran al personal en un trato más cercano y amable, estaríamos hablando de un sitio redondo. Hoy por hoy, es un lugar al que volvería por la comida, pero con tapones para los oídos y sin muchas expectativas sobre...
Read moreFuimos a desayunar un sábado por la mañana. Nos trajeron la bebida y nos dijeron que la comida ya "dependía de cocina". No sé, coordínate como cualquier otro bar del planeta. Luego resulta que hubo un problema con el sistema informático y no se había mandado la comanda. Cosas que pasan. La camarera a cargo fue a avisar a cocina (yo había pedido un bikini). Cómo media hora más tarde el bikini seguía sin salir y otra camarera que entró posteriormente volvió a reclamarlo y ya sí que salió, pero el huevo frito que llevaba estaba ligeramente quemado por los bordes. El zumo de naranja, aparentemente natural, no sabía a zumo natural. Entiendo que lo del tiempo son cosas que pasan pero después de esperar 45 minutos para un sándwich de jamón York y queso con un huevo frito por encima, que no es que pidiera el plato más elaborado, llega la cuenta y ahí es donde se cargan cualquier atisbo de empatía que pudiera quedar. El precio era superior a lo que ponía, revisé por si no tenía IVA incluido, lo que es ilegal pero que me he encontrado alguna vez. Sí lo tenía, pero en la última página, a la que no llegué, leí que CADA consumisión tenía un recargo de 0,20€ por servicio a la mesa. Por cierto, que al llegar, íbamos a pedir en la barra y se nos indicó que no, que nos atendían ellos. Me parece un robo y una práctica de piratería, no ya por la cantidad, sino por no incluir los 0,20€ en el precio de la consumisión, ya que se trata de un pago obligatorio por cada producto que pidas. La única justificación que tiene ponerlo aparte es engañar a la gente y eso me parece deplorable. Ahora, a posteriori, he visto que ha habido otras quejas al respecto y la respuesta de la empresa es que aparece en la carta. Sigue siendo un intento de engaño al cliente y un robo y...
Read morePetita cafeteria aprop del centre que de seguida queda plena de gent. Disposa d'un espai a planta baixa on hi ha la barra i unes quantes taules altes on poder seure per prendre un cafè o un esmorzar. Al fons del local, hi ha un espai més avall amb 5-6 taules. I en el mateix pis, la cuina. Per esmorzar tenen opcions dolces i salades. Pots demanar un entrepà d'alvocat, torrades amb tomàquet... I també pinxos de truita, normal (amb ceba) o bé farcides, que van canviant. Aquell dia tenien cecina amb formatge de cabra i pernil dolç amb formatge. De dolç, tenen tot tipus de panckes, que els pots acompanyar del que et vingui de gust: xocolata, nata, fruits vermells, etc. Per beure també disposen de tot tipus de combinacions amb cafè (ice latte, caputxino, ....) i sense com batuts de fruita. En el nostre cas, ens vam decantar pel salat i vam tastar els tres tipus de truita. La més gustosa, la de cecina. Totes tres estaven ben fetes, cruetes i molt esponjoses. T'han d'agradar aquest tipus de truita més desfeta, amb l'ou poc cuatllat. Si són del teu agrat, sens dubte serà un encert escollir-les! El local és bonic, està ben cuidat i decorat. El servei és amable i atent. Una cafeteria totalment...
Read more