Tapería L´avenir — Restaurant in Cáceres

Fuimos porque nos lo recomendó un familiar con buen criterio. Creo que simplemente tuvieron mala suerte con nosotros. Si algo podía salir mal, salía mal. La cerveza de barril es Alhambra especial y la caña cuesta 1,3€ (hasta ahí perfecto) el problema es que debía ser el final del barril o algo porque tenía pocas burbujas. La música un poco alta para nuestro gusto, ya que al hablar con el camarero el pobre no escuchaba bien. Pedimos croquetas de calabaza y queso brie y estaban muy sosas. Al decírselo al camarero trató de convencernos de que seríamos por el gusto de la calabaza. Comemos calabaza en casa con frecuencia, el problema es que al cocinero se le olvidó poner sal a las croquetas. Uno de los vasos estaba roto, concretamente el mío y el de mi cuñada tenía un bichito dentro. No nos gusta el agua mineral. Al pedir la caña pedí también un vaso de agua y me dijeron que sólo tenían botellas de medio litro, que no podían poner jarras de agua. Al explicar que no nos gusta el agua mineral, norte sirvió una jarra de agua y nos cobró 2€ por ello. No me gustó el detalle. Todos estábamos bebiendo cerveza en la mesa, no me parece de buen gusto tener que pagar más por el vaso de agua que pides que por la cerveza que estás tomando. Lo mejor sin duda fue la pastela, tarda unos 20 minutos en hacerse, si no hubiéramos pedido otra sin dudarlo. El sabor exquisita trastada a Marruecos sólo con el primer bocado, la carne excelente y la miel de acompañante deliciosa. Los postres están buenos. Los helados aún no son caseros, pero nos comentó el camarero que...

LAMENTABLE. Lo pongo en mayúsculas porque mi experiencia, junto a la de los amigos que asistimos fue, peor, imposible. Reservamos con 2 días de antelación, una vez estábamos sentados a la mesa, nos dijeron que no tenían disponible el 75% de la carta. Después de 1 hora y media sentados, habíamos comido una patata y media por barba correspondiente a las 2 raciones de patatas bravas que habíamos pedido (éramos 8). Después de varias quejas por la larga espera (lo único que nos sirvieron en condiciones fue la bebida), espabilaron en cocina, y las siguientes raciones llegaron de manera inminente, pero insuficientes, y mal preparadas. El colmo de los colmos, fue llegados al postre. Solo disponían de una clase (coulant de chocolate), y además nos dijeron que solo tenían 4 unidades y que teníamos que compartirlo. Con el hambre con el que nos habíamos quedado, como para rechazarlo…, ni que decir tiene que más que coulant de chocolate, parecía polvorón de Navidad. En fin, un desastre. Este lugar tiene que espabilar. Si no tienes comida para atender a los clientes, porque no has hecho la compra de una manera correcta, coméntalo antes de que estemos sentados para poder decidir si vamos a otro lugar. Lo que no puede permitirse un sitio que se llama tapería o restaurante, es que los clientes tras pagar la nada despreciable cantidad de 30 y tantos euros por barba, tengan que ir a continuación y más de 3 horas después de permanencia en esta tapería, a comprarse un panini para comer, en las inmediaciones de la...

Entiendo que el día de Reyes todo está saturado pero el servicio fue extremadamente lento, solo había una persona atendiendo las mesas.

El local es pequeño y estaba lleno, me tocó sentarme en la ventana que me habían habilitado con un cojín. Desde mi punto de vista las mesas estaban muy juntas y realmente se está muy apretado, nada más entrar nos chocamos con el árbol de Navidad. Literalmente no había espacio entre el árbol y una mesa grande que había ocupada.

Comida: Todo lo que comí estaba bueno. Las migas fuera de carta me las ofrecieron ya que la otra opción que me dijeron por teléfono (revuelto de níscalos) no estaba disponible. La pastela vegana supuestamente estaba encargada pero me la pusieron pasadas las 5 de la tarde. Y para las berenjenas que van con miel me dijeron que me las podían servir con sirope de agave o similar pero ya no les quedaba.

Servicio: hay que pedir las cosas en reiteradas ocasiones y los platos tardaron excesivamente en salir. Estuvimos 3 horas en el restaurante, perfectamente puede pasar una hora desde que pides hasta que el primer plato llega a la mesa. Creo que es el punto a mejorar y por el cual flaquea el restaurante.

Lo bueno es que una de las cocineras y supongo que dueña del local, salió a disculparse por el servicio tan lento y nos explicó que había habido una baja en el personal. Se agradece que nos invitaran a cava y también nos ofrecieran roscón.

En resumen, la comida muy buena, hay que espaciar las mesas y acelerar...