Restaurante Qué leche! — Restaurant in Las Palmas de Gran Canaria

A jewel in Las Palmas.

Place: it is a tiny restaurant in the old area of triana in Las palmas. You need to book in advance because it is usually fully booked , specially on weekends.

Service: The guys there are super nice, they also speak english. They gave recomendations and explained all dishes in detail. The service wasn't super fast but quick enough.

Food: To taste they borught tamarind puree with apple and carrot strips. Super tasty. They also serve some extra virgin olive oil for the bread.

Starters were croquetas de chipirones with alioli. Seafood taste was strong, and properly fried not too bready, alioli soft and creamy. Lobster dumplings: they came in a kombu algae sauce. They were beautifully cooked. They are not always available bur if they offer them, order! A promising start.

For mains: Tuna poke. It comes with a lime foam on top. Tuna well marinated, a bit of spicy, just a kick. Served with corn chips. Chipirones: they are served with a pistachio sauce and a rice cake on top.loved the combination and the taste. Cochinillo: served on top of a sweet potato puree. It is served with a thin slice of chicharron (crispy pork crust), and it was tender and tasty. Cooked to perfection.

Deserts were Maracuya (passion fruit) foam and cheescake. The forat one is a must try. It is a delicious combination of the fruit and other elements. The cheescake is their best seller, for a reason.

This is a must visit in Las Palmas if you are looking for something different. It is not a cheap place but is also not too expensive and servings are big enough. Very...

VELADA JUNTO AL ASEO CON TENTATIVA DE INSECTICIDA PARA SU DISFRUTE. Estábamos muy ilusionados con probar este restaurante que tan buena crítica parece cosechar. Reservamos, y nos indicaron por teléfono, al hacer la reserva, que no quedaban mesas, pero que teníamos la posibilidad de comer en una barra, y nos aclararon que era como una mesa alta. Lo aceptamos porque no es tan raro esas mesas altas que parecen una barra en medio de la sala. Al llegar al restaurante nos dimos cuenta de que dicha barra estaba situada a la derecha de la entrada en una zona apartada y en un ventanal como un escaparate a la vista de los transeúntes, pero decidimos verlo como un sitio con vistas a la calle. Al poco tiempo de sentarnos, nos dimos cuenta de que nos encontrábamos a unos 50 cm del aseo. La segunda comensal que accedió al mismo tropezó con mi silla. Lo comentamos a la camarera y no dijo que no nos preocupáramos que no nos íbamos ni a enterar. Cuando estábamos disfrutando de nuestro vino, vimos una cucaracha paseando entre nuestras butacas. Avisamos al personal de sala y la camarera vino rápidamente a solucionar la incidencia “con un bote de insecticida”. Tuvimos que pararla para que no aplicara dicho producto debajo de nuestra cena. Insecticida en una zona de ingesta de alimentos en el momento en el que se iban a ingerir éstos. No sólo nos hubiera arruinado la experiencia organoléptica, sino que hubiera añadido un producto tóxico a la misma. Le pedimos que retirara la cucaracha de otro modo, pero la camarera se fue y ya no volvió. La cucaracha continuó paseando de un lado al otro de nuestras butacas hasta que nos fuimos. Cuando llegó el primer plato ya había entrado al baño 6 comensales (es unisex y por allí pasa todo el que lo necesite). Este último comensal dejó las dos puertas del aseo abiertas con el sonido de la cisterna y ambientación consecuente para nuestro deleite. El camarero vino rápido a cerrarlas y a disculparse. No estábamos nada cómodos, no disfrutamos de la experiencia. Le preguntamos que si tenía otra mesa y ante la negativa decidimos pagar lo consumido e irnos. El camarero nos ofreció cambiar la reserva a otro día, y en principio lo hicimos. No nos gusta acrecentar ya de por sí una mala situación y salir disgustados más de lo necesario para poder ir a otro sitio a cenar y poder disfrutar de la velada. No obstante, decidimos cancelar dicha reserva cuando evaluamos toda la situación y al ver que, a pesar de todo, no hubo ni la más mínima compensación por la nefasta experiencia. Pagamos lo consumido. No...

We had a fantastic dining experience at Restaurant Que Le Che in Las Palmas. From the moment we arrived, we were greeted with warm and friendly service. The staff was incredibly attentive, making sure we felt welcome and well taken care of throughout our meal.

The food was delicious! We chose a variety of tapas to share between three people, and every dish was beautifully presented and full of flavor. Each bite was a delight, showcasing high-quality ingredients and expert preparation.

If you're looking for a restaurant with excellent food, outstanding service, and a great atmosphere, Que Le Che is definitely worth a visit. We highly recommend it and will certainly be...