Restaurante Alfonso Valderas — Restaurant in León

Nuestro desconcierto inicial (el restaurante se encuentra en una entreplanta y se accede subiendo unas escaleras que, a simple vista, más bien parecen un portal de vecinos) finalizó nada más abrir la puerta. El dueño del restaurante te recibe y te acompaña hasta tu mesa de forma cordial y educadísima. En nuestro caso, nada más cerciorarse de que uno de los comensales tenía una intolerancia al gluten, avisó a la responsable de sala que se encargó personalmente de cambiar la vajilla de la persona celíaca y estar, en todo momento, pendiente de lo que pedía y asegurarse de que no había posibilidad alguna de contaminación cruzada. El restaurante está especializado en bacalao, que salan ellos mismos y tratan con mimo en cada una de sus elaboraciones. Tras unos entrantes consistentes en una Ensalada de cogollos de Tudela con tronco de Bonito del Norte y anchoas y una Morcilla de León con compota de manzana y piñones de Castilla, nuestro grupo de 4 personas probó 3 de sus especialidades: Bacalao Valderas, Bacalao gratinado al Queso de Valdeón, y Manitas de cerdo deshuesadas rellenas de bacalao con salsa vizcaína. Ustedes me perdonarán si no acompaño a este comentario las fotografías, pero créanme que hay restaurantes en los que el espectáculo está en el género, en su cocinado, en su sabor, en el cariño y esmero con el que se preparan los platos y no en cómo están emplatados, y doy fe que estaban como merecían, bien presentados, generosos en cuanto a la cantidad y sobrados de calidad. Ni había tiempo para fotos ni era el lugar apropiado. A este restaurante se viene a disfrutar de la comida y de la compañía, se trata de un restaurante familiar, de los de toda la vida, donde la gente celebra sus cumpleaños, sus aniversarios, sus días especiales, y había que respetar ese espacio de intimidad que todos ellos venían buscando. No sonó ni una llamada, no había nadie con el móvil sobre la mesa, la gente hablaba, reía, disfrutaba... Y volviendo a la comida, imposible decidir cuál de las especialidades de bacalao estaba mejor. El único de nosotros que se decidió por el solomillo de vaca, disfrutó también de un magnífico medallón en su punto exacto de realización, con un sabor y texturas exquisitos, sin adornos, para disfrutar de la carne. Rematamos la comida con una torrija fantástica y una copita de Guitian Vendímia Tardía que hizo de la sobremesa un dulce remate a nuestro paso por León. ¿Y el precio de la comida?, el apropiado. Ni más, ni menos. La calidad, el servicio, la atención, el equipo y la profesionalidad se pagan. Y, créanme, restaurantes como este merecen hasta el...

El Restaurante Alfonso Valderas es, sin duda, una joya gastronómica en la ciudad de León, especialmente para los amantes del bacalao. Este establecimiento ha sabido mantener y realzar la tradición culinaria de la familia Valderas, con una dedicación y esmero que se perciben en cada plato servido.

Quiero hacer una mención especial a Carlota y Raquel, las hijas de Alfonso Valderas, quienes han asumido las riendas del negocio con una maestría y pasión excepcionales. Desde que tomaron el relevo de su padre, han llevado el restaurante a nuevas alturas, combinando la herencia culinaria con innovaciones frescas que encantan a los comensales.

La calidad del bacalao que ofrecen es inigualable, preparado con técnicas tradicionales que realzan su sabor y textura, y acompañado de guarniciones que complementan a la perfección cada bocado. La atención al detalle en cada plato refleja la dedicación y el talento de Carlota y Raquel.

El ambiente del restaurante es acogedor y elegante, creando una experiencia gastronómica que va más allá de la comida, haciendo que cada visita sea memorable. La amabilidad y profesionalidad del personal también merecen un reconocimiento, ya que contribuyen significativamente a la satisfacción del cliente.

En resumen, el Restaurante Alfonso Valderas es un lugar imprescindible para quienes desean disfrutar de una experiencia culinaria de alta calidad en León. Carlota y Raquel han sabido honrar y superar el legado de su padre, y sin duda seguirán siendo un referente en la gastronomía local. ¡Altamente...

Mi valoración es de una cena de empresa de 34 personas y la experiencia ha sido bastante mala. Sabemos que es un buen restaurante pero parece que para este tipo de eventos no se esmeran mucho. 2 entrantes para compartir que estaban bien pero poca cantidad. Los que pedimos bacalao coincidimos todos en que estaba seco y salado. La chuleta premium estaba muy buena la verdad pero al precio que cobraron el menú ( 65€ ) sería ya de traca que fuera mala. Quejándose continuamente de que haciamos mucho ruido y que hay vecinos arriba... Pues hombre no contrate una cena para 34 personas porque no hicimos nada del otro mundo y no se puede estar así... Conclusión, que no lo recomiendo si es para cena de empresa, porque no sirven igual que a cenas normales y solo van a por el dinero. Un pena !! Claro que más pena es todavía que intente justificarse atacando y diciendo que estaba esperando mi reseña por como me comporté en el momento del pago y demás tonterías ya que ni pagué ni me quejé allí en ningún momento. Tengo derecho a valorar su servicio y la calidad del plato que, salvo la carne, no estaba de acorde a lo que comimos. He comido muchas veces bacalao y le puedo asegurar que en esa cena no estaba bueno y todos lo comentamos al salir y no tengo 20 años para que me trate como si no supiera nada y fuera un monta...