El local es acogedor, con una decoración sencilla pero cuidada, y un ambiente tranquilo que invita a quedarse un rato.
El pan es claramente artesanal, con corteza crujiente y buena miga. Tienen varias opciones interesantes, como el pan de centeno o el de espelta, que se notan bien trabajados y con ingredientes de calidad. También ofrecen bollería que merece la pena probar: los croissants están bien hechos, con buen hojaldrado y sabor equilibrado. La tarta de queso y la de zanahoria son dos opciones muy recomendables si te gustan los dulces más clásicos.
Además, cuentan con algunas alternativas sin gluten y productos más saludables, lo cual se agradece. También tienen buen café y zumos, por lo que es un sitio muy cómodo para desayunar o merendar algo sin prisas.
En resumen, una panadería-pastelería para tenerla como referencia en el día a día o para darse un capricho de...
Read moreCafetería que nos gusta, porque el pan es bueno y la bollería también, aunque excesivamente cara. Tenemos un perro pequeño, nunca pasábamos dentro con él, un día la camarera nos dijo que el establecimiento era “pet friendly” y que podíamos estar con el perro desayunando tranquilamente. Así lo hicimos hasta que un señor que decía ser responsable de la cafetería, amablemente nos invitó a salir del establecimiento ya que no estaban permitidos los animales, diciendo que la camarera se había equivocado al decirnos que si. Nos fuimos sin más y la sorpresa que al día siguiente había una persona desayunando con su perro tranquilamente dentro la cafetería y nadie le dijo nada. Les rogamos que su política de mascotas esté clara y se eviten malos entendidos, ya que no es plato de buen gusto para nadie que te echen de un sitio por una información que para...
Read moreLos productos increíbles. Compramos dos barras de pan distintas y al llegar a casa dimos buena cuenta de ellas. Todos quedamos encantados. El desayuno también lo tomamos allí. Fueron tres cafés, dos molletes con aceite y tomate y mini bollería. Todo muy rico. La atención dejaba un poquito que desear. Nos dijeron varias veces que había llegado una chica nueva y estaban un poquito agobiados por la lentitud. Cuando el local quedó casi vacío nos levantamos a pedir y en vez de tomarnos nota y llevarlo a la mesa nos mandará la mesa a esperar aunque en la barra no había nadie. Una vez en la mesa nos tocó levantarnos para elegir la bollería. Pedimos uno de los cafés en vaso y al camarero parece que no le hizo mucha gracia al ver el gesto que se le puso en la cara. En fin, esperemos que dure poco su agobio por la...
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