✏️Calificación @madridbocados: 8/10.
La Tradición más clásica.
Aunque hoy el Qüenco de Pepa goce de mayor difusión entre el público madrileño general, lo cierto es que Pepa tomó el nombre del restaurante que su familia lleva más de 40 años dando de comer a los madrileños. Al frente de este local se encuentra Mercedes, otra ilustre miembro de la familia Muñoz. Ella ejerce de maestra de ceremonias, recibiendo a los clientes y sugiriéndoles los mejores platos de su oferta y los fueras de carta. Además, su terraza es imprescindible en verano, una de las mejores de todo Madrid.
El corte de la cocina que allí se hace es absolutamente sencilla. No se complican en absoluto, solo hay platos conocidos y reconocibles, sin dejar espacio a ninguna “tontería”. Entre los entrantes, la ensaladilla rusa clásica o las mollejitas de cordero fritas son un básico, igual que los boquerones fritos abiertos. Los platos del día que tenga fuera de carta, los chopitos, las croquetas o las almejas a la sartén pueden ayudarte a completar la comanda.
Entre los segundos, más platos sencillos. Guisos (ojo a sus impecables callos), carnes y pescados componen su oferta. Mis favoritos: las chuletitas de lechal, los salmones fritos y el rape frito con pisto. En los postres también tienen opciones de sobra conocidas: las tartas de queso o árabe son sus mejores bazas. Pero más allá de la comida, lo que te hará volver al Qüenco es el maravilloso trato que dan.
✅Puntos fuertes: buen precio, buena trato y cocina clásica.
⭕️Puntos débiles: es clásico en todo, no es el sitio para el modernito de turno y hasta ahí leo.
💵Precio: por menos de 50 euros se puede comer francamente bien. En su rango de precio merece mucho la pena.
💻 Esta y otras reseñas las encontrarás en nuestro Instagram, @madridbocados. Con las mejores fotos y más detalladas críticas. Hasta el...
Read moreHabía pasado mil veces por delante de El Quënco y siempre me había picado la curiosidad. Así que cuando surgió un plan familiar especial, decidimos aprovechar para probarlo y quitarnos el gusanillo.
🍽 Comida: 4/5 Los platos, en general, están bien, pero no a la altura de lo que cuesta comer aquí. Las croquetas no valen la pena, no eran nada cremosas y el sabor tampoco es que fuera una maravilla... no las volvería a pedir. Las almejas, sin embargo estaban bien. La merluza y la carne también estaban bastante ricas. Los postres, igual: buenos pero nada inolvidable. Lo que más destaca es la calidad de los productos, pero el resultado final no deslumbra demasiado. En definitiva, estás pagando más la fama del sitio, que el sabor de sus platos... Y con lo que cuesta, no sé si merece la pena.
🧑🍳 Servicio: 5/5 Por el servicio, sin embargo, sí que merece la pena el sitio: un 10!! El personal fue encantador desde el primer minuto. Nos ofrecieron todas las opciones posibles para estar cómodos, fueron atentos, rápidos y muy agradables durante toda la comida. También destacaría la carta de vinos: amplia y bien seleccionada.
✨ Ambiente: 4/5 El restaurante es muy agradable, amplio, bien ubicado y con terraza. No es ruidoso, se puede conversar sin problema y está todo cuidado. Son ser una experiencia espectacular, pero se está bastante agradable.
📝 Conclusión: El Cuënco es uno de esos sitios que probablemente hay que probar una vez... y ya. No porque esté mal, sino porque los precios son excesivos para lo que ofrecen (a mi parecer). No repetiría, pero me alegro de haberlo probado. El servicio lo compensa, pero la comida no está a la altura de lo que cuesta. Me encantaría volver a darle una oportunidad en unos añitos... cuando mi bolsillo me...
Read morePÉSIMA atención y mucha falta de respeto. Jamás pensé que en un restaurante me llegasen a tratar tan mal. Éramos un grupo de 10 con edades entre 30 y 50 años, y nuestra intención era cenar compartiendo entrantes y segundos, y a la dueña no le debió parecer NADA bien que cuando nos estaba tomando nota soltó un: "aquí se viene a cenar eh!" Y no solo eso sino que mientras estábamos decidiendo si pedir carne o pescado para compartir, nos dijo: "venga solomillo para todos" Realmente bochornoso, incómodo e insultante. Y a la hora de pagar, la hija de la dueña a la segunda vez que vino con el datáfono, le pedimos unos minutos mas, ya que estábamos decidiendo cómo y quien pagaba y soltó alegremente un: "madre mia" Eso fue la gota que colmó el vaso y ya le tuvimos que decir que entre ella y la otra jefa se habían pasado de falta de respeto. Al verse "acorralada" terminó por pedir perdón pero los hizo forzada y por quitarnos a ese grupo rápido de encima. Y hablando de la comida, platos hiper escasos que sonaba a tomadura de pelo y encima muy sosos. En tabernas de barrio me han tratado mil veces mejor que en este restaurante. NI VOLVERÉ NI LO RECOMENDARÉ....
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