La cita en Rafa era extraordinaria. Hacía tiempo que le había prometido a una querida amiga invitarla a lugar escogido. No sabía del figón mas que una cara de asombro de otra conocida cuando pasamos delante del restaurante. Su cara resumía el asombro que le producía lo que se servía en Rafa. Almacené esa opinión facial y, llegado el momento de invitar a mi queridísima amiga Ana, pensé en la cara de la conocida. Iríamos a Rafa. La escueta fachada gris del lugar te trasportaba a los años sesenta del pasado siglo. Cuando abrimos la puerta la decoración nos sumergió en los tonos cálidos, el olor nos habló de manjares y el ruido de calma. Teníamos reserva. Un diligente camarero nos llevó a nuestro lugar. Primera desilusión: por ser nuevos allí nos colocaron pegados a una especie de aparador en el que recalaban los y las camareras para llevar y traer cosas al mueble. En ese enser auxiliar se daba, pues, el continuo y molesto parlar de los servidores. Una menudencia si se quiere o no tanto, como se vería más tarde. Nos trajeron la carta. Unos platos nos gustaron más que otros, como a todo el mundo, pero todos llevaban el sello de una gran calidad y gran precio. Apreciamos, al inicio de nuestro ágape, el relativo bajo volumen de las conversaciones. Por desgracia los decibelios subieron en una curva ascendente que estaba relacionada con la afluencia de más público al local. El ruido se acompañó con una merma en el servicio: los camareros y eras iban veloces hacia todas partes con lo que la sensación era que había el doble de los que en realidad eran. Cada vez que recalaban en nuestra mesa lo hacían entonces con caras de agobio y gotas en sus frentes. Por suerte terminamos lo que allí habíamos venido a hacer y ganamos la calle. De camino al coche íbamos desgranando las virtudes de los platos. Estos ganaron por goleada a los inconvenientes que también nos sirvieron y que dejamos en...
Read moreThe quality of the fish was really very good. The oysters were also very good, the salmon and lubina tartar was excellent and a good size portion, the dessert “Sable Breton, crema de limón, merengue italiano” is an EXQUISITE lemon meringue pie. Our server was very attentive but the stairs to the top floor are quite steep and the bathroom was...
Read moreFrancamente el Jefe de Sala como los camareros muy atentos y profesionales. Comimos en la terraza pues el pasado miercoles hizo un dia estupendo. Hicimos caso a las sugerencias y tomamos de entrante unas gambas de Santa Pola, asi como unos percebes para acabar como plato primcipal con un arroz caldoso. Tanto las gambas como el arroz muy rico, por eso me extraña que un restaurante como RAFA que quiere mantener un buen nivel se deje marcar un gol tan grande con los Percebes. Visto el plato, esta sugerencia no deben hacerla, es mas un equipo profesional debe saber que cuando la calidad del producto no alcanza un cierto nivel es preferible no incluirlo, no ya en las sugerencias, sino ni siquiera en la carta, tiempo habrá de en otro momento ofrecerlo a su clientela. Hay productos que dan prestigio, pero restaurante Rafa tiene que saber que servir percebes como los servidos a nosotros quitan y mucho el prestigio. Francamente me decepcionó y muy barato no ha sido: 175 €...
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