Saraiba - Restaurante Gallego Madrid — Restaurant in Madrid

Estuve hace poco y el dueño fue extremadamente desagradable; uno de nuestros compañeros era alérgico al pescado y, cuando entramos en el salón, olía muchísimo (muchísimo) a este, cosa que es PELIGROSA para un alérgico - es decir, no me quejo porque "ay, qué mal olor, tal"; no, es que la ley exige una depuración de olores porque hay gente que tiene problemas graves de salud al respecto.

Se le comentó al dueño si podía poner más fuerte el extractor o reubicarnos y no le sentó muy bien que le dijéramos (de buenas maneras al principio) que ahí olía a pescado. Nos dijo que la única razón por la que olía a tal era porque la gente pedía "pescado y marisco fresquísimo" (cosa que está muy bien, pero por eso mismo tiene que haber extractores funcionales, no porque seamos sibaritas y queramos aire de la sierra), y empezó a decirnos que nadie le tenía que decir si había o no extractor, que le hablásemos con respecto porque él era el dueño y nadie le iba a poner en duda (ante lo que le respondimos que, bueno, que nosotros éramos el cliente y nos íbamos entonces porque, insisto, había ALERGIAS graves que preferíamos no arriesgar). Cuando le dijimos que nos íbamos, le faltaron segundos para aceptar cambiarnos a otro salón que tenía, no sin seguir murmurando mientras nos trasladábamos, diciéndonos (en respuesta a mi "perdone por las molestias"), que "ante las faltas de respeto, él claro que iba a saltar" y que "así no se puede ir por la vida". El caso es que nos conseguimos cambiar y, mira tú qué bien, ahí no olía a nada. Lo curioso de todo es que ahí también había gente comiendo pescado (hasta limpiaron uno a un par de metros de nosotros), así que o bien en un sitio el extractor no funcionaba muy bien, como nosotros decíamos, o parece que el "pescado y marisco fresquísimo" se lo servía solo a los de un salón y a los otros les colaba el malo (cosa que dudo porque de hecho tenía muy buena pinta, pero según su explicación es lo que ocurriría, ¿no?).

El caso es que le pusimos una hoja de reclamaciones al final, y empezó de nuevo a excusarse y a decirnos que la culpa era nuestra (¿?), que se le había tratado con malas formas y él solo había reaccionado (¿?), e intentó escribir en nuestra hoja de reclamaciones para "anotar su versión", a lo que le tuvimos que comentar que eso era más que ilegal, que no podía modificar nuestra queja contra él. Tampoco nos extrañó mucho, porque descubrimos que tampoco tenía los carteles indicativos de que había hoja de reclamaciones en el local (cosa que, igual, es absolutamente obligatoria). Ahora me ha parecido verle respondiendo a otra queja nuestra, diciendo que nuestro trato hacia él fue "déspota", "denigrante", "prepotente", "irrespetuoso" e, incluso, con "veladas amenazas"; en fin, creo que ni en Twitter he recibido tantos insultos, ni mucho menos de alguien que se considera paciente y respetuoso. Madre mía.

En fin, la comida bien. Un poco cara, íbamos con descuento y nos pareció un poco de más, pero se come bien. Quitando al dueño, el servicio muy bien y atento. Probablemente, los callos lo mejor, y las alcachofas un poco flojas. Aunque en sí, rico, calidad/precio bastante medio. Sumado al trato, pues, bueno, no es precisamente un sitio al...

Hoy estamos en uno de los mejores restaurantes gallegos de Madrid, según la opinión popular. Tras haberlo conocido, corroboro que se trata de uno de los mejores.

📍Antonio Acuña 7 🚇 Principe Vergara

Productos de temporada con excelente calidad en un ambiente muy agradable.

Daniel, el dueño, un tío trabajador, con muy buenas ideas que me explicó todo a la perfección.

Empezamos con un rico aperitivo de ensaladilla rusa que la verdad tenia muy buen sabor.

Croquetas de Cecina y queso azul {8ud} (14€). Cremosas y líquidas a más no poder y con un sabor exquisito. ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️.

Corazón de Alcachofa confitado en aceite de oliva, con jamón ibérico y sal gorda. {6ud} (19€). ⭐️⭐️⭐️.

Bocartes a la donosti. Fritos en sartén en su propio aceite, con ajo, perejil, guindilla y unas gotitas de limón. {12ud} (19€). Chic@s, he descubierto una exquisitez que no conocía, buenísimos. ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️(🌟)

Calamar de potera {500gr} (25€). Esto debería ser prohibitivo, una vez que lo pruebas no querrás otro calamar. Sin duda uno de sus platos estrella. ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️(🌟)

Tarta de queso cremoso con un toque de queso azul. horneada y acompañada de frutos rojos (8€). No es mi estilo de tarta de queso, ya que como le comenté al dueño, opino que los frutos rojos opacan el sabor del queso. Eso si, muy bonita la presentación. ⭐️⭐️.

Filloa gallega rellena de crema pastelera (8€). Postre típico gallego. Daniel nos comentó que antiguamente se hacía con la sangre del cerdo cuando hacías la matanza. Crema pastelera con una textura buenísima y un gran sabor. ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️(🌟)

Precio muy asequible dado la zona en la que se encuentra y la calidad de su producto.

Gracias a la gente de saraiba por permitirme degustar sus productos y por...

Entramos al restaurante para la celebración de una comida. Al comentarle al personal la reserva que habíamos realizado se nos indica que nuestra mesa está ubicada en otro salón situado en la misma calle. Cuando pasamos a este salón, nos sorprendió un muy fuerte olor a pescado, lo que nos impactó. Además, uno de los comensales era alérgico al pescado, siendo peligroso encontrarse en un ambiente de este tipo. Le indicamos al dueño del local que debido a la presencia de un cliente alérgico, podrían conectar o si tenían algún tipo de extracción de aire (lo que es obligatorio). Al comentarles esto, el dueño del establecimiento comenzó a dirigirse a nosotros en términos extremadamente poco educados que "si el de al lado pide pescado, pues hay olor a pescado" o frases como "soy el dueño y no te puedes dirigir a mí en estas formas". Finalmente, tras discutir y decirle que entonces nos íbamos a otro local, nos reubicó en el salón situado en el sótano, en el cual no se percibía tal olor a pescado.

Al terminar la comida, le solicitamos la hoja de reclamaciones, la cual nos fue entregada, no sin antes realizar otra serie de alegaciones que le indicamos no queríamos escuchar ni convertir en un debate el asunto tratado. Finalmente, al reclamar la hoja pudimos observar cómo no se encontraba el obligatorio cartel indicando la presencia de hojas de reclamación a disposición del consumidor. (Tal como se muestra en las imágenes). Sitio extremadamente poco...