Edito reseña: tras la mala experiencia se han preocupado por saber que ocurrió. Valoramos muy positivamente el gesto. Y subo puntuación porque era la segunda vez que iba, y la primera si hubo un buen servicio y comida. Esperamos poder volver y cumplir nuestras expectativas.
Una experiencia NEFASTA. No respetan una alergia alimentaria, y se niega a volver a preparar una hamburguesas tras haberse equivocado ellos.
Pedimos nachos e indicamos que hay una ALERGIA importante al tomate ,que no pongan lo pongan y lo tengan en cuenta para el resto de la comida. Después de 45minutos esperando los entrantes nos los traen CON tomate. La persona alérgica se vio en una situación apurada ya que comenzó a comer. Menos mal que “nos dimos cuenta a tiempo”.
Ahora la historia con las hamburguesas: Después de otros 45minutos esperando las hamburguesas y haber pedido EMMY VEGANA, traen la SMOOTH CRIMINAL NO vegana!!!! Se la llevan y traen la misma que no habíamos pedido , esta vez vegana pero con BAICON. El camarero se da cuenta y la lleva a la barra para quitárselo. Vuelven a traer la SMOOTH criminal vegana, insisto en que he pedido la EMMY, y con la carta delante le indico que está confundido. Pero aún así , el camarero sigue insistiendo que esa es la Emmy 4 . Llamamos a otra camarera , y nada más ver la hamburguesa nos confirma que NO es la que hemos pedido. Se la lleva para cambiarla , pero el otro camarero VUELVE a traer la hamburguesa equivocada por tercera vez. Parecía una broma pesada. Tras comentárselo , nos dice que está equivocada , pero NO tienen TIEMPO de hacer lo que pedí.
Total, que después de dos horas me tengo que ir sin comer porque se niegan a preparar lo que hemos pedido. Pretendían que me comiera y pagara por una hamburguesa que no he pedido, que no paraba de dar vueltas, que había sido manipulada en barra , y que evidentemente estaba fría.
Una persona no come entrantes porque NO respetan su alergia, y otra que se va sin comer porque no quieren preparar lo que piden. DOS horas hemos estado.
Completamente surrealista. Toda la comida estaba fría. Poco personal en sala. El mismo camarero nos intentó cobrar lo equivocado. Adjunto fotos de lo tickets. No he puesto la reclamación para consumo por no apurar al personal que ya se veía...
Read moreEl otro día uno de mis amigos tuvo que entrar a quirófano por un pequeño problema. La operación fue un éxito, y para celebrarlo decidimos ir a cenar a Tokio Burger. La comida estaba increíble, incluso me cuesta definirla con palabras, pero el servicio no se queda atrás, queriendo mencionar a 3 en concreto.
Cuando mis amigos y yo llegamos, una simpatiquísima camarera, Neus, fue la que nos indicó la mesa en la que nos sentaríamos y la que nos prepararía para la experiencia que estábamos a punto de vivir. Dejó todo listo en un santiamén, nunca había visto a nadie correr tanto como a ella. Nos dio una agradable conversación y, cuando le dijimos el motivo que nos había reunido esa noche, se integró en la charla e incluso acabó recomendándonos un cirujano del cual, según ella, podíamos esperar "grandes" resultados.
A lo largo de la cena quien se encargó de tomarnos nota y demás fue Yanira, cuyo respeto, mesura y saber estar fue el aliño perfecto para la cena que degustábamos. Además, ¡sus recomendaciones son maravillosas! Todos y cada uno de los platos que nos incitó a probar fueron tema de conversación durante la cena, y algunos lo siguen siendo a día de hoy.
Por último, quisiera ensalzar la enorme figura del más duro de todos. Arnaldo. Un aura kilométrica que puede sentirse desde el antiguo local de Bullas y un gusto musical que se asemeja a las hamburguesas de este establecimiento. Exquisito en su mayoría y alguna excepción deleznable.
Este lugar, para mí, es como un museo. Algunas cosas te gustarán más, otras menos... todo museo tiene su Gioconda, de la forma que sea. Pero lo que es innegable es que este sitio está lleno de...
Read moreEntré sin saber lo que hallaría, y salí con el corazón lleno y el alma contenta. Porque en cada rincón de Lara Burgers, hay algo más que comida: hay cariño que alimenta. Lara no solo cocina, crea historias. En cada hamburguesa hay un viaje, un toque ahumado que te abraza, un pan suave que te dice “bienvenido”, y una carne jugosa que parece hablarte al oído. El olor se adelanta a la sonrisa, y los ojos se pierden entre papas doradas, queso fundido y salsas que rozan la perfección. Todo servido con esa calidez tan suya, como si cada cliente fuera un amigo que regresa a casa. Lara no solo sirve comida: sirve momentos, risas compartidas, charlas que se alargan mientras cae la tarde y la música suave envuelve el lugar. Cada bocado tiene alma, cada detalle cuenta. Desde la presentación impecable hasta la sonrisa detrás del mostrador. Y si hablas con ella —porque siempre está ahí— descubres que su secreto no es una receta, sino la pasión con la que hace lo que ama. Por eso, si el hambre te visita y el corazón te pide algo real, no busques más: ve a Lara Burgers, donde cada hamburguesa es poesía y cada visita, un abrazo al paladar. Gracias, Lara, por recordarnos que la buena comida también...
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