Las personas a las que nos encanta la gastronomía solemos tener ese rincón de confianza al que siempre acudimos cuando queremos comer bien. Muchas veces ese lugar es poco conocido, o no tiene la fama de otros. En Pamplona Gastronómica también tenemos algunos escondidos que poco a poco iremos descubriendo, como es el caso de Pirelli Farm.
Pirelli Farm es un local que se encuentra en la calle Calderería y que ofrece una extensa carta con platos variados que van desde ceviches al pollo, el verdadero protagonista de su granja. Por ello, ante tal variedad hemos decidido que sea el primer restaurante en incluirse dos categorías: cervecerías y americanos.
Y lo hacemos porque es un lugar donde te puedes pedir un ceviche pero también una hamburguesa. Además cuenta con una estética informal y joven, que incluso se convierte de noche para ser un bar de copas. Las mesas son corridas y los asientos sin respaldo, más pensados para disfrutar con tus amigos o tu pareja.
Como podéis comprobar en las fotos, en nuestras múltiples visitas nos ha dado tiempo a probar de (casi) todo. Pero sin duda la mejor forma de comenzar una comida en Pirelli Farm es probar sus sabrosas y cremosas croquetas de pollo con ají y alioli de cilantro. Y, después no pueden faltar sus maravillosos nachos con pollo braseado, mozzarella, guacamole, crema agria, jalapeños y pico de gallo, una gran cantidad de ingredientes que hace que ninguno de los totopos caseros se quede viudo. De entrantes también están muy buenas las patatas fritas a la fromage y las papas rellenas.
En cuanto a los principales nos gustaron mucho los tacos mexicanos así como el ceviche, que además viene acompañado por un cóctel. Pero sin duda la seña de identidad de este local es su pollo. Marinado, jugoso, y con una salsa de las que dan ganas de meter la cabeza. Además, los combos vienen acompañados por arroz chaufa, ensalada y patatas fritas, lo que sin duda les hace una completa oferta para una comida o una cena para las que recomendamos pedir con moderación, ya que las raciones son bastante grandes. Y para terminar, si todavía queda hueco, recomendamos un rico brownie con nueces, un final ideal antes de pensar en volver a uno de nuestros lugares de confianza.
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Read moreMuy mejorable:
-Hicimos la reserva con semanas de antelación, llegamos a nuestra hora, no sabían quien éramos, la mesa sin montar y ocupadas por otras personas de cenas ; le dijimos a los camareros que mientras tanto al menos nos ofreciesen algo para beber, y hacíamos tiempo. El único camarero que nos dio una “excusa” al retraso fue el de la barra, Marcelo, literalmente dijo: que ya sabemos, los bares son como los aviones, siempre van con retraso … Lo malo es que toda la mesa nos dedicamos a la hostelería, y no, no es la excusa idónea para tus clientes, y como consejo en la torre de control hace falta siempre uno que lleve el mando y dirija al equipo porque si no, no sabes que aviones tienes volando, cuáles aterrizados y cueles a despegar… ! Y pasan estas cosicas …. Con media hora de retraso nos montaron la mesa,. La mesa de al lado de la puerta, nos pasamos la cena cerrando la puerta, ( que por cierto no cierra bien, sería aconsejable llamar a un cerrajero ) y con el abrigo y bufandas puestos… Fatal. los camareros mucha falta de coordinación y comunicación, nos vinieron a pedir los postres 3 veces, y tuvimos que solicitar el ticket y las vueltas . Lo único positivo, la cocina. La comida estaba muy buena, y la cocina fue muy ligera y rápida, muy recomendables las alitas y la tarta de manzana. Pero si que nos pareció caro. Los platos rondan los 12€ cogimos unos cuantos para compartir entre todos y Tocas a dos alitas por cabeza, una croqueta, … un poquito elevados para la cantidad .
En resumen Detalles como: montarnos la mesa con la vajilla mojada, no traer las vueltas del ticket de la cuenta, no ofrecernos la bebida, ni una cortesía por la espera, estar al lado de la puerta y que encima no cierre bien, la temperatura del local, que el baño de chicas tenga el pestillo por fuera, y sobre todo la falta de atención por parte de los camareros . Hace que definitivamente no volvamos ni recomendemos el...
Read moreUna experiencia un tanto desagradable. Lo primero de todo, sí que es cierto que la comida está buenísima. Recomiendo encarecidamente los nachos y las croquetas de pollo, que están brutales. Las hamburguesas fueron otro cantar. Por unos 14€ te llevas una pequeña hamburguesa (la carne, eso sí, de 10) con lechuga de bolsa y a la que posiblemente le falten ingredientes. En nuestro caso pedimos, entre otras, dos hamburguesas de potro. Carecieron ambas tanto de la salsa de frutos rojos como de la cebolla caramelizada. Tuvimos que pedir que nos lo pusieran en un cuenco aparte. Fueron amables al respecto, entiendo que con mucha clientela puede ocurrir, pero que fuera en 2/4 hamburguesas fue decepcionante. Insisto aún así lo solventaron. En otras circunstancias seguramente no lo hubiéramos tenido en cuenta, pero es que el ambiente dejó mucho que desear. Es un sitio bastante pequeño en el que hacen lo imposible por meter gente, clientela, a presión. Mesas alargadas que compartes con otros comensales y en las que corres el riesgo de comer con los abrigos de los de la mesa de al lado en la cara, sí, literal. O, como nos pasó, tener la mesa justo en la puerta con el baño y almacén, provocando que una de mis amigas se tuviera que estar levantando constantemente para hacer pasar a los empleados. Fue desagradable. Evidentemente no es culpa de quien trabaja allí, sino de quien lo organiza, la camarera fue muy amable. De hecho, nos invitaron a dos mousses, una de mango y otra de crema, buenísimas. En conclusión, un sitio rico que sí que recomiendo para ir a comer, pero que debería cuidar algo más esa experiencia del cliente. Por que no, la comida (por muy buena que esté)...
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