Café Iruña — Restaurant in Pamplona

Hace unos días decidí visitar este restaurante tras escuchar opiniones variadas. Pensé que sería una oportunidad para formarme mi propio criterio, pero lamentablemente mi experiencia fue muy por debajo de las expectativas. A continuación, desgloso en detalle cada aspecto de mi visita, porque creo que la calidad de un restaurante no depende solo de la comida, sino de la experiencia completa.

1. La Llegada: Una primera impresión decepcionante Desde el momento en que llegamos, las cosas no comenzaron bien. El restaurante estaba ubicado en una zona difícil de encontrar, y aunque contaba con un pequeño letrero, no era lo suficientemente visible. Al entrar, notamos que el espacio estaba mal distribuido, con mesas excesivamente juntas que no permitían la privacidad entre los comensales. Esto, además, contribuía a un ruido ambiental molesto que dificultaba incluso mantener una conversación.

Para añadir a la incomodidad, no había nadie en la entrada para recibirnos. Tuvimos que esperar cerca de diez minutos hasta que un miembro del personal, visiblemente desorganizado, nos asignara una mesa. No se ofreció ninguna disculpa por la demora, algo que me pareció muy poco profesional.

2. El Ambiente: Ni acogedor ni atractivo La decoración del lugar era un intento fallido de estilo rústico moderno. Las paredes estaban llenas de cuadros que parecían haber sido comprados al azar, sin cohesión estética. La iluminación era irregular, con algunas áreas excesivamente brillantes y otras prácticamente a oscuras. Además, el olor a humedad era evidente, lo que ya empezaba a predisponerme de manera negativa.

La música de fondo, si bien no era desagradable, estaba tan baja que el ruido de los cubiertos y las conversaciones de las mesas vecinas la opacaban por completo. El resultado: un ambiente que no lograba hacerte sentir cómodo ni relajado.

3. El Servicio: Lento y desinteresado El personal del restaurante dejó mucho que desear. La camarera que nos atendió parecía estar más preocupada por acabar su turno que por ofrecer un buen servicio. Apenas nos saludó, no nos explicó el menú ni nos hizo recomendaciones, algo que suele ser útil cuando se visita un lugar por primera vez.

El tiempo de espera para recibir la carta fue de más de quince minutos. Una vez pedimos, los platos tardaron casi una hora en llegar, y eso que el restaurante no estaba lleno. Durante todo ese tiempo no se nos ofreció ni agua ni pan, y cuando intentamos llamar la atención del personal para preguntar por nuestra comida, nos ignoraron o nos hicieron un gesto de que esperáramos.

4. La Comida: Una decepción en cada plato Cuando finalmente llegaron los platos, debo decir que mis expectativas, aunque ya bajas, terminaron por desplomarse. Pedí un plato que supuestamente era la especialidad de la casa, pero la presentación era pobre y descuidada, nada que justificara el precio que cobraban.

El sabor, o mejor dicho, la falta de él, fue lo más decepcionante. Todo parecía preparado sin amor ni cuidado, como si los ingredientes hubieran sido lanzados al plato sin ninguna intención de equilibrar sabores. La carne estaba seca y dura, las verduras sin sazón y el acompañamiento parecía sacado directamente de un paquete congelado.

Para rematar, pedí un postre que se anunciaba como "hecho en casa". El resultado: un flan insípido con textura gomosa que claramente era industrial. ¿El precio? Desorbitado para lo que ofrecían.

5. El Precio: Un insulto al bolsillo El precio fue el golpe final. Aunque los platos en el menú tenían precios similares a los de restaurantes de gama media-alta, la calidad estaba muy por debajo de lo que se podía justificar. Al recibir la cuenta, noté además que me habían cobrado un extra por el pan (que nunca llegó) y por un servicio que estuvo lejos de ser satisfactorio.

**6. La Salida: Sin...

A iconic, historical café, offering an overall mediocre, and sometimes frustrating, experience. The food is consistently good, and comes reasonably priced, although sitting at the terrace means paying extra for each thing you buy, a policy that makes little sense to me and most people (if you run the place and rent the terrace space from the municipality, you are already getting the corresponding competitive benefit - charging your clients extra for it is, to say the least, disingenuous).

The decor is traditional and tasteful though it could definitely use some touching up.

But the most important thing by far is the service, which is unfortunately mediocre at best, and quite disappointing most of the time. Most servers look either really bored with their work or even annoyed by it. They are often rushed, stressed or just distracted and sometimes treat you as if they are doing you a favor when serving you or you are the cause of their misery ( nstead of their boss or their work conditions). There are definitely exceptions, but most of the time the client will be left feeling that their patronage is not appreciated at all. Above everything, the "es lo que hay" ("it is what it is") culture that seems to be an issue in Northern Spain reigns...

May 2023 Our tour group of 40 had tapas and sangria here. Excellent food and drinks was the overall concensus. They were ready for us as this outing was prearranged. Service was fast, the food was delicious, and the sangria was amazing. The best sangria I have ever had. Apparently, lemonade and cinnamon are the secret ingredients. A large room filled with many tables, noisy because of so many people chatting. I loved it! Lots of atmosphere, and filled with tourists, and locals who probably are regulars. Quite eclectic. If we had time, I would have stayed longer to soak up the atmosphere, and the interior architecture. I felt like I was in a movie. This 1888 restaurant is located in the Plaza del Castillo. This main plaza in Pamplona has a history because of the Running of the Bulls. Apparently Ernest Hemingway used to hang out here when he visited for the San Fermin festival. I am not easily wowed by a place such as this because of why it is famous, but this place, I definitely was. So beautiful inside. There is also a large patio outside for the summer tourist season. This place must be insanely busy when the city expands from 200,000 to 1 million in July during the San...