Hemos cenado mi pareja y yo (aclaro desde ya que somos vegetarianos y no hemos probado nada de carne, así que si buscas una reseña que tenga comentarios sobre la carne, este no es el indicado), y debo remarcar tanto pros como contras:
PROS: -Las cantidades eran correctas, sin postre nos hemos quedado bien -Tienen agua Solan de Cabras a 1.50, y eso no se encuentra en cualquier lugar -El sitio es muy bonito y es luminoso (fuimos de noche), pero llevan poco abiertos y a ver si aguantan el nivel estético y la higiene -Tienen un espíritu ecoligista muy positivo aunque incongruente que comentaré en los contras -Tienen un surtido interesante de cervezas -La calidad de las hamburguesas era correcto, un 7/10. Del acompañamiento y extras hablaré más adelante -El servicio es muy amable y correcto, y han sido relativamente rápidos en preparar ambas hamburguesas -Las sillas tienen compartimentos para dejar tus pertenencias, algo bastante útil y muy chulo
CONTRAS -Ecologismo: no llego a entender cómo en un sitio donde tienen varios tipos de cerveza, te lo sirvan obligadamente en vasos de maíz, que son como de plástico, pero es biodegradable. ¿No pueden tener vasos de cristal de toda la vida que, a parte de ser bastante más respetuoso con el medio ambiente, es más práctico y cómodo? No me parece normal que en un sitio donde vas a cenar y pagas 27 eur te sirvan con vasos y cubiertos biodegradables que imitan el plástico. Estoy en un restaurante, no en un festival de música o foodtruck. Muy novedoso, pero no lo veo necesario en un sitio así. Puedo llegar a entender que esto reduce el consumo de agua en el local, pero no sé si es tan importante como para llevar a cabo una decisión de este calibre. -Extras y complementos de las hamburguesas: sabemos que todas las hamburguesas vienen con lechuga, tomate, cobolla y mayonesa (menos las que especifican lo contrario), pero me ha parecido bastante lamentable que la hamburguesa estuviera en su temperatura adecuada pero los complementos FRÍOS, es decir, que tenías que saborear con ambas temperaturas antónimas, y no era nada agradable, sinceramente. -Las sillas deberían tener respaldo, se hace muy incómodo no tenerlo. -El precio: hemos comido 2 hamburguesas vegetarianas, una con 2-3 complementos, la otra solo con uno, unas patatas para compartir, una cerveza y un agua, y hemos pagado 27 euros. Para la calidad que ofrecen, sinceramente, me parece elevado, ya que el precio de la hamburguesa con los complementos básicos es correcto (6-8 eur), pero cuando pides un par de complementos que, según el destino, te lo sirven o en una tarrinita a parte o en la misma hamburguesa, pues ahí es de donde sacan beneficio. Bien para ellos pero jodienda para los clientes.
CONCLUSIÓN: Viendo el nivel de sitios donde sirvan hamburguesas que hay en Las Gavarres, este creo que se queda en segundo puesto detrás de Viena, porque el Fosters Holliwood ha bajado un montón el nivel, pero como tiene el renombre que tiene, sigue igual de lleno todos los días. Y más de lo mismo con el Ribs. Tampoco es un Burger King o McDonalds que con 7 eur tienes un menú completo pero de una calidad pésima de este tipo de franquicias, pero mantengo que pese a que sea una calidad correcta, el precio es elevado. No es un sitio al que ir regularmente, o cada fin de semana, pues al menos para mí sería una pérdida de dinero pronunciada para la calidad que puedo llegar a recibir. Aunque debemos remarcar que el sitio es muy bonito, el servicio es muy amable y relativamente rápido y la calidad de la hamburguesa, pese a que los complementos los sirvan fríos, es buena. Están empezando, y espero que eso les sirva para recapacitar y menguar un poco el momento abanderado eco-friendly y pongan ni que sea...
Read moreEn 2006 (mucho antes de que naciera la idea de Bacoa) una joven pareja, Brad Ainsworth y Paula Lera, llegaron a Barcelona desde Brisbane, Australia, sin ningún plan en mente más allá de vivir en una de las ciudades más bonitas del Mediterráneo y visitar de vez en cuando a los padres de Paula en Asturias. Después de un año, decidieron abrir un restaurante australiano/tailandés en un pequeño local detrás del mercado de Santa Caterina. Un préstamo bancario y unos meses más tarde, abría sus puertas Wushu Wok Bar.
Fue un éxito rotundo. El restaurante sólo tenía 15 sillas, pero la cola se amontonaba en la entrada. Así que, ¡hora de mudarse! Encontraron un segundo local un poco más grande a tan sólo 15 minutos caminando (lo que hoy conocemos como Bacoa Kiosko). Era arriesgado, sí, pero la cosa iba bien y Barcelona estaba en su máximo esplendor, así que decidieron vaciar el pequeño local y hacer que Wushu creciera.
Pero, tan solo unos meses más tarde, estalló la crisis económica en España. Fue triste ver como otros restaurantes y comercios cerraban sus persianas, el paro se disparaba y muchos hogares se desalojaban. Todo había cambiado y los días se hacían interminables, pero había que dar la cara y afrontar la realidad. Mantener el nuevo local de Wushu abierto se hacía cada vez más complicado y vender el pequeño local vacío detrás del Mercado, parecía imposible.
Ante esta situación desesperada, surgió una idea: si ese pequeño local detrás de Santa Caterina estuviera abierto y en activo, quizás sería más fácil venderlo. Era la última esperanza. Brad y Paula pidieron algo de dinero a sus familias, compraron muebles de IKEA, una parrilla, una freidora y una nevera. No había dinero para contratar a empleados, así que decidieron repartirse: Paula se quedaba gestionando Wushu y Brad se ocupaba del pequeño local. Pero, ¿cómo podía hacerlo solo? La solución estaba en la fórmula de las típicas barbacoas australianas, donde cada uno se sirve y recoge su mesa, mientras comparten salsas y la propia mesa con otra gente. Esta filosofía sumada a la calidad de los ingredientes locales del Mercado de Santa Caterina, dio lugar a una especie de nuevo concepto de barbacoa, medio española medio...
Read moreEsta noche fui con mi pareja a cenar, era la primera vez que iba y después de la experiencia que tuve, no volvería a ir.
El trato hacía el cliente era bueno, la chica que estaba atendiendo era amable, al igual que el chico que nos trajo la comida. Lo único bueno de la velada.
Pedimos de entrante unos nachos, la primera impresión fue buena pero al comerlos estaban fríos, quizá es entendible que la salsa agria y el guacamole puedan estar a esa temperatura pero estos nachos llevaban cebolla caramelizada y estaba helada. Tuve que dejar la mitad del plato porque no era pasable. A pesar de esto, quise ser positiva.
Mi pareja se pidió la hamburguesa “New Clasica” y yo la “Manchega”. Cuando llegaron, ambas tenían buena presentación, visiblemente comestibles. La hamburgesa “Manchega” lleva cebolla caramelizada, me llamó la atención por este detalle, pero al igual que con los nachos, estaba helada. Ni siquiera hicieron el esfuerzo de calentarla. Además, cuando ya llevaba la mitad de mi hamburguesa, me dió por mirar la carne y esta estaba cruda. Saqué la carne de la hamburguesa y la empecé a partir: el exterior estaba cocinado al igual que los bordes pero el interior estaba crudo. Me acabé comiendo la hamburguesa dejando solo los laterales de esta y el centro lo dejé en el plato (adjunto imagen). Después de ese disgusto, mi pareja contempló su hamburguesa y era lo mismo, tanto los bordes como el exterior estaban cocinados pero el interior crudo.
En resumen, tenía buenas expectativas del restaurante ya que tiene buenas reseñas y mi pareja me había hablado bien del local a pesar de que llevaba como un año sin ir, después de esta experiencia, ninguno de los dos volvería a comer...
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