En hostelería es bien sabido que falta personal y si lo hay, que tenga ganas de dar un buen servicio, que vayas donde vayas comas bien y te atiendan en consonancia a dónde vas , el. cliente nos tenemos que adaptar a veces con lo que hay o con el viejo recuerdo de un tiempo mejor en algunos sitios donde tuvimos una buena experiencia o una noche con unos platos a degustar que bien si cabe defiendan la gastronomía local o nacional , En el caso de este bar que para mi opinión tuvo mejores años y en el que no creo que vuelva mi experiencia fue la siguiente . Quieres llamar y no hay teléfono , encuentras uno y no está operativo, te acercas con la esperanza de que te den mesa y te atienden por orden de llegada dejándote apuntado en una lista de espera , ( no te ponen ningún problema para tomar algo esperando), Tienen dos “comedores” uno de ellos no lo usan aunque lo tienen listo como para que entre a comer inminentemente alguien , lo que usan es la entrada la cual dispone de 8 mesas en la que comen cuatro un poco apretados , eso si , si vas mas de cuatro no te atienden , solo cogen mesas de hasta cuatro personas , la nota positiva es que admiten perros . Hemos llegado a la 14 y hemos entrado a comer con un menú de casi 18euros un poco justito de cantidad y con dos primeros y dos segundos y cuatro postres, estaban buenos todos pero no para tirar cohetes ,
Por cierto la composición del equipo son dos en barra que no se mueven de la misma , dos camareras ( una de las chicas por cierto muy amable era la que comandaba y organizaba a todo el mundo y luego la otra chica que tenía un perfil de aprendiz o ayudante también muy amable y servicial llevaban las 8 mesas, El problema que vi es que no se coordinaban por más que lo intentaban ya que incluso necesitaron en varias ocasiones apoyo de dos compañeros que estaban en cocina para sacar los segundos del menú, ni que decir tiene que si que me fijé que paso hasta tres veces para ver si mi pareja había terminado su ensalada de juguete , ahí no quedaba la cosa mientras tanto nos fijamos que a las 15 decidieron cerrar la puerta automática para que solo entrasen los que estaban en la Lista de espera , incluso han dejado momentáneamente a unos clientes que tenían reserva y dado que Lis han reconocido han podido pasar, eso si siempre con una sonrisa y a las 15:30 cocina cerrada le dijeron a un par de parejas que preguntaron.
He escuchado a las 14 cuando llegue que ni tenían sidra ni tampoco cachopo un viernes de fiestas del pueblo.
Entiendo que es Agosto que pesan las piernas que el verano está siendo largo pero tanto no y tanto problema te hace pensar en ver más sitios para comer en que la CALIDAD DEL SERVICIO Y LO SERVIDO SE EQUIPAREN A LO PAGADO.
Les animo a recuperar esa esencia que tenían antes que les hizo que amantes de su cocina y su servicio...
Read moreFuimos 2 personas sin reserva y nos consiguieron una mesita alta cerca de la barra. Recomiendo reservar con antelación. Un sitio con solera y autenticidad al lado del puerto, parece que estés dentro de un navío (en el hall hay reproducciones de muchos barcos). Comida muy sensata a precios asequibles. Comimos una ensalada de tomate, anchoas y pulpo (de Luarca). Todo excelente. Primero acompanados de cerveza de barril y después con vino. Junto las recomendaciones y el trato que nos dió Andrea en la comi, nos hizo reservar sin dudar para volver a cenar en el mismo lugar. Volvimos por la tarde/noche y ya probamos sus excelentes zamburiñas y su genial fabada ( muy sabrosa, nada pesada, nada grasienta y muy abundante, cómo no!). También pulpo de la zona (pequeño pero por ello más sabroso) con vino que no recuerdo el nombre pero sí la botella (blanca, bonita, recomendacion de Andrea), arroz con leche exquisito, copazo black label y chupitos de crema de orujo, que nos ofrecieron como detalle. Es conocida la amabilidad de la gente asturiana, pero el trato que recibimos en el Cambaral lo llevaremos siempre como referencia de cómo un lugar crece más por sus personas. Con ansias de volver a probar lo...
Read moreEstuvimos en Luarca hace unos días y los comentarios positivos nos llevaron a comer aquí. Tenían bastante gente a la hora del almuerzo, con la zona de barra abarrotada, pero tras unos minutos de espera nos dieron mesa. Disponen de menú del día y de un menú especial del día para dos, en el que las raciones imagino eran más grandes. Optamos por esta opción, llamada menú especial bonito, que consistia en un ajoblanco con ventresca y salsa de frambuesa y mango. Estaba realmente bueno, con una textura perfecta y la cantidad ideal para dos. De segundo trajeron bonito con pisto, un plato enorme, con grandes trozos de bonito guisado con pisto y patatas que estaba delicioso. Como no sabíamos las cantidades habíamos pedido también junto al menú una ración de pulpo a la gallega, que quizás nos sobró, aunque estaba muy rico también. El menú incluía pan, bebida y el postre y costaba 17€ con 3€ de suplemento si se compartía. La camarera o maitre, no estoy segura fue muy amable a pesar de tanta clientela y follón por las mesas de grupos, y eso se agradece. Muy recomendable sin duda, por la comida, el servicio y las vistas si...
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