Restaurante Herbe — Restaurant in Valladolid

EVITAR A TODA COSTA Fuimos a cenar allí, pretendíamos pasar una velada agradable mi mujer y yo y fue todo lo contrario. Nos sentamos en la mesa sin recoger, tardaron más de 10 minutos en cambiar el mantel, otra mesa se sentó después y les atendieron antes. Ya con el mantel cambiado nos trajeron la carta, otros 10 minutos esperando... Pedimos Gamba Huelva al ajillo por probar sabiendo que la Gamba Huelva se sirve a la plancha sin más y nos trajeron gambas sin más al ajillo, les llamamos la atención y nos viene la encargada diciéndonos que no tenemos ni idea, se las llevan. Pedimos jamón, supuestamente ibérico, jamón sí ibérico no. Mal cortado, escaso y ... Un timo vamos. La verdad es que por mi mujer, si no nos hubiéramos levantado e ido ya con las gambas. De segundos chuletillas, 4 chuletillas y dos trozos de otra y unas mollejas que daba pena verlas, unas muy hechas y otras crudas. Total 81€ de factura. No sé si salimos con más hambre que cabreo o viceversa. Anotaciones varias para la "jefa": A un cliente no se le puede decir jamás: esto es esto y usted no tiene ni idea y encima irse de la mesa farfullando su verdad pretendiendo tener razón. Si un cliente la llama la atención no se ponga a la defensiva y dé otras opciones de plato. No como nos hizo a nosotros que pasamos del jamón a los segundos esperando otras opciones de entrantes. Me parece un milagro que lleven 35 años en una ciudad dando la falta de servicio y de calidad que nos mostraron ayer a mi mujer y a mí. Vergonzoso...

El peor sitió en el que he tenido la oportunidad de comer. El servicio pésimo, nos pusimos a comer y la bebida por más de decirles que aún no la teníamos tardaron en darnos lo más de 10 minutos, casi habíamos terminado el primer plato. Del primer plato, el salmorejo tuvimos que pedir que nos lo cambiasen porque sabia totalmente a vinagre, el salmorejo no suele llevar vinagre como el gazpacho, pero si lo lleva se echa muy poco no un litro. El segundo plato las costillas estaban ricas. En el caso del lomo con pimientos únicamente nos sirvieron dos filetes de tamaño escaso y un solo pimiento. El postre una persona pidió arroz con leche y se lo sirvieron sin canela, se pidió que le trajese la canela y el camarero decidió llevarse el arroz para la cocina y traerlo con más canela que arroz. En el caso del postre de frambuesa parecía que habían metido todo el dedo como se ve en la foto. Por no hablar de que los platos de los postres tenían suciedad. Por último, pagamos 19'70 euros cada persona por un menú del día que en el cartel especificaba en letra grande que costaba 16€/persona con toda la bebida incluida y tuvimos que reclamar en la factura ya que eramos 3 personas y pedimos 2 cañas y agua, no dijimos ni tamaño ni nada solo que una personanqueria agua. Cuando se lo dijimos el camarero se enfado y rebatio que nos había puesto un agua de 1 litro, y le dijimos que habíamos pedido 3 consumiciones y que venía bien claro que venían incluidas en el menu. Un sitio al...

Si buscas un lugar donde pagar 21€ por un menú que insulta tanto al paladar como a la paciencia, este es tu sitio. Comencemos con los primeros: una sopa castellana fría, con un huevo literalmente crudo flotando en el bol, como si se tratara de una broma de mal gusto. La “sopa de ropa vieja” no se queda atrás: insípida, insulsa y, por supuesto, también servida fría. No hay otra forma de describirlo que como un plato de sobras recicladas sin el más mínimo respeto por el comensal.

El tiempo de espera, eterno. Por un momento pensamos que habían salido a pescar la lubina, pero no: llegó finalmente fría, como si hubiera pasado horas en una encimera esperando su destino. ¿El filete de ternera? Una obra maestra de la desidia. Es difícil hacer que un filete tenga mala pinta, pero aquí lo han logrado. Su aspecto y sabor rozaban lo incomible, un hito gastronómico al revés.

Para culminar este espectáculo del desastre, el increíble surtido de postres: flan o natillas. No se molestaron ni en ponerles un poco de gracia. El pan, por su parte, se llevaba el premio a la textura más lamentable del día: parecía un chicle, blando y gomoso, como si llevara meses atrapado en una bolsa.

En resumen, 21€ por un menú de mierda. Este lugar no es solo una falta de respeto al cliente, es un crimen contra la gastronomía. Si tienes aprecio por tu dinero y tu estómago, evita este sitio...