Trust and satisfaction. These two words perfectly sum up the extraordinary experience I had last night at a cozy spot in Palermo Hollywood.
Each step of the menu was a journey through flavors, textures, and aromas, always paired with excellent wines that brought even more harmony to the experience.
I can’t say I had a favorite dish, because they were all absolutely divine.
What made the night even more special was the warmth and outstanding service of our waitress, Isabella. She not only explained each dish and the wine pairings with care and detail, but also reminded us of the main reason we were there: To eat delicious food and have fun.
Unfortunately, I didn’t take a photo of the starter, I was already too immersed in the moment. But that’s exactly why I felt the need to write this review.
For me, this is the best restaurant in Buenos Aires to enjoy authentic Japanese cuisine made with fresh, high-quality...
Read moreAunque la propuesta de un omakase de diez pasos por $35.000 suena, en principio, atractiva, mi experiencia dejó un sabor amargo que me impide recomendarlo con convicción. Desde el primer bocado, las porciones resultaron excesivamente reducidas: cada pieza parecía pensada más para Instagram que para satisfacer un apetito real. Esa “delicadeza” en el tamaño, lejos de generar elegancia, provocó la sensación de estar racionando cada bocado, como si el énfasis estuviera únicamente en la estética y no en el disfrute del comensal.
La calidad de los productos tampoco justificó el precio. Algunos cortes de pescado presentaban un aspecto menos fresco de lo esperado —con bordes ligeramente opacos o textura gomosa— y ciertos acompañamientos (salsas y encurtidos) carecían de la intensidad de sabores que uno asocia con una cocina de alto nivel. En un omakase, la excelencia del producto es esencial; aquí, sin embargo, esa premisa quedó incompleta.
Para agravar la situación, durante el servicio se desató una discusión acalorada entre parte del personal y los dueños ante la queja a gritos de un cliente insatisfecho. Los reproches cruzados resonaron con tanta vehemencia que muchos comensales nos sentimos incómodos, como si fuésemos espectadores de un espectáculo impropio de un espacio que pretende ser de alta gastronomía. Esta falta de discreción y control afecta directamente la atmósfera y la experiencia global.
Finalmente, no puedo pasar por alto las condiciones higiénicas: la cocina, visible desde la barra, mostraba superficies con restos de alimentos secos y utensilios que parecían llevar horas sin limpiarse; los baños, por su parte, carecían de ventilación adecuada y presentaban pisos y lavabos manchados, detalles que minan la confianza del comensal en los estándares de sanidad del lugar.
En conjunto, la combinación de porciones exiguas, producto poco destacado, episodios de tensión en sala y deficiencias de limpieza hacen que, en mi opinión, el balance calidad‑precio de este omakase sea muy desfavorable. Confío en que puedan tomar nota de estos puntos para corregirlos y ofrecer, en breve, el servicio cuidado y pulcro que su propuesta promete a quienes depositamos nuestra expectativa y nuestro bolsillo...
Read moreNote, this review is primarily for the upstairs seating area. It's less charming, and for some reason your menu is very limited compared to the sushi bar. So definitely make sure you're seated at the sushi bar!
The food is very good, and very reasonably priced for Buenos Aires. A little disappointed that a 20-piece nigiri set only had four different fish on it, but they were all great so it's a relatively minor quibble.
Now on to service: The staff probably just needs training, but when you're dropping off a nigiri platter you should 100% list off what the fish are instead of leaving...
Read more