¿Ha pensado alguna vez que ciertas experiencias distan mucho de ser como te las contaron? En Fuente Mardoqueo tienes que vivir tú mismo ese encuentro con un sándiwch de proporciones magníficas.
La aventura parte ingresando al local para darte cuenta de que ha cambiado su modus operandi: primero debes pedir y pagar en caja y luego sentarte en una de las ubicaciones milimétricamente ordenadas en esos mesones larguísimos del tipo "mesa té Club" y esperar que te llamen... Sí, señoras y señores: hay algunos muchachos haciendo de garzón, pero la atención no es a la mesa, sino un innecesario autoservicio.
Lo otro sumamente curioso es que son lis reyes del trastorno obsesivo compulsivo: te maravillarás con la cantidad de salsas, aderezos y utensilios disponibles en cada mesa, pero organizados en una mística secuencia que, una vez alterada por los intrépidos comensales, volverá a su orden original gracias al trabajo de esos jóvenes garzones. Y lo mismo con las sillas de cada mesón. Uno de estos jovencitos estaba revisando su teléfono en uno de los puntos ciegos del local (¿ardería Troya si lo pillan?).
Sobre los sabores, pedí el legendario churrasco italiano y, luego que me llamaron por un altavoz para ir a buscar mi pedido, comprobé que no es la gran maravilla: unos churrascos cocidos a la plancha al punto mínimo, cuando esperaba cierta crocancia y saborcito a "quemado"; la palta parece mezcla de palta envasada con paltas reales; todo coronado por una mayo "casera" que no quita el sueño.
Se agradece montones el tamaño de las porciones: si vas solo, pide el sandwich "chico", porque los de tamaño "normal" son unos mastodontes que alimentan perfectamente a 2 individuos (o a mí, que andaba con hambre).
Si quieres acompañar la aventura culinaria con cervezas, sólo tienen en schop la Austral Calafate y otras de la CCU. Como buen valdiviano que soy, extrañé la preciada Kunstmann.
Por último, hay que decir que el local hace sentir estar en una casona antigua, una iglesia colonial o en un museo, ya que tiene una exquisita colección de máquinas de escribir antiguas, suspendidas en la pared del lado sur, junto a otros cachivaches dignos de admiración. Los precios de consumo son...
Read moreThis is known as one of the best sandwich shops in the city, and I can see why! I ordered a small churrasco (without a bun because gluten free) and got a huge portion of extremely tender and tasty beef, at least half a juicy tomato sliced, a pile of delicious, french-cut green beans, a pile of sliced yellow hot peppers, and about a half-cup of mayo. Soooooo delicious! Be sure to go inside to see the decorations, which include vintage radios on the walls. Don't be worried if there's a line out the door, their service is incredibly fast. And there is quite a lot of (air conditioned) seating...
Read moreSandwiches are huge! The quality of the ingredients is good but I think they should improve the quality of the bread and some burgers. We ordered a vegan burger which was made of soy, it was really expensive for what it was. Lower prices in general will improve the score people give to this place. Personally I didn't like the atmosphere because I saw too many people doing nothing and playing around, laughing too loudly next to customers. I reckon there are other places where you can eat better and cheaper. Trust me a can of coke...
Read more