Cuando piensas en la auténtica comida mexicana, probablemente imaginas platillos como tacos, enchiladas y guacamole. Pero hay mucho más en esta rica y variada cocina, y en ningún lugar es más evidente que en la Pozolería Doña María.

Ubicada en Tijuana, a solo un paso de la frontera entre Estados Unidos y México, este humilde establecimiento se especializa en pozole, una sopa tradicional hecha con maíz pozolero, carne y una variedad de especias. Pero este no es un pozole común y corriente, es una labor de amor, cocinado a fuego lento durante horas para lograr el equilibrio perfecto de sabores y texturas.

El menú es sencillo, pero esa es parte del encanto. Puedes elegir entre tres tipos de pozole: rojo, verde y blanco, cada uno con su propio perfil de sabor único. Yo opté por el rojo, que presenta trozos tiernos de cerdo en un caldo rico y ahumado, coronado con cilantro fresco, cebolla picada y un toque de limón. Fue el antídoto perfecto para un día frío, calentándome desde adentro hacia afuera.

Pero lo que realmente distingue a Pozolería Doña María es la atención al detalle. Desde las tortillas hechas a mano hasta las generosas porciones de carne y maíz pozolero, cada aspecto del platillo es elaborado con cuidado. Y el servicio es cálido y acogedor, haciéndote sentir como parte de la familia.

lugares como Pozolería Doña María son un soplo de aire fresco. Aquí puedes saborear los verdaderos sabores de México, cocinados con pasión y servidos con orgullo. Es un recordatorio de que a veces, las cosas más simples de la vida pueden ser las más satisfactorias.