Belforno — Restaurant in Mexico City

We made a reservation for March 4th. (Our Anniversary) When we arrived they didn’t have the reservation even though I had an email confirmation. We were still seated either way. Right as were seated I noticed the manager (guessing he was the manager as he was dressed in a suit unlike the waiters) hovering very creepy over our table. I asked for a wine list of wines they offered by the glass. My wife had a vodka/soda. The manager says they don’t have a list. I then asked what wines they offered by the glass. He says none. I ask him if I can have a glass of Chardonnay . He brings a bottle and I taste test it. It’s okay so he pours around two ounces in my glass . He then continues to hover and stare. I ask the waiter what the typical pour is for a glass of wine and he says TWO ounces. At this point I just ask for the bill. We will never know if the food was any good or not. However if the managers service attitude is any indication!!!...

Great place for some Italian food and wines. We went at 8pm to have some dinner. The atmosphere is really calm and elegant, the service is amazing, people are very attentive and they recommend great wines. The street is very calm and you can have a nice dinner inside or outside. You can do reservation but also the place is not full so you can come over without any rush.

The prices are variable, you can have a little budget and get some delicious pasta (with one dish you are satisfied) ranging from 160 Mexican pesos to 300. We got the Gnocchi and the Carbonara, both were amazing and the presentation was really nice. There is a wide wine offer, all of them are great. We got the pink wine bottle Cerasuolo D ́Abruzzo DOC for a little more than 600 Mexican pesos, but of course there are more expensive wines for more than 1000 pesos. We also had a ham and cheese board, it was...

Esta fue la primera vez que venía con mi familia.

Llegué por recomendación de un reel de instagram.

El lugar se veía agradable.

Pedimos una pizza de cuatro quesos con salami.

Al buscar las bebidas en la carta resulta que éstas no aparecen en ninguna parte y se debe preguntar directamente al mesero qué hay de beber. Pedí una naranjada.

Como no nos decidíamos por algo más además de la pizza, el mesero nos sugirió que podía traer diferentes pastas para que nosotros degustáramos y que no probáramos lo mismo, por lo que accedimos.

Tras ello sugirió de forma insistente que probáramos el pescado, el pollo o que la pizza fuera de salmón.

Para esto, los platillos están arriba de los 250 pesos; más que una recomendación se sintió como si aplicara una estrategia de venta queriendo forzarnos a pedir por persona entrada, sopa, pasta, pizza, bebida y postre.

No tardó mucho en llegar la pizza, aproximadamente unos veinte minutos.

La naranjada sabe a Redoxon o como si le hubieran puesto agua mineral al Boing del mismo sabor.

Por otro lado la pizza, aunque tenía buen sabor de los quesos y el salami, se percibía demasiado picante por la cantidad de especias que le pusieron a la salsa de tomate. La masa es muy delgada y fueron seis porciones. En el menú no vienen tamaños.

Al traer el spaghetti nos damos cuenta que no viene la variedad de pasta que le habíamos pedido al mesero tras su recomendación. Se percibió que escuchó lo que quiso y nos trajo lo primero con lo que se quedó (y eso que anotó y tachó en su libreta).

Además de que el spaghetti estaba semicrudo.

En algún punto de la tarde parece que se fue la luz y si de por sí ésta era tenue parecía que estábamos en tinieblas hasta que un mesero trajo una vela eléctrica que medio iluminaba.

La verdad ni íbamos a dejar propina pero en un tiempo en donde varios restaurantes explotan a sus trabajadores sin derecho a salario no sabemos si es el único ingreso del que dependen. Más porque en la barra un mesero quebró una copia y no sabemos si se la vayan a cobrar al triple.

No pedimos postre.

Mi recomendación es que soliciten que les repitan la orden y, si pueden, busquen otro lugar porque esto está muy lejos de ser una experiencia agradable. Y por lo que cuesta creo que hay comida rápida que ofrece mejores opciones.

Difícilmente le daría otra oportunidad.

*El mesero que nos atendió era pelón por si...