Exquisite. This is the best restaurant experience I've had in years. Every dish was a delight, so original and delicately combined.... Not to mention the presentation. Customer service was top notch, and the place is small, quiet, ideal for savouring the culinary wonders. Ask for soya sauce and wasabi, as they don't serve it automatically and some dishes enjoy the added kick. And don't miss out on dessert. Thank you, you...
Read moreReservamos para 6 porque, según ellos, no podían aceptar grupos de 8… aunque al llegar el restaurante estaba desierto. Misterios de la hostelería moderna. Nos informaron con toda seriedad de que no había vino tinto en todo el restaurante… salvo, claro, en los maridajes a un precio totalmente desorbitado.
La experiencia gastronómica fue todo un reto: platos tan pequeños que podrías perderlos de vista si parpadeas, sabores tan planos que no sabrías si estás comiendo pescado, carne o cartón, y un camarero que se dedicaba continuamente a hacernos sentir ignorantes por nuestra falta de conocimiento del mundo del pescado gaditano. Todo esto, eso sí, a un precio digno de un tres estrellas Michelin (pero sin ninguna estrella, claro).
¿Lo mejor? Al escribir una reseña sincera, recibimos de vuelta insultos y faltas de respeto por parte del restaurante. Al parecer, aceptar críticas no está en su carta. Si buscas un sitio caro, pretencioso, con trato condescendiente y cero autocrítica… enhorabuena, lo has encontrado. Os recomendamos seguir este hilo de reseñas. No nos cabe ninguna duda de que su respuesta será todo menos educada y...
Read moreReconozco que no tengo experiencia gastronómica en el tema japonés, así que no tengo referencias para comparar lo que comí/disfruté en Akase. Mi experiencia allí la relato desde mi oficio de Terapeuta Bio-Energético: la impresión que me dejaron los diferentes "platitos" que fueron desfilando ante mí son impresiones gustativas, táctiles (textura), olfativas, que me trasladaron al nivel de excursión al Monte Fuji, por lo equilibrado, variado y bien balanceado conjunto de sabores. Durante la comida/degustación contemplaba desde mi silla a una especie de monje Zen elaborando con suma concentración un coloreado mandala que luego aterrizaba suavemente en nuestra mesa, como brisa de primavera entre los cerezos en flor. Y el discreto picante del Chili Carab superó mis espectativas de experto en picantes made in México, sin perder la concentración en esta práctica meditativa culinaria. Un 5 también para la decoración minimalista que acertadamente ha eludido el...
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