Cafe Tosty snack — Restaurant in Madrid

Parecía un buen lugar para comer algo y hacer tiempo antes del concierto en la Galileo Galilei, un sitio "de toda la vida", nada 'fashion' y con algunos parroquianos, ¿qué podía salir mal?. Pedí una Coca-Cola y una hamburguesa de pollo y cuando aún no llevaba ni dos minutos sentado a la mesa se presentó la primera de ellas, sin avisar, sin pedir permiso, sin dar las buenas tardes. La eché con desdén pero antes de que llegasen las consumiciones volvió de nuevo. Ella, o su hermana, o su sobrina, vete a saber... ¡si son todas iguales! Esta segunda estuvo solo un instante antes de ser ella quien abandonase la mesa sin tan siquiera haberme dado tiempo a echarla. La camarera/cocinera me trajo la bebida y la hamburguesa (nada del otro mundo pero no estaba mal) y, cuando la estaba comiendo, de nuevo dos de ellas se pasearon por delante de mí exhibiendo su impudicia. A estas alturas me estaba costando acabarme la hamburguesa. Pero lo hice igualmente (tenía hambre, qué le vamos a hacer). El local empezaba a llenarse y pedí un cortado. El camarero (probablemente el dueño por la autoridad con que se dirigía a su compañera) me trajo el café con su correspondiente azucarillo. No tomo azúcar así que no me importó pero no pude evitar fijarme en el feo detalle de que el sobre estuviera rajado dejando ver su blanco contenido. Ahí fue cuando encajé las piezas y entendí porqué las CUCARACHAS pululaban sin vergüenza por el local como queriendo dar a entender que era un buen sitio para comer....

Stopped here for a drink and some food. Service was a little slow considering it was pretty quiet but they were friendly. It was nice that we didn't feel rushed on when we finished our food, a lot of places you feel like you are inconveniencing the staff. Reasonable prices and good...

Un lugar de bocadillos y frituras a un precio muy superior al de la calidad que ofrece. Pedimos bonito con pimientos y nos trajo bonito con tomate natural. Al preguntar las razones, me dice que se había quedado sin pimientos y sin preguntar decidió cambiar lo que habíamos pedido. También pedimos patatas bravas y nos trajo una pequeña racción de patatas fritas y un poquito de ketchup (¿Eso son patatas bravas?). No ofrece ticket y solo te muestra un papel a bolígrafo. Cobra 0,60 € por poner en la mesa a unos tres metros de la barra cada producto.

Calidad: cero. Cantidad: insuficiente. Limpieza: cero.

Hay muchos restaurantes en las inmediaciones. A unos 20 metros hay uno que vale mil veces más.

No nos volverá a...