CARACOLA Antón Martín — Restaurant in Madrid

Caracola is not only a cool name, it refers to a sweet spot in Madrid an it is also one of the coolest Basque CheeseCake creators in the city…. And why? Because the twist with their flavors will make you swirl just by watching the creamy filling of the cake flooding the plate and mesmerizing you with its twisted looks. I have tried before their classic and white chocolate flavor, so this time we were more audacious and went up for then goat cheese 🐐🧀version with 🍊orange confit decor. The taste, a well balanced sweet and sour thanks to the goat cheese twist…We also were drought to one of their white chocolate chung cookies that was supposed to melt when cracked but it wasn’t the case, but anyways it is still a delicious warm treat to pair with any cold latte ☕️… the volcano 🌋effect was compensated by having the Lotus 🥠cookie crust cheesecake, this one really delivered and played the dramatic flow when sliced through…🥧special effects willblow 🤯your senses when seeing it cracking 💥and the lotus topping will blend thanks to this pivot. Our experience was even better because we had the priviliged to be served by the owner herself, Esther, the charismatic Laura and a friendly Venezuelan 🇻🇪, who made us feel in our living room thanks to the comfy set up of the Antón...

I mean, it wasn't bad bad, but to be honest, i dont have the need to come back. When we went, even though the queue wasn't that long, we were waiting so much, i couldn't understand it. The staff was super nice tho. The cakes.... that is where i find the "problem" (for my taste and in my opinion).... i know people want variety and stuff, but... who doesn't have a clasic cheesecake if u are a cheesecake place? I know they have it sometimes, as they do with every other one, cause the list of cakes is long i guess. The flavors we had to choose cause they didn't have the ones that we wanted were white choco and bailyes (they only had, at that time, those two and pistachio). What to say.... im so sorry to say this, but i didn't like them. Overpowering flavors, cheese flavor nowhere to be found, texture off... I really wanna give them a second chance trying other flavors cause they have a lot of good reviews too,...

Las tartas están brutales y se merecen un 5/5, sin lugar a dudas. Pero es lo único que merece la pena. Nuestra experiencia fue desesperante y desastrosa: Para empezar el sitio no tiene nada de encanto, unas pocas mesas situadas en medio del pasillo de un mercado que a sábado 17 de diciembre parecía muerto. Tienen un pequeño mostrador en el que puedes pedir para llevar si no quieres esperar a sentarte, dado que al contar con tan pocas mesas seguro que tienes que esperar. Hasta aquí no problem, es normal en locales pequeños y merece la pena esperar. Había varias mesas para levantarse, porque ya habían terminado, pero la camarera, lentísima y entretenida con cualquier cosa, no terminaba de llevarles la cuenta. Entretanto nosotros esperando para sentarnos, dejábamos pasar a los que pedían para llevar. Finalmente nos sentamos en la mesa justo delante del mostrador (un lugar molesto porque al final tiene la gente encima de la mesa haciendo cola y pidiendo, pero tampoco hay problema, merecía la pena). La camarera nos dijo que ahora nos limpiaba la mesa, pero spoiler, nunca volvió. La veiamos caminando como si no estuviesen las mesas a tope, hablando con las compañeras de la cocina etc. Las chicas que habíamos dejado pasar porque iban a pedir para llevar, como al tiempo que la nuestra se levantó otra mesa, las sentaron en ella a tomar ya la tarta. Mientras, nosotros al lado del mostrador viendo como atendían a toda la cola para llevar (y en consecuencia viendo como los trozos de tarta se acababan, igual el sabor que teníamos pensado coger), y ahí seguíamos sin que nadie nos hiciese caso. Cansados y enfadados, después de un buen rato sentados (y casi 20 mins de cola antes de tener mesa), ya le digo a la que está sirviendo para llevar si nos puede atender. Enseguida nos puso dos trozos de tarta y 2 aguas. Para pagar semejante historia, y como había cola para sentarse (y sabíamos que es incómodo tener que esperar tanto) nos levantamos a pagar al mostrador. Nos cobró la chica que nunca vino a atendernos, que realmente era maja pero muy pasota, despidiéndonos con un “han sido los más rápidos”. Por dos trozos de tarta y dos aguas pagamos 19€ con algo. No nos salían las cuentas ni por lo alto, dado que en el mostrador ponían el precio de la porción más alta a 6,8€ (tampoco tenían los carteles bien colocados y era difícil enterarte del precio). Claro, esta reflexión ya hecha a toro pasado porque lo que queríamos era irnos y ya. En definitiva, la tarta lo merece pero cógela para llevar y cométela en casa tranquilamente, no sé si de otra forma la...