Les Mauvais Garçons - Los Chicos Malos - Restaurante — Restaurant in Madrid

We have visited this “French” restaurant like maybe month ago but have been postponing writing the review due some vacational travel. However being back in Madrid and also with my 2 years wonderful living experience in France including my tremendous respect for their food culture I thought it is my responsibility as good citizen to write the review. We have been invited by our lovely friends to dine with them and from the moment I have entered to the place I felt that ambience of “let’s sell French cuisine to foreigners as strange and eccentric as possible”. I mean I have been to numerous this type of “French” restaurants while living in Canada, US, Mexico and now here in Spain, where basically they try to apply that concept of “high priced modernism meets tasteless food at the cost of experience”. I will list just few negative points I have observed here: all portion of the food so small and it doesn’t include side potato or salad...I mean Magret de Canard was just few slices and nothing with it waiters and owner comes and explains you every action they put into preparing the food like “ we cut the duck breast then we add salt then we cook bla bla...” which we found so funny and unnecessary marketing storytelling to supposedly amuse customers when I asked we would like to have “agua de grifa” waiter out loud told that they only serve bottled water...again every single French restaurant serve “carafe d'eau” and actually I think there is even law in France saying that each restaurant should provide water for free their dessert experience, which since I promised will not reveal will hold to it and won’t reveal details but all I can see it was tacky, cheap and not pleasant, especially they charge for it one of us ordered “hamburger of confit de canard” and we were surprised they would serve in between 2 slices of not fresh sourdough breads and when my friend asked that they have served before in normal bun waiter without blinking said “they trying out new concept” instead accepting the fact they ran out of normal buns roasted Camembert we ordered as appetizer was so dry and tasteless serving everything in some metallic plate and trying to be modern, I just find it so tacky

Overall only food I liked was the salad with some arugula and beer...and that the reason I didn’t put 1 star but 2.

I think this is typical trap for tourist and people who admire French cousins and they end up with something very dissaponting.

I don’t recommend this place at all and obviously will not...

Un local alternativo en pleno barrio de Malasaña con un chef francés super cool, ¿qué puede salir mal? Pues bastantes cosas. A pesar de que el chef fue bastante atento con nosotros, no puedo poner una valoración mejor a este sitio. Sin ni siquiera pisar el restaurante, ya teniamos que haber que pagado 10€ por persona anticipadamente para reservar la mesa, y haber pedido los platos con 24 h de antelación. 24 h de antelación para pedir unos platos de poca o escasa elaboración, donde todos los platos son cosas crudas o a la plancha, siendo el más elaborado de la carta una hamburguesa con queso de cabra del super más cercano. Una vez llegado al restaurante, el chef nos sacó los 3 tipos de vino que tiene, bajo el pretexto de "no te puedo aconsejar qué vino marida mejor con cada plato, porque en mi opinión el maridaje es un concepto anticuado". Vinos, que por mucho que el chef remarque hasta la saciedad con su exquisito acento francés que "son vinos distintos, son los vinos que a mi me gustan", no dejan de ser vinos bastante del montón. En cuanto a la comida, para empezar, absolutamente todos los platos que pedimos estaban frios. Nos sirvieron para picotear unos cachitos de "pan ecologico" más dificil de tragar que la ultima temporada de juego de tronos, con mantequilla, los cuales, por supuesto, nos los cobraron. De entrantes, pedimos un queso camembert que aunque debería llegar caliente, nos lo dieron recien salido del frigo por el modico precio de 21€. Eramos una mesa grande, por lo que pudimos probar varios de los platos principales de la carta con resultados variados: si bien el tataki de solomillo esta bien aderezado, la hamburguesa de confit de pato estaba a la altura del pan ecologico: más seca que un dia sin agua. La envuelves entre dos brioches, un cachito de lechuga, rulito de cabra, dos pepinillos agridulces y listo, 16 euros de hamburguesa, a facturar. Aunque algunas venían frías y otras quemadas, las patatas de acompañamiento que se salvaban, sí que estaban bastante buenas. Una lástima que ni siquiera se dignasen a poner uno de los vasitos minusculos en los que venían a cada comensal, por lo que tuvimos que repartir 3 vasitos entre 5 personas. Pero sin duda el plato estrella de la noche fue el wok de verduras, recien salidas de la huerta. Estaban tan frescas que no les debió dar tiempo ni a pasarlas por una parrilla, y mucho menos a echarles sal o algún tipo de aderezo. He visto a gente llorar por menos que por tener que acabarse ese bol. Indigestión asegurada por tan solo 12 lereles. Por último, el postre, la nouvelle cuisine, la inolvidable experiencia de "chocolate". Entrecomillo chocolate, porque, surprise! no hubo un ápice de chocolate. No voy a desvelar en qué consistió, porque el chef nos pidió que guardaramos el secreto. Lo único que puedo decir es que la higiene y las medidas covid no son precisamente tenidas en cuenta, y que desde luego, si te quedaste con hambre con la cena (algo bastante probable teniendo en cuenta el tamaño raquítico de los platos), no esperes saciarte con el postre. El staff al menos si fue muy agradable, y nos dió un trato excelente. En definitiva una decepción absoluta de sitio, cuya alta valoración en las reviews solo se comprende debido al incríble número de gente moderna cuya única expectativa en la vida es aparentar ser más chic y alternativo que Mario Vaquerizo. Pagarían 30€ por una Whopper si se la envuelven en papel rosa y le ponen un bonito nombre en...

I had an absolutely fantastic dining experience at Less. From the moment I walked in, the sophisticated design and decor put me at ease and set the tone for the evening. The staff were attentive and knowledgeable, guiding me through the menu with passion and expertise.

I tried the duck tartare on a whim and was blown away by how delicious it was - a must-try even if you're not a fan of duck. The tarte tatin for dessert was the perfect ending to a perfect meal. Each dish was expertly crafted using high-quality ingredients, and the wine selection complemented the flavors beautifully.

The owner's charisma and storytelling added an extra layer of enjoyment to the evening, making it a truly unique and memorable experience. I can't wait to come back and try more of their dishes. Less is a hidden gem that deserves to be discovered - I highly recommend giving it a try for a special...