Restaurante Ferreiro — Restaurant in Madrid

Un desayuno de los que te hacen volver. En pleno centro, con precios razonables y una atención impecable, el Mesón Restaurante Ferreiro es de esos sitios que sorprenden y dejan ganas de repetir.

Pedimos tres croissants mixtos y uno a la plancha, acompañados de tres Colacaos. Los croissants eran enormes (la foto no le hace justicia) y bien rellenos con una muy buena calidad de jamón york y queso, nada de esos croissants huecos o vacíos que se ven en otros sitios. Estaban increíblemente buenos.

El croissant a la plancha también fue un acierto. Igual de grande que los mixtos, servido con una tarrina monodosis de mantequilla y mermelada de melocotón, otro detalle que siempre se agradece.

Otro punto a favor es cómo sirven el Colacao. En muchos sitios te lo preparan sin preguntar, algo que sinceramente resulta cansino, pero aquí te lo dejan para que lo hagas a tu gusto, como se ha hecho toda la vida y como debería ser. Yo en lo personal siempre lo añado poco a poco, ya que, dependiendo de la cantidad de leche, un sobre entero puede resultar excesivo. En este caso, el vaso venía con tanta leche que lo usé prácticamente todo, otro puntazo.

Si mal no recuerdo, el colacao fueron 2€ cada uno, el croissant mixto 2,50€ y el croissant a la plancha 1,60€.

Y lo mejor de todo, el personal. No solo fueron rápidos y atentos, sino que su amabilidad y buen humor hicieron que el desayuno fuera aún mejor. Un 10 sobre 10 en trato.

Este sitio cumple con las tres B (bueno, bonito y barato). Sin florituras, moderneces ni pretensiones, ofrece exactamente lo que un buen lugar debe tener para que el cliente quiera volver: calidad, buen precio y una experiencia que merece la pena repetir. No le falta nada para convertirse en un sitio de referencia al que regresar...

✏️Calificación @madridbocados: 7/10.

Cocina asturiana sin complicaciones.

En pleno paseo de la Florida está restaurante Ferreiro, un inmenso local en el que se hace una cocina asturiana clásica y que resulta ideal para ir a comer en familia sin tener que dejarse grandes cantidades de dinero. Precisamente su clasicismo lo hacen un sitio ideal para ir con la gente más mayor y con menos flexibilidad para cambiar sus gustos culinarios.

Frío bien, así que es una buena excusa para pedir sus fritos de bacalao (lo que más me ha gustado las dos veces que he ido) o los calamares, que tampoco fallan. En esa línea de frito de siempre las mollejas de cordero son una opción fantástica y puedes acabar de completar los entrantes con unas siempre resultonas croquetas de fabada o con algún marisco si prefieres tirar la casa por la ventana.

De segundo mi propuesta para terminar bien la velada son los guisos, ya sean unos callos o una verdinas con rape y langostinos o incluso un arroz meloso con rape y almejas. También tienes carnes (no falta el cachopo) y cinco docenas más de platos. No sé que tal tocan todos los palos, pero en general son cumplidores y no lo hacen mal. Y si prefieres no complicarte, apuesta por un menú de grupo. Eso sí, de postre flojo el arroz con leche, un crimen para cualquier restaurante medio asturiano que se precie.

✅Puntos fuertes: calidad-precio razonable.

⭕️Puntos débiles: no entra dentro de la gama de la cocina asturiana más refinada de Madrid.

💵Precio: por menos de 50 euros se puede comer bien en Ferreiro.

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Fuimos a cenar a la parte del restaurante. El salón mantiene una estética antigua, con mesas amplias. Teníamos idea de comer un cachopo, así que preguntamos por el tamaño de las raciones. Nos aconsejaron, pero al final de la comida pensamos que pedimos de más. Probamos: -Lomo de sardina ahumada sobre pan tumaca y pimiento asado. Viene cada unidad en un plato acompañado de ensalada. Realmente pensábamos que sería una tostada fina de pan pero la ración es generosa para compartir. -Habitas salteadas con chipirones y pimientos del piquillo. Nos costó encontrar los restos de chipirones. De nuevo la ración de habitas (que no de chipirón) muy abundante. -Buñuelos de bacalao. La ración trae 10 unidades. Con este nombre pensaba que serían buñuelos con masa de bacalao dentro. Realmente son soldaditos de pavía con forma redonda. Ricos de sabor, aunque vinieron algunos trozos con espinas. -Cachopo. Vino seccionado en 4 trozos y servido con patatas fritas y pimientos del padrón. Estaba bien hecho, pero eché en falta más sabor del queso y que viniera algo más caliente. Pedimos un café solo y nos trajeron como detalle unas bolitas de coco. Un problema que tuvimos a lo largo de la comida, creo que por ir demasiado pronto, es que los camareros estaban muy encima y fue incómodo. A cada plato que estábamos terminando venían a recogerlo, sin dejarnos acabarlo tranquilamente. Lo bueno es que cuando el restaurante se empezó a llenar ya no estaban tan encima, pero nos agobió bastante. En cuanto al precio, es verdad que las raciones son grandes, pero nos resultó muy caro. Preferiría que fueran más pequeñas y...