Saona — Restaurant in Madrid

I really liked the aesthetic of this place, would have loved to had the outdoor detached area to celebrated a group dinner, but they didn’t let us for another reservation (which didn’t show up at the end)..since we were more than 15people, we got their fixed menu of 5 appetizers, one main and desserts sharing (ok quality/price). Food was lovely and quite nice (croquettes are totally worth it!) although I would recommend to put the sauces on the side rather than on the meal, as some of us couldn’t enjoy some appetizers because of the spiciness of the sauces or cheese intolerance. I personally appreciated my burger, vey small sized and tasty, and potatoes side. My friends said that ribs was great and vegan burger was as good as the meat one, while people that had fish or cannelloni had an average experience. Cakes were ok too, nothing special to be honest. I was a bit surprised by the staff, for a Monday the place was pretty empty and didn’t accomodate us very well, and rushed since 15mins left or closing time which I thought was a bit rude. Overall not so bad but...

Hacia las 15:30 del domingo 1º de diciembre 2019, he entrado con mi familia (mis padres y mi hermana) en el restaurante Saona, de la callen General Gallego, al que hemos ido innumerables veces desde su apertura, este mismo año, y donde jamás hemos tenido problema alguno. Hemos ordenado cuatro menús, dos de los cuáles incluían, como segundo plato, un arroz caldoso de bogavante, plato que hemos probado varias veces en el último mes, siempre cocinado con cuidado y muy buen gusto. Hoy, sin embargo, el plato ha llegado inundado con dos dedos de caldo y con el arroz ampliamente pasado de cocción. Hemos manifestado nuestra extrañeza, pues sabemos bien de qué plato se trata, y hemos rogado que nos lo cocinaran correctamente. Poco después de llevárselo aparece un empleado de la casa, de nombre Cristofer, que de manera especialmente desafiante nos trae la cacerola y nos indica que el arroz está perfecto, y que o nos lo comemos o nada, porque la cocina ha cerrado y no piensa repetirlo. Mi hermana, mi madre y yo le explicamos que no es así, que lo hemos probado allí mismo muchas veces, pero el empleado se muestra muy enojado de que tres mujeres puedan discutirle algo: con evidente desprecio, añade que no sabemos lo que es un arroz y que nos lo va a cobrar aunque no lo comamos, marchándose con un desplante. Un compañero suyo intenta mediar aprovechando su ausencia: dice que ha hablado con la “dirección” y que sólo nos cobrará dos medios menús. Me muestro dispuesta a pagar el menú completo y le pregunto si puede sustituir el plato retirado por alguno de los entrantes fríos del menú, que no requieren cocina. Va a consultarlo pero vuelve acompañado de Cristofer, más desafiante que nunca, con la pretensión de que nos vayamos. Ante nuestra sorpresa, afirma que somos ¡xenófobos!, cuando el único español de origen en la mesa es mi padre.Como somos incapaces de creer que alguien puede pensar eso, pedimos que nos lo confirme alguien de la llamada “dirección”: sale alguien que no conocemos ni dice su nombre, un miembro del equipo de cocina y dice confiar plenamente en su “equipo”. Se niegan a proporcionarnos cualquier hoja de reclamaciones. Así que nos vamos.

En síntesis: en un restaurante de nuestro barrio del que somos clientes asiduos, donde conocemos a muchos trabajadores y mantenemos una relación agradable con todos ellos, hemos sido tratados de la forma descrita. Eso es triste de por sí, y quizá merezca alguna medida por parte de esa “dirección” invisible para evitarlo. Pero la actitud del trabajador conflictivo, que además de mantener un tono de superioridad inapropiado frente a las mujeres a las que sirve, se permite acusar de xenofobia a tres mujeres que han nacido y vivido gran parte de sus vidas fuera de España, es especialmente lamentable y ridícula. Tanto, al menos, como la del representante de la “dirección” que ha asumido y protegido tan vergonzoso...

Mi experiencia en el restaurante fué muy mala durante la noche del día 10.

Voy a decir un aspecto positivo. La comida FANTÁSTICA, he de reconocer que los sabores texturas y la presentación de plato insuperables. También destacar que adquirimos un menú de navidad y la verdad que relación calidad-precio pero sobre todo CANTIDAD es el mejor menú(y además con barra libre)que he probado. También pedimos una hamburguesa vegetariana y me dieron a probarla junto con verduras en tempura e igual de exquisito todo.

Ahora comienzo como los aspectos positivos se disipan y crean una buena experiencia en mala, tiene que ver con el trato al cliente. Para poner en situación el restaurante no estaba demasiado lleno 3 mesas de 4 personas 2 de 2 y otro grupo como nosotros 7 personas.En mi opinión creo que se puede atender con facilidad a todo el mundo, no se si estaré equivocado o no por que no trabajo en el sector. Para empezar la noche yo y otra persona del grupo nos adelantamos y entramos antes al restaurante. Nos preguntaron si queríamos beber algo antes y dijimos que si pero nos informaron que no entraba en la barra libre y no nos importó pero estas consumiciones se sirvieron al instante y a la par que la cuenta. Y en este sentido no tengo nada que objetar por que éramos más personas y dejarlo pagado era la mejor solución así nos evitamos de problemas. Pero pensamos pues van a ser rápidos con la bebida y todo. Luego cuando todos los comensales estábamos en la mesa y pedimos las respectivas bebidas la primera vez lo trajeron todo correcto pero un detalle que no nos gustó para nada y de ahí viene toda esta reseña es que a medida que íbamos pidiendo más bebida esta tardaba más en llegar y en las siguientes veces tener que pedir más de dos veces pero a su vez todos los entrantes salían muy rápido dando la sensación de agobio y de vamos a sacarlos rápidos para que no nos pidan mas bebida, tanto fué esa rapidez que ni cabían en la mesa los entrantes y para hacerles espacio dejamos junto con los camareros varíos platos en la mesa de al lado. Por último la sensación también al irnos muy buenas palabras pero con cara de venga iros ya de una vez. También otro aspecto que quería destacar la presencia de bichos en el ambiente no se si habría en las otras mesas pero en la nuestra había algunos que incluso llegaron a colarse en los vasos.

Vamos en definitiva una buena calidad en los platos pero ya está.

Sin duda NUNCA más repetiré en ese establecimiento y a la hora de elegir otros me lo pensaré bastante por no decir que elegiré otros restaurantes.

Creo que ya sea una cuenta de 50 o 300 nadie merece ese trato. Por que si molestó el hecho que pedimos bastante bebida, los camareros no tienen la culpa de que a lo mejor no sea rentable el menú que no lo ponga la cadena pero no ese trato a la...