Bar restaurante Ultramar - Pepe Vieira — Restaurant in Pontevedra

Nada por lo que repetir, el sitio tiene buena pinta, la carta llama a probar cositas pero al final muy por debajo de lo esperado El servicio agradable pero desbordado, muy lento y poco entrenado, la mesa llena de vasos vacios hasta el final. La comida nada por lo que me apetezca volver, mas bien son criticas mas tirando a negativas en casi todo lo que comimos. Eramos una pareja y no es que salieramos con hambre pero tampoco llenos. Pedimos las Empanadillas crujientes de ternera, los Jiazi de Bruce Lee, Los calamares fritos en pan de leña, El Steak Tartare y los Langostinos asados. De postre la Tarta cremosa de chocolate y el Arroz con leche y Praline de Avellanas

Empanadillas Crujientes de Ternera, buen sabor, con un relleno con toque de tandori bastante maliño, puesto que sabia a pimenton y especias pero le faltaba el acido lactico predominante del tandoor. Calamares fritos en pan de leña, con un toque de mayonesa con ajo negro, un bocata de calamares sin mas, la mayonesa estaba escasa y no me aportaba nada excepto mas grasas que es justo lo que le sobraba Jiaozi de gambas que comia Bruce lee, en si no estaban mal, acompañadas con algas y salsa de soja dulce, fue lo mas comible de todo lo que pedimos pero le sobraba dulzor, cuestion de gustos supongo. Tartar de Vaca, bastante correcto, le faltaba sabor en la salsa que es lo que le da vidilla pero no estaba mal, igualmente me gusta mas picadito, con trozos tan “grandes” no se hace meloso como deberia ser. Langostinos asados, sin duda lo peor de lo que he comido, Langostinos a la plancha SIN PELAR, con unas salsa de Curri Verde y Leche de Coco (bastante mala, soy muy especialito con la leche de coco) en su base, y un picadillo de mango y cebollino con unos puntos de mayonesa y cebollita encurtida encima de los langostinos, un desastre de plato, tener que pelar los langostinos untados en estos sabores que no pegaban ni con cola, mas grasa con las grasas, y la acided en dos trozos de encurtidos para cuatro gambas, y una vez pelados ver que tu mango que deberia estar encima del langostino esta nadando en el curri sin nigun sentido. Desastre total. Tarta cremosa de chocolate, bien sin mas, pero bastante fuerte el toque de salado, a mi pareja no le hizo nada de gracia el toque de sal, solo se comio su mitad, normalmente se comeria 3/4. Arroz con leche y praline de avellanas, de sabor muy bien, de textura no tanto, el arroz estaba muy roto y habia granos poco cocidos, seguramente se les pego al cocerlo por no removerlo, el Praline casi inisitente aunque muy potente, el postre venia con una costra de caramelo como en una crema catalana, buen detalle si eres goloso. A parte y sin pedirlo se nos sirvio el rosco de pan y mantequilla, 1’75€ por cabeza, el pan super chicloso y la mantequilla con cebolleta picada o machacada o es la sensacion que daba despues de descogelarla, no tiene sentido todo este rollo asiatico con el que nos bombardean en todos lados si se hace mal. Todo muy en la media hasta que llegaron los langostinos, no le doy una estrella porque es exagerar pero por lo que pedí mas de tres tambien lo sería, no se si hay mejores platos en la carta, espero que si, la verdad es que en la mesa de al lado pidieron un lenguado y tenia buena pinta, pena no...

Taberna de comida con elaboración top a precios más "asequibles". Desde el primer momento el servicio es increíble, atentos, amables y gentiles pero sin llegar a ser excesivamente cargantes como en otros locales del estilo. El único pero (si se puede considerar un pero) es que a la hora de recomendar u opinar sobre si la cantidad de comida es o no es suficiente, se quedan excesivamente cortos. Pero eso, un 10 al servicio! Con respecto a la comida, comenzamos con un aperitivo de ensaladilla muy bueno y unas patatas fritas chips especiadas. Posteriormente nos ofrecieron su conocida rosca de pan con mantequilla que, a pesar de que el tamaño es muy reducido, fue de lo mejor de la cena, el sabor es exquisito. Como entrante pedimos empanadillas de ternera crujientes y Tortilla abierta de setas y queso. Ambos espectaculares, en este caso nos gustó en especial la tortilla, dónde está muy presente el sabor a queso que nos encanta. Como principal pedimos Secreto ibérico con patatas, pero viendo las cantidades de los platos, acabamos añadiendo unas costillas con salsa barbacoa. El secreto bastante sin más si no fuese por el desorbitado precio que lo acompaña, no lo recomiendo. Sin embargo, las costillas estaban espectaculares, super tiernas, jugosas y con una salsa barbacoa muy suave y dulce. Destacar también las patatas gajo, tomate y cebolla que acompañaban a estas. De postre, y tras ver varias fotos por las redes, nos decantamos por el milhojas y la New York Cheesecake. El primero estaba bueno, pero el precio es demasiado elevado para su pequeño tamaño, intuyo que la elaboración será compleja. La cheesecake, por el contrario, era mucho mas grande de lo que esperabamos (grata sorpresa) y estaba muy muy buena por si sola, recalcamos esto de que estaba buena por si sola, ya que viene con una mermelada y menta que, en nuestra opinión no aporta nada. La tarta buenísima, añadirle menta... Un desproposito. Lo único que nos dejó algo decepcionados de la cena fue el menú infantil, ya que esperabamos una pizza con una calidad algo superior. En resumen, una muy buena cena con sabores exquisitos, pero cantidad ínfima y precios algo...

Sensación agridulce la de la cena en este restaurante. Llegamos con reserva para 5 adultos y un carrito de bebé, y todo correcto, nos sentaron en una mesa en la esquina y nos adaptamos bien. La carta no es súper extensa, pero los platos pintan muy bien, originales y modernos.

Los problemas vinieron en los detalles: las gyozas tenían un sabor muy plano, les faltaba el toque braseado que las hace algo más crujientes. Las empanadillas, mucha masa y poco relleno, pero buenas al fin y al cabo. Los tomates pasificados llegaron un poco fríos, y el mayor problema vino porque en la carta pone que llevan albahaca, pero lo que vino fue una salsa pesto con piñones, y teníamos una persona alérgica que no fue avisada, lo que podía haber sido un problema mayor de no habernos dado cuenta. Los tacos de costilla muy ricos. La tortilla abierta, es más innovación de lo que luego resulta, pues el sabor es muy plano, y lo único que aporta es el queso azul un poco escaso, pero parece que hubiera sido preparada un tiempo antes pues llegó templada y enseguida se quedó fría.

Lo peor de la experiencia, que enseguida se nos hizo de noche, y estábamos sentados en terraza donde tienen colocadas unas sombrillas que tapan las luces decorativas situadas encima, por lo que estábamos comiendo a oscuras, iluminando literalmente la comida con los móviles, y forzando la vista. Pedimos a los camareros repetidamente que por favor las cerrase, y aunque el chico lo intentó, no resultaba fácil porque éstas estaban encajadas, así que dijo que se lo diría al encargado, el cuál sólo se dignó a venir al final, cuando ya forzados por no ver nada, movimos las vallas y las sombrillas para poder cerrarla. Entonces sí apareció el encargado, quien dijo que le parecía muy bien lo que habíamos hecho, pero que si alguien hubiese sido dañado o golpeado la responsabilidad hubiera sido nuestra. ¿Y de quién es la responsabilidad de no ver nada y de qué tuviéramos que forzar la vista?

Por lo demás, se entiende que la comida innovadora es algo más cara, pero 22 euros por la tortilla abierta, por poner un ejemplo, creo que es...