La comida en general buena, lo digo al principio porque es así, aunque para el que no haya ido no es un japonés de sushi, sino más tradicional.
Comentar que desde siempre han sido desorganizados y despistados a la hora de sacar platos, los entrantes después de los platos principales, unos comensales comen antes y otros mucho después... Aunque esta vez fue exagerado y no había casi gente. No sé si algún día lo solucionaran, pero comer los entrantes cuando ya no te queda el principal creo que no es apropiado.
Tema aparte el nuevo camarero, es muy poco gentil, algo desagradable fue que se puso a organizar una mesa arrastrando sin contemplación tres mesas y 9 sillas para orgsnizarla haciendo el máximo ruido posible. O eso es lo que provocó, sin ningún miramiento a los que estábamos comiendo. Un camarero no puede ser tan desconsiderado con la gente que está allí comiendo. O eso creo yo que tengo experiencia en el sector. Pedimos una cuchara para la sopa y finalmente tocó levantarse a por ella. Mal detalle, pues como comento el restaurante no estaba lleno.
La carta está rota y desaliñada, una cosa es ser un lugar desenfadado y otra es parecer cutre por una carta (el expositor que la contiene), que están ya para cambiar. Espero lo hagan, da un poco de grima, con precios corregidos con pegatinas. Y el símil piel todo roto y desilachado.
Añado fotos de la comida que es lo más destacable del lugar. Sobretodo el Katsudon, muy recomendable pedirlo con salsa extra. Teriyaki y Ramen tambien son notables, no así la variedad y precio de los postres, pero los principales indicados muy buenos. El resto no tan notables pero correctos. El plato de Katsudon, unas empanadillas y una sopa miso unos 12€, bebida a parte para orientarse.
Precios normales para la comida, pero espero cuiden más algunos detalles como el baño, las cartas, limpieza de los cojines o las cartas y puedan contratar algún camarero algo más servicial con la...
Read moreRestaurante japonés pequeño con interesante diseño y regentado por jóvenes catalanes. De las cuatro veces que he ido, en diferentes años, cada vez a peor. El local está bien ambientado, con un camino de piedras y troncos en el suelo con un árbol de Sakura simulado, pero le falla el servicio y el precio. No puedes pretender que alguien esté esperando una media de 20 minutos hasta que te traen la bebida y unos 40 minutos más hasta que te traen el primer plato (si tienes pensado ir con más de 2 o 3 amigos más mejor ve sin hambre porque hasta las 11 de la noche no vas a empezar a cenar). Los platos bastante elaborados, pero no dejan de tener la misma calidad que puedes encontrar en otros locales con menos tiempo de espera como Ajumma (koreano-japonés) o Bakauma. Es inconcebible que en un local con menos de 10 mesas haya 3 camareros y dos cocineros pero que no den abasto para servir en menos de una hora. Otra incomodidad es que pueden decir que en las mesas grandes si queda un hueco te endosan a otros clientes (ningún problema si no se le ocurre venir a alguien que decide fumar, hablar gritando y su pareja con un gato. Eso nos pasó cuando existía la posibilidad de tener una zona habilitada para fumadores y no fumadores). En definitiva, no es un restaurante, es la casa de unos colegas que te invitan a cenar pero que acabas pagando. Si queréis un japonés de verdad no lo encontraréis en este...
Read moreFuimos cuatro personas en el servicio de cena y, tal y como siempre hacemos y también hicimos en esta ocasión, hicimos la reserva con antelación para asegurarnos una mesa -el local no es muy grande-. Solo entrar, nos saludaron y nos acomodaron y acompañaron a nuestra mesa -antes había tatamis- pero no ofrecían la misma comodidad aunque cabe reseñar que la mesa no es muy ancha y que el espacio entre comensales es algo reducido. El sitio estaba limpio, olía a una fragancia agradable y el aire acondicionado estaba puesto (algo flojo, pero puesto al fin y al cabo).
Por lo que refiere a la comida, todos pedimos lo mismo: un 'Menú Seto Katsudon' por cabeza (sopa miso de entrante, seis gyozas y un katsudon con extra de salsa -la especialidad de la casa-). Todo estaba perfecto. La sopa miso, bien caliente; las gyozas bien marcadas y aliñadas; el katsudon, genial. Lo acompañamos de unos langostinos en tempura -un adobo/marinado muy acertado- y una tempura muy crujiente. Todo esto lo acompañamos de un mochi de chocolate blanco. Bastante soso. Fue la decepción de la cena. El de té matcha, asuki o chocolate negro tienen más sabor. Habría tomado café, pero no tienen cafetera. Las bebidas fueron cuatro aguas de medio litro y un Ramune de uva. Nos invitaron a chupitos.
La multa fue de 24,05€ cada comensal. Precio 'algo' alto, pero es un sitio donde se come bien y se...
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