Imaginar panorama… dos familias, 8 personas, 4 niños y 4 adultos. Todos discutiendo donde comer a las 14.30 en Triana a 35 grqdos a la sombra..Obviamente se recurre a Internet, empiezas a mirar, este sitio, aquel, mientras siempre se alzan ls tipicas voces de “deberiamos haber reservado”, en fin, “ahora lo dices…”. Por azar del destino uno posa la mirada en Victoria , 8, buenas criticas, espectaculares criticas, servicio impecable, comida espectacular, incluso a los dueños se les pone por las nubes, “Begoña atiende en persona…se nota la gente que siente pasion por su negocio…, etc”. No puede ser tan bueno, cuantos amigos tienen haciendo criticas. “Bueno vamos a llamar pero sera imposible…”. Primero nos atiende un chaval, “No hay sitio en el interior…solo terrqza, pero mucho calor”. Nervios en el grupo, es tarde, los niños tienen hambre, de nuevo se escucha….”deberiamos haber reservado…” oootra vez. En fin, otro dice…“nos metemos en cualquier sitio…”. Pero el caso es que ya despues de haber leido las reseñas… ibamos a comer en Triana en cualquie sitio despues de leer eso. Veeeenga, probemos otra vez y si no comemos en la terraza si hace falta, sufriendo el calor. Llamo de nuevo, esta vez al otro lado de la linea se escucha una voz femenina amabilisima, de esas que nada mas escucharla no puedes evitar sonreir “ Victoria 8 digame”, “Pues vera… somos ocho, nos ha dicho un compañero que hay sitio fuera…” me corta la voz de Begoña, “Fuera hoy no se puede comer con esta calor”, “Yaaa, pero es que queremos come alli, y nos ha dicho su compañero que no hay sitio dentro…”, la voz nos inunda con un rayo de esperanza, “que no hay sitio…(se escucha debatir). Sí hay sitio, sois ocho, podéis veniros os estamos esperando”. Algunas veces insistir en una idea se llama contumacia, pero en algunas ocasiones te llevan a vivir esperiwncias unicas, en este caso culinaria…. O quiza no solos eso. Desde el primer momento que entranos nos recibio la calida sonrisa de Begoña, mas amable aun en persona que por telefono, nos condujo a la mesa ya preparada y nos dejo en manos de un hombretón que con 40 años mas y vestido rojo y esa cara de simpatico podria facilmente estar haciendo peliculas navideñas. Con una simpatia siempre en los labios atendio la peticion de mi amigo (“caballero, venimos deshidratados, necesitamos dos cervezas”) “Eso es urgencia” dijo él, desapareció y en menos de treinta segundos, antes de que nuestras posaderas rozaran el asiento teníamos dos cañas heladas servidas maravillosamente, perfectas, al menos a mi en ese momento me sirvieron mejor que la pocima de Panoramix a un galo en problemas. Inmediatamente tomo nota del resto de bebidas y marcho la comanda. Como he dicho ibamos con cuatro niños, uno de ellos de cuatro años y… nerviosillo. Estabamos estresados y agotados del calor, la caminata… y cualquier cosa nos podia hacer perder los nervios en un segundo, sobre todo un niño que no se este quieto, y ponga en riesgo la integridad de la vajilla, ya se iba a escuchar una regañina cuando de repente, otro camarero, atento, se acerca con esa seriedad guasona que tiene la gente que sabe hablar con buena pata le dice “Aqui para los niños que se portan mal tenemos un cuarto lleno de ratones…” Nosotros, complices de la guasa miramos todos al niño, con cara compungida, acojone del niño, se acabo el mal comportamiento, balsamo milagroso. Niño mas suave que un guante durante toda la comida. Cuento todo esto para mostrar lo que ayuda a tener una buena experiencia la mezcla perfecta de profesionalidad, simpatia, amabilidad, interes y arte de unos buenos camareros. A partir de aqui, que puedo decir de la comida, toda espectacular, pero sobre todas ellas, para mi, el fideua de cola de toro, Dios que rico. Mira que fue el ultimo plato y ya estabamos bien comidos, mas que satisfechos, pero fue pararlo y sin darnos cuenta casi acabamos rebañando la fuente. Tras esto, ya con las barrigas bien gordas, reposamos con café y copa dcrema de orujo, cortesia de la casa, esos detalles que ya te hacen caer rendido de amor. En fin… un...
Read moreWe ate here in early June ‘22 after a brief search for good restaurants in the Triana neighborhood. We wanted to get away from the touristy restaurants across the river and Victoria 8 did not let us down! We’re a family of 5 (3 adult children) who spent 2 weeks traveling in Spain this was a unanimous choice for our favorite meal on the entire trip. Not necessarily a bargain compared to the more touristy restaurants but the quality of the food, service and overall vibe was perfect for us. Our waiter, Fausto, was amaziing, and this in spite of the fact that the restaurant was hosting a retirement party for easily 40+ guests in the main dining room. We managed to get a table in a side room which was perfect. The seafood paella was so delicious we literally have not ordered paella anywhere since because we know it will be a let down. While definitely not a touristy restaurant note that the prices aren’t a whole lot different than those across the river, but worth every penny...
Read moreLast night, we visited this restaurant. At first, everything seemed fine. The wine and beer were ordinary, but the paella was actually quite good! Not perfect, but tasty. When it came to desserts, we ordered a mix of different ones. They brought us a plate with five different desserts, and one of them was not just stale but moldy (the sponge in the cake had a gray-green hue, was uneven in texture, and had the distinct taste of mold)! When we called the waiter, he calmly asked if we wanted to finish the other desserts on the plate. No apologies were made for the poor quality of the dish, though at least the dessert wasn’t included in the bill. After this incident, I started doubting the quality of all the food prepared in...
Read more