I ordered the pork paella and it was honestly one of the worst dishes I’ve ever had. There was only a very thin layer of rice, and it had clearly been sitting out too long—it arrived burnt and crunchy, not in a good way. Even worse, the pork on top was undercooked. Unlike beef or lamb, pork should never be served rare—it’s a serious food safety concern.
When I raised this issue, a female server responded with shockingly rude and dismissive behavior. Instead of apologizing, she defensively said, “This is paella, not rice,” and then asked me, “Do you speak English?”—which I found both offensive and borderline discriminatory. I’ve had paella before, which shouldn’t be black and dry and hard. After her explanation (which made no sense), she rolled her eyes, shrugged, and let out a loud “tsk” before walking away.
No apology. No accountability. Just attitude.
The food quality was unacceptable, but what really ruined the experience was the lack of basic respect and professionalism from the staff. I would never return to this restaurant, and I strongly advise others...
Read moreArrived at 18:35 (5 minutes after opening) to find the restaurant completely empty despite the app indicating the restaurant was fully booked all evening. A second table arrived 5 minutes or so after me, a table of 2. Their food and drink order was taken before mine which I found slightly frustrating but not too much of an annoyance. I ordered the steak which came with potato wedges and small bell peppers, having wished I had taken a photograph, I had 5 potato wedges and about 10 peppers on the plate. I requested some mayonnaise which took just short of 10 minutes to arrive which were presented in the small sealed Hellmanns jars, however one of which had been opened and used by a previous diner. No-one asked how my food was whilst I was eating, and I was not offered a second drink during my dine. I would completely avoid if you are looking for a personable ‘last evening’ visit as this really didn’t meet the expectations this venue projects...
Read moreLa ubicación es muy buena, en el puerto; el restaurante tiene encanto, pero ni el servicio ni la propuesta gastronómica están a la altura. Acudimos invitados por Barcelo como parte de nuestra estancia. Una pareja y una niña. Allí nos comentan en qué consiste el "menú degustación": una tabla con quesos y algo de jamón ibérico (productos que nos ofrecen los restaurantes del hotel a diario), una ensalada con tomate y aguacate y más queso (de nuevo nada especial) y un arroz a elegir de entre el menú de arroces. UN arroz para los tres, porque el arroz es para dos y aunque somos tres... no somos cuatro para tener dos arroces. Una bebida incluida para toda la comida. Y la tarta de postre. No voy a entrar en el debate de las cosas obvias: una bebida incluida, cuando tienes todo incluido, hace que uno cuando menos se sonría. Queso en el plato de aperitivo más queso en la ensalada... too much. Varias cosas que se pueden repensar y seguro que con acierto, porque así planteado mucho sentido no tiene. Sin embargo, lo que nos ha decepcionado profundamente ha sido que hemos pasado una hora y cuarenta y cinco minutos para comer una ensalada para dos entre tres, un plato de queso con tres trozos de jamón ibérico (había tres trozos, cierto), una bandeja rectangular para dos de arroz (insisto en que somos TRES) y un trozo de tarta con helado que tuve que reclamar porque si no cumplimos ahí las dos horas. Y es que el ritmo del servicio era tan desesperante como las respuestas a nuestras demandas. Respecto al arroz, no hubo forma de que nos pusieran arroz para tres. Ni dos bandejitas (no somos cuatro) ni una y media. No sé cómo lo resolverán cuando vayan tres adultos, a mí me dijeron que llenarían más la bandeja pero el arroz que nos sirvieron era para dos. Cierto que nos ofrecieron el menú infantil para la niña (hamburguesa, macarrones o nuggets, tampoco se les ocurre poner arroz en el menú infantil), pero yo quería que mi hija comiera comida "de verdad" ya que la invitación era para comer TRES PERSONAS, no dos adultos y un niño. Al final me preguntan qué tal, les digo que muy escaso. La chica se sonríe... me ofrecen unas papas! Y me preguntan si quiero postre (y cuando les digo que si me preguntan que cuántos!!) Respecto a la calidad, nada especial, la comida estaba buena sin ser nada excepcional, lo que me lleva a la última reflexión, y esta es para Barceló: a veces es mejor no hacer un regalo si uno no está seguro de que el regalo cumple las condiciones para satisfacer al cliente. Algo que está pensado para ofrecer un plus termina convirtiéndose en un castigo para el que iba a ser agasajado. Y desprestigiando al que lo ofrece. A veces...
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