Uno de los mejores restaurantes italianos de Barcelona sin dudas. El sitio es pequeño, pero acogedor… El personal con un encantador acento italiano no duda en explicarte en detalle la particularidad de cada plato de la carta y aconsejarte la mejor opción para tu paladar o tu antojo del día como si fueran amigos de toda la vida y esa chispa típica italiana, alegre y desenfadada, con la pasión y la seguridad de quien conoce y ama lo que hace Las clases de “itañol” no están incluidas 🇪🇸🇮🇹🗣️❓ pero si está incluida la traducción simultánea con las manos👏🙌👋 y los gestos🤌🤘🧏♂️ tipico y único de aquellas tierras. “Cibo per l' anima fatto con il cuore” La oferta gastronómica está estudiada para ofrecer con esmero y mucho cuidado una propuesta hecha no desde la razón sino desde la emoción, entre lo típico, lo tradicional, y la tendencia (ttt) una paleta rica en sabores regionales, platos muy bien preparados con verdadero sabor a Italia con un giro actual sin caer en el cliché fácil del 🤌🇮🇹🤌 “ma che dici” o lo "on fashion snob🧐🎩👓sin deconstrucciones del plato clásico" El diseño del local integra una cocina a la vista con la sala de comensales que permite acompañar al chef en su faena entre sartenes, cuchillos y ollas enormes de salsa de tomate cocinando desde hace ya 24 horas ejecutando su magia mientras la gente habla y comparte sin dejar de echar un ojo cada tanto hacia los fogones, una experiencia casi familiar. El chef 👨🍳es sin duda uno de los valores agregados más importantes del lugar, simpático, atento, no duda en interactuar con los comensales para explicar sus secretos culinarios heredados o robados (?) de las “nonnas” hablando con pasión y conocimiento, de orígenes, de tradiciones que fueron pasando de marmitas a sartenes, de cucharada en cucharada, herencia cultural viva de pueblos en cuyos nombres se puede respirar un aire de familia y del “dolce far niente” de un domingo por la tarde. El secreto de este restaurante se resume en una sola palabra: “auténtico” Una propuesta fresca, ligera y sin pretensiones, excesos, o lugares comunes… “ no vende humo” 💨 …cumple lo que promete: respeto a lo artesanal, a lo simple, a lo verdadero, con orgullo y muy Italiano sin llegar a caer en “extremistalianos”. Una carta más bien pequeña y concentrada que habla muy bien de una selección reducida pero variada de platos y sabores privilegiando la calidad sobre la cantidad.
Algunas sorpresas también en productos regionales, charcutería y quesos para degustar y descubrir. Ingredientes de alta calidad, naturales, sin congelados ni procesados industriales. Cocina mediterránea por excelencia, sencilla y saludable.
La selección de vinos italianos es muy buena, ecléctica, novedosa y atrevida. No dudan en proponer experiencias distintas, alguna que otra “herejía o pecado” poco ortodoxo (que es un italiano sin atrevimiento entonces… un francés!?) que terminan de dar la notas 🎶 justas que compinen música para el paladar. El sitio es pequeño, estrecho, lo que a su vez es un plus por lo acogedor pero también bullicioso… sirve de banda sonora a una experiencia “inmersiva trasteverina” Aconsejo reservar con antelación. Ah!…Por fin un café ☕️decente en Barcelona! Muy buen expreso, sin ánimos de convertirse en “secta por la cafeína”o en una “experiencia sensorial” o “laboratorio” que os cobrarán por cada adjetivo incluido dependiendo de lo Snob del término. Café italiano “la miscela” adecuada… fuerza, aroma y carácter.
La decoración sirve de telón de fondo neutro, elegante y sin excesos a lo verdaderamente importante. La comida, il mangiare ….Lo recomiendo ampliamente. Tomar precauciones para el parking. La calle es muy estrecha, típica callejuela del barrio de Gracia.
Propuesta italiana creada y llevada por Italianos. Un verdadero restaurante italiano...
Read moreI wanted to like this place, but sadly there were too many misses for more stars. The biggest problem was the food was bland, and way too expensive for what it was. None of the dishes had any flavor or salt. Even the Tiramisu lacked sugar. My ravioli was poorly presented, the carbonara had no flavor, and the tuna was non existent on the plate. The waitresses were nice, and apologetic after they forgot about our entrees for over 30 minutes. We were having a good time chatting and didn't realize so much time had passed, but it's shocking that the waitresses didn't notice we had no food on the table for over half hour. The menu didn't feel developed by a professional. It didn't have a good selection of items to choose from. Not enough less expensive options, and not enough more pricey options. After seeing that their kitchen has delivery issues, it makes me think that this restaurant is not in the hands of a...
Read moreLamentable atención y servicio y decepcionante relación calidad-precio: una experiencia para no repetir.
Con más de un mes y medio de antelación reservé mesa mediante una aplicación en la que el restaurante aparecía. A la semana me la cancelaron. Tuve que llamar y volver a reservar. En ningún momento me advirtieron que había unos horarios estrictos en función de turnos. Pedí a las 14:30. La semana de la comida me llamaron una vez para adelantar la hora, lo cual admití (la pasamos a las 14:00) y otra para retrasarla (a las 15:00) a lo que me negué. Cuando llegué al restaurante a las 14:00 la hora que constaba eran las 14:30. Bueno. Podía ser un error. Nunca me había pasado pero en fin. El lugar es gracioso pero las mesas son pequeñas y estrechas y no hay demasiado espacio para los comensales. La comida bien, pero la relación calidad-precio deja bastante que desear: unos 80-100 gramos de linguini con 6 almejas pequeñas por casi 20 euros es un poco excesivo; las orecchiete, que no estaban al dente sino pasadas, también eran justitas y los embutidos y quesos más de lo mismo: raciones escasas para el precio. Asimismo, en los vinos el incremento era notable. Un sangiovese que en una vinoteca te cuesta 18 costaba más del doble (lo cual no es un buen síntoma) pero qué le vamos a hacer. Lo peor vino con el postre. Pedimos un par de coulants i la camarera nos avisó que tardarían de 10 a 12 minutos porque había que hacerlos (lo cual encuentro lógico). Pasaron los 10, los 20, los 30, los 40 minutos, sin que nadie se dignara decirnos nada. Sin ser desagradables preguntamos a la camarera recordándole que nos había dicho que tardarían de 10-12 minutos y ya habían pasado 42 y nos respondió, de forma poco agradable y respetuosa, que primero habían de servir los segundos de las mesas que habían llegado después de nosotros! A los 48 minutos llegaron los postres sin ninguna disculpa salvo un "¿Queréis un limoncello por la espera?" (menos es nada, pero hubiera sido preferible un "lo sentimos"). Decepcionante. Pagar 60 euros por persona para unas raciones poco abundantes, en un espacio reducido y con una atención deficiente no es de recibo por mucha...
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