Restaurant Prodigi — Restaurant in Barcelona

Went to dinner with a group of 5 and overal had a lovely evening. There is however a lot of room for improvement on the service side.

We got the tasting menu with wine pairing. With some adjustments for gluten allergies & a vegetarian eater. The dishes were of high quality with a few really having that wow effect. Wine pairings were okay but not great. Most pairings felt rather safe and inoffensive and didn’t match the dishes all that well.

Service was however not what you would expect from a restaurant like this. Waiters would clean up the table right as you were still taking your last bite and look noticeably panicked if the table took too long on a course. The pace felt rushed and out of sync. Many small etiquette mistakes and consistency issues were apparent. The head waitress had a good idea of how things should go but the remaining waiters seemed to lack experience and planning.

Communication between the kitchen and service seemed non existent. The sommelier did not know what kind of dish the vegetarian would get until it was on the table and subsequently was unable to produce a proper wine pairing for their dish.

At the end we wanted to order another glass of the wine which was served with one of the dishes. This however required a new bottle to be opened which clearly was not to the liking of the sommelier. He ended up making a number too many remarks about how we should just get the bottle and order a few more glasses.

Would absolutely go back for the food but the service has to up their game to be on par with what...

We went to Prodigi for their daily lunch menu that cost €30. We had seen the menu online before we decided to reserve; however, when we arrived the waiter informed us the menu online (that we directed to access via QR code at the table and that was the same one we’d seen before) and the menu posted outside the restaurant had changed. Ok. The waiter then told us what had replaced the menu items. We were offered grilled mushrooms seasoned with mole as an amuse bouche and then I had the “winter” vegetable salad with beef cheek (which by the way is still posted on the menu online two months later in mid-summer, in fact the same menu is). I’m a fan of crunchy vegetables and while I tend to eat vegetarian, the beef cheek was extremely tender. For the main dish, it was plated beautifully and yet portion-wise was smaller than the starter. The spiced pear dessert was as expected and from a flavor perspective was the most notable dish of the meal. Note: drinks, not even water or an after lunch coffee / tea, are not included in the lunch menu price. While the kitchen prepared well-presented dishes clearly made with quality ingredients, the service and additional costs for beverages often included in lunch menus distracted from the overall experience. Would consider returning one day as long as the online menu changes as will help to manage...

Desde hace 1 año que quería probar este restaurante entre provença y diagonal, el local me cautivó con su sobria fachada que busca pasar desapercibida pero solo aquellos que son realmente observadores se fijaran en su propuesta. Finalmente fui con mi novio en San Valentín y tenían un menú degustación preparado lo cual nos sorprendió. Habían rosas en todas las mesas y el ambiente fue muy romántico. La atención de los camareros muy atenta y educada (sin ser excesivamente serios). Empezamos la velada con una degustación de aceites de oliva con pan de masa madre con semillas de lino, el pan tenía una acidez y mientras comíamos dejamos migas de pan en la mesa y fue muy gracioso porque era la último que nos esperábamos que íbamos a hacer en un restaurante con una propuesta culinaria tan minimalista y bien pensada. Cada plato contaba una historia desde el tar tar de calamar con furikake, ponzu encima de piel de pollo crunchy, que nos transportó a una playa con brisa marina mientras comíamos un ceviche hasta la degustación Petit Fours con gominolas de aceite de oliva que combinan perfectamente la untuosidad de la oliva y su sabor profundo con lo crujiente de las hojuelas ácidas de sacarosa. De los platos fuertes destacaron dos, el calçot confitado relleno de cochinillo de Segovia, que con su presentación me hizo pensar en el tronco de un árbol posado en la grama del campo y el lomo de aram con texturas de celery que visualmente se asemeja a una dragón fruit o pitaya lo cual fue un contraste muy interesante, ambas carnes estaban perfectamente cocidas y tiernas, las salsas complementaban perfectamente el plato sin robar el protagonismo de ninguno de los ingredientes (la salsa de wasabi destacó para mí ya que aportaba profundidad e intriga al plato). El helado de bergamota en sopa fría de eucalipto nos encantó y al mismo tiempo nos relajó, ya que tenía un efecto mentolado en la boca que daba sensación de frescura, además todas estas sensaciones y sabores combinaban a la perfección con el crumble que tenía sabor a mantequilla. El postre que más nos impresionó fue el cremoso de chocolate con boniato lila, gel de vinagre de Modena y helado de leche ahumada, al leer esta descripción estábamos alucinando (sobre todo porque nos encanta el boniato) y fue una experiencia única, explosión de sabores e intriga en su máxima expresión, la cremosidad del chocolate balanceaba el dulce y el amargo de manera sublime y lo delgado del boniato le aportaba un elemento crujiente que complementaba la cremosidad, también el vinagre de Modena te sorprendía con su sabor agrio inesperado que potenciaba el dulce del helado. Cada plato estaba perfectamente temperado y servían la comida a todos los comensales al mismo tiempo lo cual nos agradó bastante. Al finalizar la cena nos dieron un postre en forma de corazón (nos pareció un bonito gesto que no nos esperábamos) y lo pedimos para llevar. Superó mis expectativas y espero volver pronto a este restaurante con mucho ingenio...