Bau Bar — Restaurant in Girona

Tldr: good atmosphere, great service, good food, amazing for young children, super clean restroom. Easy to miss as it's at the foot of the cathedral but on the side street. Most people end up seating at the cafe right at the foot of the cathedral stairs.

This is a great restaurant to grab lunch/early dinner after you've visited the Cathedral, especially if you're traveling with children. The inside looks like a modern restoration of the original church perimeter wall, very spacious and welcoming.

As soon as we sat down, our waitress gave our two toddlers (4&2) wood puzzles for them to entertain themselves.

Food wise, we ordered the spinach spaghetti and pumpkin soup as appetizers. We followed with the squid over rice and rabbit over mashed potatoes. Both appetizers were a hit with everyone. The squid was favored over the rabbit because we were craving Vietnamese flavors. For desserts, we ordered the local pastry (xuxo crema) with a dessert wine - both were delicious and fruit (the melon was extra sweet). We cleaned up everything except for the bread basket, but we were tempted to take the baguette rolls with us. All of this came to 19 euros per meal (22.50 for the squid).

The sangria wasn't to my taste, but it could be because I'm too used to American sangrias.

We ate there while there was an architecture exhibit. There's also a small museum near the restroom. I hope the restaurant keeps that vibe, but as it grows in popularity, I could see that space making way for...

10/5 llegamos sin reserva, nos ignoran un rato. Delante nuestro 3 personas juntas, una de las personas, un chico va a coger una carta de papel de encima de una especie de murete o mostrador que hay en la parte izquierda de las escaleras de entrada, y una de las camareras le da un manotazo, el chico se lo recrimina diciendo que qué está haciendo y le dice que además tiene un dedo roto (cosa cierta), la camarera le pregunta ¿seguro que lo tienes roto? y el chico le enseña la mano, tanto el chico como sus acompañantes se marchan quejándose, a mí eso ya me chirría, me quedé a cuadros con la situación. Estuvimos esperando 40 minutos, los primeros de la fila sin reserva, según la señora que iba "organizando" a los comensales. A la gente que había llegado después que nosotros sin reserva también, les empiezan a decir que se sienten en unos taburetes q hay en otra esquina, y al final nos mandan a sentar a nosotros también, aunque según ella, la próxima mesa era la nuestra. Yo controlando empiezo a ver que grupos de personas SIN RESERVA que estaban detrás nuestro los sientan antes. 1 grupo de unas 6 personas sin reserva pasan delante, no nos quejamos porque eran 6 pero claro, una pareja que habían venido 20 minutos también SIN RESERVA, las sientan antes, y lo se de sobras porque estuve en la fila de la entrada media hora esperando de pie y luego nos pasaron a sentarnos a unas sillas en un lateral del comedor. No apuntaban a nadie sin reserva, como iban a controlar quien iba antes o después? por esa razón estuve controlando a varias personas que habían llegado después sin reserva, porque estuve atenta. Así que, nos vamos evidentemente, no antes de decirle a una de las camareras q tienen la cara muy dura. Ella pasó olimpicamente. Mala organización, no informan del tiempo de espera, solo te dicen "enseguida" pero el "enseguida" fue una atención nefasta. No vuelvo ni de casualidad. Las respuestas del propietario a las malas reseñas, son atacando y diciéndote que "gracias por no volver" en lugar de intentar solucionar las incidencias que tienen, en eso ya lo dice todo. Da igual si es "temps de flors" o no, a los clientes se les trata bien, no...

Lo siento pero no volveremos nunca a este restaurante. No me importa pagar 24 € por un menu cuando la comida es buena y de calididad . Pero es que era lo más parecido a un salón de convenciones donde dudas si hay cocina por qué parecía que la comida era de catering varato. Nos toma nota una camarera muy amble y correcta, y en la bebida pido vino blanco por el tipo de comida que elegimos nos parecía más correcto, nos dice que vino blanco no tienen , eso ya me extraño bastante que no tengan por lo menos dos tipo de vino, bueno pedimos cerveza y la chica nos dijo que si, cuando pedimos la cuenta la encargada nos cobra la cervezas pues no entraban en el menú. Le comento a la encargada que la camarera eso no nos lo comentó. La encargada con mucha prepotencia y convencimiento me enseña la carta del menú donde solo detallaba vino , yo le conteste , si pero pero la camarera no me aviso de que las cervezas eran a parte. Me llamó a la camarera ella dijo que era verdad que no me lo dijo, y la encargada me contesta , te devuelvo el dinero de las cervezas 6€ pero se lo quitaré a la camarera de su sueldo, IMPRESIONANTE la poca vergüenza de la encargada. Porsupuesto que no lo permití. Le dije que no me devolviera nada, pero el gesto fue de una vergüenza ajena impresionante, eso delata en que condiciones tienen a sus jóvenes trabajadores .referente a la comida pésima una fideua mal elaborada y el bacalao recalentado al microondas. Hace seis hora que comí y aún tengo ardores. Girona que puede presumir de buena cocina sitios como este los...