I recently had lunch at Los Metales, a Mediterranean‑Spanish tavern tucked in the Legazpi area. The moment I walked in, I loved the stylish yet welcoming mix of industrial and cozy touches—charred wood floors, high metal chairs, and warm lighting making it feel like a casual, modern neighbourhood spot.
To start, I ordered the ensaladilla rusa—creamy, perfectly seasoned potato salad served with fresh bread. It set a comforting tone. Next, I tried their grilled cazón in adobo—tender fish with bright acidity and light batter, balanced beautifully by caramelized onion. The standout was the seafood rice: rich saffron-infused rice studded with prawns, calamari, and mussels—flavorful and cooked just right.
Sides like crisp patatas bravas and aromatic garlic olives complemented the mains well, adding variety without overwhelming the palate. The house wine—a young, fruity Tempranillo—paired seamlessly with both the fish and the rice.
Service was warm and relaxed. My server was quick to offer a daily menu suggestion and increased my bread and wine refills without me asking—friendly and intuitive, without feeling intrusive.
The vibe at midday was mellow: a mix of locals chatting, soft background music, and a calm buzz that made it easy to linger. It felt like a tucked‑away gem perfect for a relaxed weekday lunch or casual evening.
Los Metales Bar & Kitchen nails the balance between familiar comfort food and thoughtful execution. It delivers hearty Spanish and Mediterranean dishes in a stylish yet easygoing setting—I’ll definitely be returning for more...
Read moreUn descenso lamentable... Recuerdo con nostalgia las visitas a Los Metales. Era un lugar donde la cocina brillaba con una personalidad propia y el servicio te hacía sentir como en casa. La mano experta del socio cocinero se notaba en cada plato, y camareras como Yvone, con su profesionalidad y calidez, o Paula, cuya eficiencia y sonrisa eran un valor añadido, hacían que la experiencia fuera redonda.
Lamentablemente, mi reciente visita ha dejado un sabor amargo, confirmando los rumores que circulaban sobre un notable declive. La marcha del socio cocinero ha dejado un vacío innegable en la calidad de la cocina. Los platos que antes eran una explosión de sabor ahora resultan insípidos, con ingredientes que parecen menos frescos y preparaciones que carecen de la chispa que los caracterizaba. Aquel plato estrella que siempre pedía, ahora es una sombra de lo que fue.
Pero la decepción no se limita al paladar. La marcha de camareras solventes como Yvone, cuya ausencia se notó hace tiempo, y más recientemente la de Paula, ha tenido un impacto directo en la calidad del servicio. En esta última visita, la atención fue lenta, desorganizada y carente de la amabilidad y la eficiencia que antes eran señas de identidad del local. Los camareros parecían desorientados, tardando en tomar nota, en servir los platos y mostrando una falta de atención al detalle que antes era impensable.
Es una verdadera lástima presenciar cómo un restaurante que en su momento destacó por su excelente cocina y servicio, ha caído en esta espiral descendente tras decisiones que, a la vista de los resultados, parecen desacertadas. La pérdida de figuras clave como el socio cocinero y camareras tan profesionales ha dejado una huella imborrable, y no precisamente positiva.
Espero sinceramente que el dueño tome nota de esta situación y reconsidere su rumbo. Sería una pena que un lugar con tanto potencial se diluyera en la mediocridad. Por el momento, y con gran pesar, no puedo recomendarlo como lo hacía antes. La calidad que ofrecían ya no está a la altura, y la experiencia general ha dejado...
Read moreNOVIEMBRE 2021
Vamos a este restaurante recomendados por un amigo, es una cena de compañeros de trabajo.
Las croquetas son muy ricas, jugosas y bien fritas.
La ensalada de Burrata va con unos Tomates de buena calidad, la Borrata también es buena. El problema es el aliño que le ponen, es demasiada cantidad y muy fuerte, hace que no le saquemos todo el sabor al resto de platos.
La Ensaladilla es buena.
El adobo es muy jugoso, con un adobado muy equilibrado y buena fritura. Por poner un pero..., la lechuga que ponen de fondo del plato hace que el cazón caliente observa mucho si sabor, quizás sería mejor ponerla en un lado y no debajo.
El Cachopín con queso de trufa es de un tamaño ideal, ya que no es tan grande como el cachopo original y es más fácil de terminarlo. Es ideal para compartir.
Pedimos una carne, Lomo Bajo, el gusto era bueno, pero la pedimos poco hecha y llegó un poco pasada, lo que hacía que perdiera jugosidad. Aún así, la recomiendo, en su punto justo seguro que será muy rica.
Pedimos una table de quesos que fué nos gustó a todos.
La Tarta de queso con arándanos tenía una buena cocción.
El servicio fue muy agradable y atentos. El cocinero vino a explicarnos algunos platos antes de tomar nota y sus recomendaciones fueron muy acertadas.
El precio fue de 28 euros por persona, que, por la calidad y cantidad de los platos, era un...
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