I walked in and wow — what a stunning ambience! Really, hats off to the interior designer. Shame they didn’t spend even half as much effort on literally anything else. A guy at the bar greeted me and asked about my reservation. Fancy, right? That’s where the illusion ended. My table? Nowhere near ready. But don’t worry — they told me to “just wait a little” at the bar. No apology. No drink. No nothing. I mean, who doesn’t love paying for their own drink while being delayed by the restaurant? Classy. After a mere 20 minutes of twiddling my thumbs, the table was finally “ready.” A very small woman escorted me there with all the enthusiasm of a Monday morning. Then, of course, we waited another solid 10 minutes for a menu. Maybe they were printing it fresh off the press? Drinks were ordered — and surprise! — they took forever too. Honestly, if this place was aiming for a “slow torture by starvation” theme, they nailed it. Now the steak. Oh, the steak. If you’re a fan of bones with decorative traces of meat, you’re in for a treat. I’ve seen more substance in a bag of chips. And for the price? I could’ve had a five-course meal elsewhere with actual food involved. The service? A masterclass in how not to give a damn. The wait times? Olympic-level. The overall experience? An overpriced disaster. If you're into overpriced disappointment with a side of neglect, go ahead. Otherwise, do yourself a favor — go literally anywhere else. One star, because zero...
Read moreMe gustaría compartir nuestra crítica sobre la cena en @varela_churrasqueria el nuevo restaurante de @pepe.vieira , un lugar cuidado al detalle, lleno de presente sin olvidar la esencia del pasado.
Este restaurante, cargado de historia en pleno centro de Pontevedra es sin duda uno de los mayores éxitos y aciertos de este magnifico cocinero.
En el pasado la ferretería mas importante de la ciudad y posiblemente una de las más importantes de toda la provincia, en el presente estoy convencido que una referencia gastronómica ineludible de la ciudad , donde turistas y residentes tendrán la gran suerte por fin de disfrutar de carnes excepcionales y de un ambiente tranquilo y agradable donde disfrutar de grandes veladas.
Tuvimos la suerte de estar en un apartado excepcional, donde podíamos hablar con nuestros amigos sin la sensación de estar en la conversación de al lado, rodeados de parte de su gran bodega, y de las antiguas mesas donde antaño se despachaban tuercas y tornillos.
La caja fuerte restaurada servía de improvisado botellero donde algunas de las joyas de su cuidada carta de vinos esperaban su turno.
Cada uno de los camareros nos trató de forma excelente , los pequeños detalles se cuidaban siempre y la sonrisa no faltó nunca.
Que valoro cuando voy a un restaurante en el servicio:
Atención: en este caso , de 10- siempre estuvieron pendientes de nuestra mesa, nos sirvieron todo de una forma más que correcta ( últimamente por desgracia escasean los camareros que saben servir correctamente en “restaurantes de cierto nivel”) Recomendaciones: le pondremos un 9 - le pongo una mini pega al tomate, le faltaba un poco de sabor y venía con aceitunas que no estaba indicado en carta, pero rápido se ofrecieron a hacernos uno nuevo , cosa que declinamos (raro en mi, que siempre digo que está contaminado ) y ojo, su conjunto era excepcional , el aliño una maravilla y las piparras un escándalo. Vino:aquí sin duda un 10 - la carta era extensa, pero más allá de lo extensa que fuera se adaptó 100% a lo que buscábamos. No pecó de buscar vinos caros ni de ir a lo fácil, buscó una alternativa buena huyendo de lo convencional y con un presupuesto perfecto. Nos supo guiar y no falló.
Mas allá de esas 3 cuestiones que siempre le pido a un camarero, si hay algo importante en un restaurante es la calidad de la comida.
De nuestra elección: Los panes: un espectáculo, pedimos 2 diferentes y a cada cual mejor.
Los trigueros, punto de parrilla perfecto, con una salsa que le iba ideal y un toque de parmesano…que me hubiese comido más !!Que gran elección!!
La mortadela de jabalí con trufa fabulosa, Mejoraría la presentación de la trufa , quizás acabaría en rallandola.
La pizza …el niño pidió, la disfruto, y los mayores le sobornamos…pero todos la probamos. Que maravilla!!
Y las carnes…que decir,de 10.
Yo personalmente : Me quedo con el Tbone y la carne con mayor maduración, creo que es bueno cortes diferentes y con un sabor atrayente fuera a lo convencional.
Echaba de menos tomar una carne de esa calidad en el centro. La hemos tomado en los al rededores pero no en el centro.
A excepción de la carne de otros grandes restaurantes del centro, que ofrecen carne fantástica pero no terminada en brasa y con esas características, lo digo sin duda , me quedo con la carne de Varela!!
Punto perfecto, temperatura perfecta y presentación correcta.
Opinión personal de mejora: -mostraría la pieza antes de servirla. -me falta algo de buey en la carta. -incluiría algún corte gallego más. -incorporaría algo como un tuétano a la parrilla o un steak tartar ( incluso fusionado) para dar la guinda.
Los postres , simplemente sublimes.
La tarta de queso sedosa y llena de sabor. Y la tarta De Santiago…. Para santificarla!!
Por cierto, no me parecen justas las criticas que he visto. El precio es más que acertado pagaría otra vez encantado cada € de los que pagamos, y ojo que íbamos con un niño, que salió…igual de...
Read moreVisita realizada 10 días después de la inauguración. Local bien decorado, pero con un importante problema de olor a humo tanto en la plata baja como en el piso superior (la cocina es abierta y se encuentra en el piso intermedio). El servicio solícito pero con importantes problemas para ser efectivo. Por ejemplo, la primera caña solicitada de 1906 llego a la mesa convertida en una cerveza sin alcohol, que una vez avisada la camarera fue reemplazada por la pedida. La última caña que se pidió nunca llegó a la mesa y ya teníamos la comida en la mesa y aún no habían traído el vino y un par de bebidas más que habíamos solicitado. (La explicación de la camarera es que tienen fallos con la cobertura de las tablets y no llegan los pedidos a barra). Bebidas caras, tanto los vinos como cervezas. Lo de las cervezas es curioso porque tanto en carta como en cuenta te pone “caña ….” Cuando en realidad te la sirven en la misma copa que usan para el vino y por la marca que se usa para “medir” los vinos, o sea que tanto por el vaso, que no es cilíndrico ni ligeramente cónico, como por el contenido, no es realmente una caña (no tiene entre 200ml-300ml) sino más bien un corto (125ml) pero el precio si es la caña. Error de concepto. Los entrantes caros. El chorizo ibérico son 8-9 lochas de 3-4 mm de diámetro y finas como las que te ponen en un bocadillo y te cobran 12€ cuando es un producto que no precisa de preparación. Pimiento Rojo normal, tomate normal y lechuga crujiente buena. Pan al horno, con más aspecto de focaccia (pequeña) que de pan a 7€. Las carnes vienen sin acompañamiento, las patatas o ensalada se sirven bajo petición. Sobre la falta de acompañamiento hay, para mí, otro error de concepto grave con el Pate de Campaña. Vienen dos trozos con la única compañía de un piparra (guindilla de Ibarra) en su parte superior. Y aunque fue de lo mejor que probamos a alguien, se le olvidó que el concepto y definición de paté es “Pasta comestible, untable, hecha a base de carne o hígado, generalmente de cerdo o aves” . Y si es una “pasta untable” donde se supone que hay que untarla si no lo acompañas de algo: panecillos, galletitas, bastoncillos de pan..…En la cuchara? De la carne me quedo con el churrasco de cerdo, acompañado de un chorizo antes que con el de Angus, un poco escaso y seco (no especifique el punto, pero era tan delgado que creo que se sobre cocino de camino a la mesa). Pero el peor problema estaba por llegar, a la hora de pagar el vino solicitado “Xisto Ilimitado” que en carta figuraba a 10,90 la botella en la cuenta fueron 20,90. No era el único caso, un Monterrei “Alanda” que en carta tenía un precio de 9,70 costaba realmente 39,70 (según me confirmó la camarera) Al acabar la cena solicité hablar con el Manager y cuando vino a explicarse dijo que ya lo sabían, que eran errores de impresión y que habían cambiado el precio en algunas cartas a mano pero no en todas (10 días después de la inauguración) Inaceptable. Creo que no entendió mi razonamiento, de que soy de los que creo que si un lote de comida está malo se desecha todo el lote y no se van poniendo remiendos (por si cuela). Lo mismo tendría que pasar con las cartas de vinos. Porque está claro que cobrar más de lo que pone la carta no es solo un error, es ilegal. En resumidas cuentas, Muy...
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