La confitería La Campana, se fundó en 1885, por el maestro pastelero Antonio Hernández Merino y desde entonces son ya cuatro generaciones las que gobiernan el negocio.
Está situada en pleno centro de Sevilla, y cuentan que su nombre se debe a que en aquel lugar se encontraba el originario Parque de bomberos de la ciudad de ahí la campana, porque era en esa esquina donde se encontraba la señal de aviso ante cualquier incidente.
Desde entonces la estampa de la confitería acompaña las imágenes de este enclave tan fotografiado, porque se encuentra a la entrada de la conocida calle Sierpes.
Aunque siempre hay espacio para la innovación,en este establecimiento puedes encontrar el sabor de antaño con la pastelería tradicional y de temporada.
En fechas próximas a la Semana Santa, tienen fama en la ciudad sus pestiños y torrijas,haciendo que los sevillanos se desplacen hasta aquí para adquirirlas.
En un tiempo dada la relación de sus dueños con las Hermandades de la Soledad y Montensión, sus costaleros esperaban con inquietud la entrada en “Campana” durante la procesión, porque bajo los faldones del paso se pasaban las bandejas de Torrijas que ávidamente se degustaban entre marchas y “mecidas”, saliendo vacías las bandejas en cuestión de minutos. Costumbre que dejó de hacerse porque algunos costaleros no eran demasiado aseados y dejaban la impronta de miel en los faldones del paso.
Si seguimos las costumbres con el calendario, después de la semana de pasión sus pasteleros se afanan en la creación de tartas de comunión y bodas. Y como no,en una ciudad tan calurosa como Sevilla, los batidos helados en verano.
La confitería de la Campana, mantiene en sus productos las originarias recetas de hace más de cien años,en dulces como las Cocas de San Juan, los huesos de Santo o panellets, que a pesar de su nombre tienen origen árabe como buena parte de la pastelería andaluza. Y más adelante cerca de navidad los polvorones, mantecados y un producto muy reciente pero con mucho éxito “El primor de hojaldre” o las nueces al fondant, hechas con yema de huevo y nuez.
Y si aún no he conseguido que se te haga la boca agua, aún puedes soñar con los exquisitos Roscos de Reyes, las lenguas de almendra, las yemas sevillanas, los cortadillos de sidra y los merengues.
Merengues a los que invitó el torero Currito de la cruz a su cuadrilla cuando triunfo en la Plaza de la Maestranza, en la película de cine mudo del mismo nombre.
También el escritor Arturo Pérez Reverte, en la novela “La Piel del Tambor”, sitúa sus personajes en una de las escenas en las mesitas de la confitería.
El local fué reformado en 1980 por Francisco Gil Japón devolviéndole el esplendor de épocas anteriores con ese aspecto “vintage“,con el uso de azulejos y caoba en su decoración, personalmente me encanta que se conserve el “peso” de la Exposición Iberoamericana del 29, que puedes apreciar en uno de los rincones del local.
La Confitería la Campana, tambien fué proveedor de la Casa Real, y era visitada con frecuencia por el elenco de actores y actrices del cercano y desaparecido Teatro imperial.
El arte de este oficio se aprendió siempre en la Campana con el inicio como aprendiz, llegándose a ser maestro pastelero, como el célebre personaje conocido como el “conde de las natillas”, que llegó a concedersele la Medalla al trabajo, José Martines Lopez.
En definitiva seas goloso o no, un lugar que no debes perderte si visitas Sevilla conocerás un trocito de su historia mientras saboreas un trocito de su...
Read moreThis morning, we visited La Campana to enjoy breakfast and wrap up our last morning in Seville. At first, everything seemed fine—we were seated quickly, and the staff appeared polite. However, things took a turn when our server arrived.
I asked if they had menus in both Spanish and English since I’m fluent in Spanish, but my boyfriend isn’t, and having an English menu helps him. Instead of a simple answer, the waiter chuckled, mumbled something I couldn’t understand, and placed a napkin holder with QR codes on the table, saying all menu versions were available online. Unfortunately, all the links led to the Spanish menu. While that alone wouldn’t have been a major issue, his dismissive attitude was. After that, he ignored us for over 10 minutes despite my attempts to get his attention, so we eventually left.
It was a disappointing way to end our time in Seville, especially considering how many fantastic restaurants in the city offer both great food and service. I’d recommend...
Read moreWe are US tourists visiting Seville last week. We stopped by the Campana to take dessert on March 21st. It was raining heavily and we asked if we could eat inside; the lady serving us said that it was OK. However, one of the waitress was extremely rude and asked us to leave. We explained that it was rainy and we couldn’t eat under the rain. He said that was not his problem. He said that we were not allowed, using an aggressive tone. To which I reacted saying that I was purchasing and had the right to eat. He got really agitated (me too); but he responded using bad words. To avoid escalating the conflict, I asked the serving lady to prepare the food to go, and left the place. Bottom line; we were very disappointed with the treatment received, especially considering the bad weather. In our opinion, people serving clients should treat them respectfully and have some level of patience and empathy … characteristics that don’t represent the way this...
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