Acudimos aquí por una recomendación, lo llamaría un chino pijo. Hicimos una reserva, ya que estaba cerca de un sitio al que íbamos después.
El exterior destaca por un letrero luminoso bastante grande en la fachada y por las plantas de bambú.
Por la cristalera se puede apreciar que hay gente estirada y bien vestida, decoración sobria con medias bambalinas asiáticas.
Esperamos un poco a que el personal nos atendiera y nos indicara nuestra mesa. Todas las mesas tienen copas de vino, y en la carta encontraremos una amplia selección de ellos. Cervezas no tienen ninguna nacional, algunas del sureste asiático y las típicas cervezas malas europeas.
Por el precio de las bebidas ya se nota que está un poco subido del precio de un sitio de a pié. Como fuimos a comer pato, pues pedimos un pato para dos, compuesto de su consomé, tiras de piel con pepino, tortas, cebollinos y su salsa, y luego una especie de wok con verduras y la carne restante del pato.
No queríamos "petar", así que solamente pedimos dos entrantes, unas gyozas de carne y unos dimsum de gamba.
Primero vino el consomé, que estaba rico, caliente y apetecible para una noche fria, bastante ligero con unos pocos fideos de arroz.
A continuación nos trajeron los dimsum, y lo abrimos y no echaba vapor, lo cojo y veo que no está muy caliente por fuera y en cuanto muerdo la gamba, está casi congelada! Cómo puede ser esto? En fin, llamamos al personal y les dijimos que estaba casi congelado, y se lo llevaron. Menuda mala experiencia.
Esperamos varios minutos más, no quiero pensar cuando esté lleno. Lo siguiente que traen son las gyoza de carne, estaban buenas, la carne con la salsa hacia una combinación buena, pero la pasta era demasiado gruesa y no sé si estaba hecha sólo con arroz, están un poco líquidas por dentro, así que lleva cuidado no vayas a regar a quien tengas al lado.
Casi al mismo tiempo vuelven a traer el dimsum, esta vez por lo menos echaba humo. Hice los honores y le di un bocado, en esta ocasión estaba caliente por dentro, pero como las gyozas, la pasta era demasiado gruesa y con mucho sabor.
Después de casi media hora más viene "el señor del pato", ya que era el que salía con el carrito para cada mesa y cortaba la piel a tiras como el jamón. En fin nos hacemos los rollos con el pato, las verduras y las tortas, que son demasiado gruesas y sabe demasiado a torta, pero el conjunto nunca está malo.
Para finalizar trajeron un plato con el pato salteado con unas verduras, que creo que es lo mejor que tomé esa noche, sin estar salado, buena combinación, se me hizo un poco pequeño.
En resumen, creo que dista de un chino tradicional y está bastante occidentalizado, y el precio que se paga por las cosas y el ambiente no es del que gusta. No creo que vuelva...
Read moreCuando piensas en la cocina oriental, es posible que evoques ciertos sabores clásicos. Sin embargo, el Restaurante ZEN desafía lo convencional, ofreciéndote una fusión magistral de técnicas asiáticas, donde cada plato es una obra diseñada para cautivar los sentidos. Silvia, propietaria y Jefa de Sala, imprime un sello de hospitalidad genuina. Desde el primer momento, su carisma y profesionalidad te envuelven, haciéndote sentir parte de una experiencia única y bien orquestada. Comenzamos con unos rollitos vietnamitas crujientes, cuya textura se complementaba con la frescura del cogollo y la menta, son un bocado refrescante que abre el apetito. A continuación, la ensalada tailandesa, una combinación de escarola, mango, kiwi, piña, aguacate y frutos secos, agridulce resulta ligera y memorable. Las Gyozas, seis piezas selladas a la plancha, ofrecen un interior jugoso de carne y verduras, potenciado por una base ligeramente caramelizada. Da pena romper su impecable presentación. Su plato estrella, el PATO LAKEADO DE PEKIN, es todo un espectáculo. La presentación se desarrolla en tres fases: primero, te sirven un reconfortante consomé con la esencia del ave; después, el corte en vivo y en directo, servido con crepes, verduras y salsa Hoisin que Silvia nos ofreció con una destreza impecable. Finalmente, la carne loncheada, acompañada con el toque cítrico de la salsa a la naranja, cierra una experiencia insuperable. Para maridar, cabe señalar que la carta de vinos del ZEN destaca por su excelente representación de vinos valencianos. El Casta Diva blanco seco de Bodegas Felipe G. de La Vega (Alicante) es perfecto para los entrantes, realzando los sabores con sus notas florales y frescura. Por su parte, el Mestizaje tinto de Bodegas Mustiguillo (Utiel), con su elegancia y complejidad, complementa magistralmente el pato, potenciando sus matices. Finalmente, Vicent quiso ponerles a prueba y pidió un "Cremaet", que para su sorpresa, fue todo un acierto, bien presentado y elaborado con equilibrio entre dulzor e intensidad. Por mi parte, solicité algo más ortodoxo: un Té Matcha japonés, con su carácter vegetal y ligeramente terroso, una opción más sutil pero igualmente deliciosa. El restaurante ZEN es más que un lugar donde comer, es una experiencia gastronómica que te transporta a lo mejor de la cocina oriental, fusionando técnica, creatividad y hospitalidad en un entorno sumamente acogedor. Si estás en valencia, no lo dudes: ¡ZEN ES TU...
Read moreI’ve been going to this restaurant for the past many years, and chose it for our New Year’s Eve celebration. We couldn’t have had a worse new year. They barely had vegetarian options. We ordered our starters and mains, we’re promptly served our starters. The mains for the meat eaters came but no vegetarian mains. We waited and finally 15 minutes later mentioned that we were still waiting. Only when we brought it to their notice did they tell us they were out of tofu! Imagine if we had waited longer. At this point it was past 11. She said the only option was stir fried vegetables. Needless to say we ordered that because we had no choice. If you have a full restaurant, make sure you stock up. This was absolutely disappointing, especially considering they only had two vegetarian main...
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