Santa Maria del Carmine

Cuando los carmelitas llegaron a Pavía a fines del siglo XIII, inicialmente se instalaron en un convento fuera de las murallas de la ciudad con la ayuda de los franciscanos, pero en 1364, por orden de Galeazzo II Visconti, que tenía la intención de ampliar su palacio, tomó posesión de la iglesia de los santos Faustino y Giovita, ubicados donde hoy se encuentra la iglesia del Carmine.

La primera información histórica sobre la construcción de una nueva iglesia, consagrada a Santa María del Monte Carmelo, data de 1370, pero la construcción del edificio fue muy lenta debido a numerosos obstáculos. Alrededor de 1390, Gian Galeazzo Visconti ayudó a las obras con una donación conspicua, pero debido al inicio de las obras de la Cartuja de Pavía, la construcción de esta iglesia se detuvo abruptamente y no se reanudó hasta después de treinta años. En 1461 se erigió la fachada, con un modelo muy diferente del proyecto original y hasta 1490 el interior del edificio todavía estaba en construcción.

La iglesia tiene una planta de cruz latina con un coro cuadrado y tres naves, de las cuales la más grande se divide en cuatro tramos a los que corresponden, en los pasillos laterales, dos tramos siempre cuadradas que se abren en dos capillas a su vez cuadradas. En el lado este de los brazos del crucero encontramos pares de capillas cuadradas que siguen el patrón de las del cuerpo longitudinal, dando una forma rectangular al perímetro de la iglesia, con la excepción de la ligera protuberancia del presbiterio y una serie de contrafuertes en correspondencia con los muros que internamente dividen las capillas laterales.

Sus bóvedas de crucería destacan por sus numerosas costillas de terracota, mientras que en la alternancia de los soportes, entre pilares de viga robusta y pilares débiles, junto con una serie de semicolumnas dirigidas hacia la nave principal, se combinan diferentes materiales y colores.

La gran fachada a dos aguas sólida y dividida está dividida por seis poderosos contrafuertes rectangulares en una serie de cinco campos verticales, puntuados por tres portales que datan del siglo XIX, decorados con esculturas de Luigi Marchesi, mientras que los lados del rosetón albergan dos esculturas de terracota que representan al Ángel de la Anunciación y la Virgen.

En el crucero hay algunos frescos votivos, restaurados en los años sesenta, mientras que en la pared oeste del brazo derecho encontramos tres representaciones de la Virgen y el Niño con santos y donantes, que se pueden datar a principios del siglo XV. El brazo del norte alberga los retratos de los santos Cristoforo y Alberto con donantes arrodillados, obra que correspondería a mediados del siglo XV.