La peor experiencia que he tenido en un restaurante. Nada que ver con lo que se promocionan en redes. Me voy a dar el tiempo de detallar todo por el trato que recibimos por el dueño. Hicimos una reserva para 20 personas para ir un lunes a la 1pm. Nos confirmaron la reserva. Llegamos a la 1pm ese lunes y me dijeron que no había ninguna reserva, el lugar estaba repleto y me preguntaron si era para los almuerzos (nosotros hicimos la reserva ahí porque supuestamente el lugar es para tener un almuerzo/cena especial) le dije que no y le pregunté a la chica que estaba en la entrada si nos podían armar la mesa para 20, de mala gana me dijo que sí. Estuvimos esperando como 15 minutos hasta que nos armen la mesa, le pregunté si ya estaba y me dijo que bajemos. Cuando bajamos solo habían armado la mesa para 15, nos tocó esperar más hasta que nos acomoden la mesa. Me volvieron a preguntar si íbamos por los almuerzos ejecutivos y les dije que no que íbamos por los platos a la carta (que promocionan un montón en sus redes). Después de más tiempo ya nos sentamos todos y nos pasaron la carta, como promocionan tanto toda la comida que tienen ya habíamos visto que queríamos pero al momento de pedir tenían sin exagerar 5 platos de toda la carta! Sin mentir, los meseros nos hicieron que decir que SÍ había para poder pedir. Nos tocó acomodarnos ya a lo que había y pedimos. Se demoraron como 50 minutos en servirnos y varios platos llegaron equivocados (no dijimos nada para ya no tener que esperar más) y un plato no llegó porque no habían anotado, al momento que se dieron cuenta le dijeron que ya no había lo que había pedido que cambie de plato. La comida esta normal, nada del otro mundo, la paella buena, pero nada del otro mundo para esos precios y sobre todo para tener que pedir solo lo que haya de los mil platos que promocionan. De repente se acercó el chef (luego nos dijo que era el dueño) a preguntar cómo había estado todo, todos estábamos ya molestos porque habíamos esperado horas, los platos equivocados etc. Se acercó y nos dijo "Hola, quería saber cómo está todo espero que todo super bien", mi amigo al que se le olvidaron su plato y luego le dieron otro le dijo tranquilamente que la verdad no porque esperamos un montón y aparte se olvidaron de su plato. El DUEÑO le dijo nada amablemente que se confundieron por otro plato que pedimos para llevar y que "ADEMÁS NO ES MI CULPA QUE LLEGUE UN GRUPO DE 20 PERSONAS SIN AVISAR". Cómo si teníamos reserva le dije que no fue sin avisar que sí teníamos reserva, y me dijo (otra vez, nada amablemente) : IMPOSIBLE PORQUE YO SOY EL DUEÑO Y YO DEBERÍA SABER ESO, NO TENEMOS NINGUNA RESERVA" entonces le enseñé el celular con la reserva y me dijo " Ah ya voy a ver" y se fue. Primero, que pasa si íbamos 20 personas sin avisar?? Es un restaurante, pero justo para que puedan planificar hicimos reserva. 2do el trato terrible, hasta antes de que él se acerque yo iba a enviarles un mensaje interno con la mala experiencia pero ya si el dueño se acerca a decirnos eso, qué más se puede espear? Los meseros y el bartender súper amables, pero claro no estaban listos para tanta gente. Después de un rato regresó el dueño y me dijo igual con ese tono que si que yo tenía razón que fue un error de comunicación de ellos que mil disculpas y que nos van a ofrecer un shot de cortesía. Yo le pregunté que si igual nos iba a pedir disculpa por como nos trató hace un rato y me dijo que si que le disculpe que él es chef y que esa es su personalidad. Nos brindaron un shot que no pudimos ni elegir pero bueno. Después aparte de todo habíamos pedido postre ya solo pocas personas porque la otra mitad ya se fue ya que el almuerzo se hizo de 3 horas por la lentitud del servicio. Y llegaron con el postre equivocado, le dijimos a la mesera y nos dijo que solo había ese. Fue una cuenta de más de $800 USD pagamos todo sin quejarnos de nada a pesar de que el postre que nos pasaron era más barato que el que pedimos (de esto nos dimos cuenta después). En conclusión terrible y no...
Read moreUna joya española en el corazón de Quito.
Hace tiempo quería conocer este lugar… y superó todas mis expectativas. Desde el primer momento, el trato es personalizado y acogedor. Al cruzar la puerta, el concepto de cocina abierta atrapa la atención: es fascinante ver al equipo trabajando en tiempo real, transformando ingredientes en obras de arte. No se trata solo de comer, sino de presenciar cómo la pasión se convierte en sabor, un ambiente que te transporta directo al Mediterráneo. 🌊✨
Tuvimos el privilegio de reservar en su cava, un espacio imponente, luminoso, lleno de luz, elegancia y alma. Optamos por una cena de 5 tiempos diseñada por el propio chef Cristian, quien se acercó a conocernos y ajustar los platos a nuestros gustos. Cada platillo fué una obra de arte con ingredientes frescos, aromas envolventes, sabores y texturas que te cuentan historias en cada bocado. 🇪🇸🍽️
Las tapas fueron un sueño: texturas perfectas, explosión de sabor, y un maridaje con vinos que elevó la experiencia a otro nivel. 🍷🧀 Pero más allá de comer delicioso… nos sentimos especiales, aprendimos sobre la gastronomía española y disfrutamos cada momento como si estuviéramos de viaje.
Lo que diferencia a este restaurante no es solo la calidad de sus platos o la belleza de sus espacios, sino su capacidad de hacer que uno se sienta especial, parte de una historia. Aprendimos sobre ingredientes, técnicas, tradiciones y regiones, mientras disfrutábamos cada platillo como si estuviéramos en una pequeña taberna de Andalucía o en una terraza Catalana.
Muchos lugares prometen una “experiencia”, pero muy pocos la cumplen con tanta honestidad, cariño y maestría. En Bizi Bizi no solo se come bien: se vive, se aprende y se conecta.
Así que si estás en Quito y buscas algo más que una simple salida a comer… Date el gusto de viajar sin salir de la ciudad.
🌟🌟🌟🌟🌟 Súper recomendado para cenas especiales, amantes del vino, foodies y todos los que buscan momentos que realmente valen la pena.
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Read more⭐⭐⭐⭐⭐ A magnificent dining experience at Bizi Bizi! The food was absolutely spectacular — we had the Paella de Mariscos and every bite was a delight. The service was outstanding; the staff even customized one of our dishes to make it perfect for us. The ambience is exquisite — warm, elegant, and welcoming.
Chef Christian personally guided us through the menu, sharing the stories behind the dishes, which made the experience even more meaningful. Anita, our host, made sure we were completely satisfied from the moment we walked in until the moment we left.
This is truly a must-visit restaurant in Quito. Highly...
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