El peor Lizarran en el que he estado. No entiendo estos negocios que se gastan una pasta en montarlos, personal, alquiler etc y luego se esfuerzan por ofrecer el peor servicio posible. La experiencia de un Lizarran suele ser sentarse, pedir una bebida y que proceda a pasar por delante de ti un sin fin de variados platos y pinchos que alimenten tu gula y acabes con el estómago lleno y la cartera vacía. Sin embargo el de este local es un caso a parte.
En primer lugar al sentarte sí te toman nota de la bebida pero no te informan de cómo funciona, ya aquí me escamó porque normalmente te dicen lo de que cada pincho valen tanto y todo eso. Nos pedimos 2 radler y procedimos a esperar a que empezaran a pasar platos. Era más o menos las 19 de la tarde, el centro comercial hasta arriba y por lo menos 5 mesas con gente. Cuando llevábamos unos 15 min y no pasaban platos comenzamos a fijarnos en las mesas y vemos que todos tienen bebida pero no comida y parecen estar también esperándola. Entonces me acerco a donde los platos fríos y le indico al camarero que quiero uno de ensaladilla, me dice que lo coja yo que es self service, le hago caso y me lo llevo a la mesa. Seguimos esperando, con el plato de ensaladilla vacío y la cerveza casi terminada. No han sacado ni un solo plato caliente y muchas mesas se han ido sin comer. Un señor le ha recriminado al camarero que no haya platos calientes pero no he escuchado la excusa del camarero. Al final he pedido que me cobren. Casi 10€, 2 radler y una ensaladilla. Nos hemos ido a por una bolsa de Doritos al supermercado para que no nos diera hambre en el cine.
En resumen: caro para irnos sin comer, solo comida fría y sensación de dejadez absoluta.
Por mi parte contactaré con Lizarran central para hacerles saber que esta franquicia les daña la imagen de marca y que...
Read moreHace años, Lizarran era sinónimo de una franquicia de calidad. Recuerdo que en sus menús de diario podías encontrar propuestas equilibradas: desde una panacota bien presentada hasta filetes con puré o platos de comida casera que transmitían cuidado y tradición. Era un lugar al que uno acudía en el descanso de trabajo con la seguridad de comer algo sencillo pero bien hecho.
Por eso, mi última visita fue una auténtica decepción. El menú por 12,95 € dejó mucho que desear:
Primeros: la tempura llegó excesivamente aceitosa, con más sabor a fritura que a verdura. El bacalao, preparado de forma similar, tampoco mejoró la experiencia, acompañado apenas por tres rodajas de tomate sin gracia.
Segundos: el pollo al curry sorprendió, pero no para bien: una salsa de un color casi fluorescente, artificial y poco apetecible, con un arroz insípido que no acompañaba nada.
Pinchos: se supone que son la seña de identidad de Lizarran, pero encontré pan reseco y combinaciones sin frescura ni chispa.
Postres: lejos de la cuidada panacota de antaño, ahora simplemente invitan a elegir tartas, profiteroles del escaparate. Las que probé estaban secas, claramente de horas (o incluso días) en exposición.
En resumen, lo que antes era un menú casero y atractivo, hoy parece un servicio descuidado, con productos de baja calidad y una ejecución poco cuidada. Por el precio, esperaba al menos un mínimo de coherencia con lo que Lizarran representaba.
De ser un sitio recomendable para la pausa de trabajo, ha pasado a ser un lugar que deja la sensación de haber...
Read moreLlegamos a las 23:00 el 14/08/17 las mesas libres que quedaban daban asco de la mugre restregada que tenían. Un señor alto delgado, rubio, con gafas y un mandil rojo lleno de porquería negra hasta el extremo nos puso los platos (sucios también) en la mesa sin limpiar. Trajo el agua y fue entonces cuando se acordó que tenía que limpiar la mesa.
Sorpresa, el trapo de limpiar (sucísimo) dejaba un rastro blanco lechoso que no era detergente precisamente. Le dije al señor que, lavara el trapo en un cubo. Pasó de mi cara como si yo no valiera nada. Me levanté de la mesa y le dije que no podía comer en ninguna de las mesas libres porque estaban preocupantemente sucias.
Lo mejor fue su respuesta: (Yo)-Mira no podemos cenar porque está todo tan sucio que no es normal. (Camarero)-Hoy ha habido mucha gente (justificando el no lavar el trapo). (Yo)-Vale pero aún así el trapo hay que lavarlo. No se puede comer en un sitio que está todo sucio. (Camarero)-No vamos a discutir.. Blablabla Muy bien, hasta luego!
Jamás me he quejado de un establecimiento, pero fue tal el desprecio y la despreocupación por la higiene y por el cliente que no vuelvo (mejor dicho, no volvemos) a ir nunca más a ese Lizarran.
Por ejemplo, el que hay en el puerto de Santa Pola es una...
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