The food wasn’t what you would expect for a Peruvian restaurant. It is a fusion of Spanish and Peruvian food, so don’t expect to be blown away by the traditional Peruvian dishes, such as the ceviche, lomo saltado, etc.
I believe the customer service you receive when you go to a restaurant is important. Unfortunately, this restaurant could do a better job when it comes to customer service. The lady who served us was rude. Toward the end, she brought the bill, and when we asked her politely to divide it in three (since there were three people in my party) she gave us a negative attitude. She decided not to split the bill in three, but instead charged everything on my card, even though we had asked her not to do that. After the fact, she apologized in a very hypocritical, petty and passive aggressive way. The restaurant cannot blame this due to a language barrier since I was eating with two Spanish friends who asked her in Spanish. I will not be coming back here because although the food was decent, the customer service you receive is essential to the experience of dining out. I recommend you look elsewhere for...
Read moreLa deficiente organización y comunicación, la incoherencia y las mentiras del personal, y la poca flexibilidad para resolver problemas nos hicieron pasar un rato bastante desagradable. El 1 de noviembre teníamos una reserva para siete personas en el salón de abajo, y un momento antes de la cena llamé para preguntar si podía asistir con mi perro pequeño, limpio y educado y me dijeron que sí. Al llegar nos encontramos con la sorpresa de que no nos dejaban pasar al salón pero que nos daban la opción de cenar junto a la barra en unas mesas altas con sus incómodos taburetes, el problema es que mis suegros estaban ya tomando algo en el salón de abajo. Las razones que atinaba a balbucear el encargado de talante impávido y pocas capacidades argumentativas eran que había sido un error del que me había atendido por teléfono ( que me dio el apellido de la reserva en cuanto le dije el nombre, así que tenía que saber que la reserva era en el salón) y que no aceptaban perros por un problema de que llegara una inspección de Sanidad (sí, un festivo por la noche...), lo que claramente es una mentira. La verdad es que en Madrid y en la mayoría de España y de Europa (salvo deshonrosas excepciones) no existe ninguna normativa sanitaria que impida entrar a los animales a sitios donde se sirvan alimentos, de hecho trabajo en un restaurante con cocina en el que admitimos perros y además he asistido con mi perro a multitud de restaurantes sin ningún problema, además con la nueva norma, la Ley Belarra de Protección Animal, para prohibir el acceso de animales a un restaurante se debe colocar un cartel que lo indique expresamente. El problema de mentir a los clientes es que se pierde autoridad en todo el resto del discurso. Si hay una norma de la casa de que no quieren perros en el salón es medianamente respetable, aunque sea anticuada, pero debe anunciarse claramente en la entrada y además debe expresarse con claridad y no con excusas falsas. Casi nos arruinan la noche de no haber encontrado una alternativa en otro sitio cercano, Mano de Santa, con un servicio excelente, una comida maravillosa y creativa y un salón cómodo, espacioso y agradable. Una pena incomodar a mi familia y que tuviéramos que irnos a otro sitio por errores vuestros y que además nos mientan en la cara con normativas inexistentes. Espero que lo...
Read moreHoy fui con mi pareja a cenar a Cilindro (por duodécima vez) y nos atiende en mesa un chico con pelo rizado en apariencia extremadamente amable. Nos pregunta qué queremos de beber y le pedimos la carta de vinos para pedir un tinto. Nos ofrece darnos él su opinión sobre cuál debemos elegir y aceptamos uno cuyo precio es de 33 € la botella (a la vez que nos ofrece un vino fino que nadie le ha pedido) Se va a por él y cuando viene la botella está caliente (menos mal que era la recomendación...). Nos ofrece meterlo en una cubitera a lo cuál le decimos que ok, y si no, nos traiga una botella de Hito. Se va y vuelve con una botella de Finca del Bosque (en ningún momento pedimos otro vino ni su parecer), en carta por 189€. Anteriormente habíamos mirado la carta y habíamos visto el importe de este vino, que llama bastante la atención, y nos molestamos por la falta de transparencia existente al intentar vendernos una botella de este importe como equitativa a una más modesta. Evidentemente decimos que no a un vino que sextuplica lo que hemos pedido inicialmente. Me parece nefasto el detalle por parte del camarero, que en ningún momento nos da información sobre los vinos y por qué decantarnos por uno u otro, eso sí, nos ofrece el más caro de toda la carta. Si no llegamos a mirar nosotros con anterioridad la carta y nos fiamos del "buen" criterio del camarero, nos cobran una botella que duplica el coste de la cuenta de comida. El camarero, que en apariencia entendía de vinos cual sumiller, rompe el corcho delante de nuestras narices y se lo lleva a la cocina sin decir palabra. A la vuelta lo trae y dice que en 10 minutos nos sirve cuando enfríe... Seguimos esperando. Para más inri, mientras elegimos comida se dedica a hablar con su compañera de si tomarse unos cafés con leche. Creo que las conversaciones personales hay que reservarlas para cuando no hay clientes delante, al igual que los reproches del mal hacer de sus compañeros (no se corta en hacerlos con nosotros delante). Comida exquisita, como siempre, enhorabuena a la cocina. Eso sí, con este tipo de tratos nos hace dudar si volver con los ojos cerrados como lo hemos hecho...
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